miércoles, 30 de abril de 2008


Tenía pensado desde hace tiempo este título para un post. Primero explicarles una cosa. Yo no tuve adolescencia. Yo pase de niño a joven y después a señor mayor. Me explico, las tonterías típicas de esa época de la vida no existieron para mí. Y se lo digo como lo siento. Y no creo que sea una cosa buena ni mala (en todo caso mala, ¿no?) Y le he añadido lo de estalinista por algo que explicaré después. Yo, de pequeño era un niño friki. Eso no se sabía lo que era en aquel entonces. El concepto no estaba desarrollado. Bueno, entre friki y nerd. Niño tranquilo dedicado a dibujar, a la tele, a los tebeos y a leer libros. Y jugar con los clicks de Playmobil. Poca calle para ser de pueblo. Sinceramente, no me gustaba. Los rayos catódicos me gustaban más que los rayos del astro rey. Yo por aquel entonces era feliz. Leía a Gerald Durrell, a Michael Ende y a otros clásicos de la literatura infantil y juvenil. En mi pubertad, que fue larguísima, pues como digo no entre en la adolescencia, entre de lleno en el mundo de los libros y en la música. Veía a la gente que me rodeaba en clase como a unos estúpidos. Lo digo como lo siento. Eso sería por 8º de EGB, y pocos eran los que se interesaban por mis mismas aficiones. Manolo, el chivo (ay, los motes de los pueblos), que a lo mejor me está leyendo era uno de ellos. Intercambio con un inglés ¿te acuerdas? Siempre me sentí un bicho raro, lógicamente. Pero no un marginado, ¿por qué? Porque yo sabía que tenía razón. La verdad estaba en los libros y no en hacer el tonto. Eso lo creía en esa época. Hoy también lo creo, con matices. Tampoco hubiese podido hacer nada en ese mundo de depredadores. Yo siempre fui extremadamente sensible, aunque no lo pareciese, por mi altura (le sacaba a todos una cabeza) y por mi envergadura (pesaba 100 kilos). Eso me salvo de no ser ahostiado. Cuando pasé al instituto la cosa cambió porque allí la cosa era diferente, pues había más fauna. O sea, gente más afín a mí. En libros, en música, en todo. Hacíamos una revista que se llamaba ATEGUA. Yo dibujaba tebeos y escribía artículos. Con 16 años escribí un artículo de una película mágica, La ley de la calle, en contraposición feroz a la serie que causaba furor en aquella época Sensación de vivir. O lo que es lo mismo, siempre a contracorriente. ¿Por qué? ¿Por el mero hecho de llamarlos estúpidos o porque la serie era una chufa? Y así seguí todos los días de mi vida. Utilizando casi siempre el humor como arma arrojadiza.

Después me fui a estudiar a Granada. El resorte cambió y pasé de niño que da por saco a joven amargado. No quería estar allí, pero no tenía las fuerzas necesarias para marcharme. Soy débil. Eso alimentó una depresión que todavía acarreo. Me había saltado la adolescencia de un plumazo. Era un púber y ahora era un joven viejo, cansado de vivir con 20 años. ¿Qué hacer? Lo más fácil en estos casos. Nada. Luchar contra viento y marea. Estudiar en unas condiciones infrahumanas para conseguir un título. Y así lo conseguí. Durante este tiempo de amargura se fue afianzando mi misantropía (no confundir con misoginia), mi pérdida de ideales nobles y mi falta de tacto para decir las cosas. Desea al prójimo lo que desees para ti mismo. Cojo la máxima cristiana y la aplico. Yo no deseo misericordia. Honestidad brutal, como House. Y así es mi visión del mundo. Yo casi no creo en nada. Odio a la masa, tampoco creo demasiado en el individuo, porque el individuo es humano. Pero no dejan de gustarme las personas, no se crean. A mi me gusta charlar en los bares. Ir a casa Cristóbal y tomarme unos riñoncitos. Y todo el mundo me saluda por la calle porque, aunque no lo parezca, soy una persona agradable.

Esto iba a ser de risa. El adolescente que hay en mi, ha pasado a ser el adolescente estalinista que hay en mi. Ese egocéntrico. Iba a comentarles como me gustan las pelis americanas de adolescentes, cosa que si son asiduos ya sabrán. Iba a hablarles de John Hughes y de Harold y Kumar y de una peli que ví el otro día y me encantó Super Bad.

De cómo oía músicas adolescentes borrokas (La Polla Records, Kortatu) y de que me dedico más ahora a facetas adolescentes que cuando por edad me correspondía, como leer a HPL o literatura de género.

Pero no, me centraré en que soy estalinista, no ya talibán, porque no respeto los gustos de los demás. Como cualquier adolescente. Pero no utilizaré los términos que utilizan esto cuando te metes con sus ídolos (les tienes envidia). Yo envidio otras cosas, si es que envidio algo. Yo envidio una salud mental en condiciones de cualquier cuerdo, aunque no de cualquier cuerdo. De uno que vaya al centro comercial el domingo en chándal no.

Yo quiero ser un adolescente estalinista para cantar a grito pelao:

Eh, Crítico que siempre estás sentado
leer y escuchar no es suficiente
Ven aquí ven aquí.
Siempre en tu butaca hablando de todos
eres una especie de diosecillo
no das tu opinión impartes tu bendición
y si desayunas mal en tu guarida
lanzas tus serpientes contra todos.
Tuyo es el poder, tuyo es el espacio en el papel.

(Críticos – La Polla Records - Salve)

Contra el Rock de Luxe, a los que odio, porque si, porque son unos mamarrachos. Quiero cantar Teenage Riot de Sonic Youth haciendo skate, quiero marcarme un Freestyle contra el capital.

Se que no sirve de nada.

Se que no sirve de nada.

Yo soy un viejo.

Se que no sirve de nada.

Nada sirve de nada.


Tomarme en serio a mí tampoco sirve de mucho.

Siempre he defendido desde este espacio la libertad de expresión. Pero siempre he matizado que esta poderosa fuerza no termina cuando quieren los demás, sino donde tu quieres que termine. Porque si no ¿Qué libertad de expresión sería esa? No me podría meter con los obispos o con el concepto anacrónico de Dios, porque los creyentes se podrían sentir ofendidos. No me podría meter con el PP, porque los fachas se sentirían discriminados por mi opinión. No me podría meter con OT porque los seguidores del absurdo programa dirían que yo quien soy para juzgar sus gustos. No podría arremeter contra los falsos profetas de la libertad, llamados cantautores, porque los del pañuelo palestino me podrían llamar reaccionario. Y así suma y sigue.

Y ahora vamos a la segunda parte. Ustedes se pueden meter con Mameluco todo lo que quieran. Empiezo yo. Soy pusilánime, demagogo, vago, tengo mal genio (en mi descargo, se me pasa volao), soy un descastao (no llamo a nadie por teléfono), escribo mal, no respeto a los demás, soy algo pedante, no canto muy bien, puedo llegar a ser cruel, no tengo fuerza de voluntad para muchas cosas, he pasado a veces de cosas que no debería haber pasado, etc. etc. En fin que soy humano. Y tengo un montón de defectos más.

Pero cuando tengo el feo defecto de descalificar a los demás, una cosa muy clara que tengan. No es por quedarme por encima… es para enrasarnos todos… Por eso no me considero, a pesar del título, estalinista, sino más bien es aplicar mis criterios a todos por igual. Igualitario, como un ministerio.

Como decían de Harry Callahan:
Él es no es racista, odia a todos por igual, negros, chinos, mejicanos, jejejeje.

Y como también decía Dirty Harry:
Las opiniones son como el ojo del culo, cada cual tiene la suya.


Sayunara, babys!

lunes, 28 de abril de 2008


La vida es extraña. Y no es en el sentido de los misterios insondables del Universo o de los misterios inventados estilos Milenio Cuatro. Bueno, a lo mejor hace falta que concrete más y diga que la vida de los hombres es extraña. La otra vida. La vida de los organismos no conscientes de si mismos, como mucho es compleja, pero no deja de seguir unos parámetros básicos de desarrollo. Pero el hombre como especie nos lo saltamos a la torera. Por eso es extraño. Y la vida es extraña. Las reacciones, las comidas de coco serían superfluas en la naturaleza, como lo serían el arte, los inodoros, los libros de Jorge Bucay (esto ya lo son en la vida civilizada) y las gomas de borrar. Me aplico el autoempirismo de lo que digo (egocéntrico hasta el final). Unos días estoy bien y otros mal. Y la mayoría del tiempo ahora mismo ni pienso en lo mala que es la vida conmigo (no entraremos en la discusión si yo me lo busco o no). Simplemente movimientos inerciales a pequeños detonantes exteriores hace que tenga ciclos oscilantes entre la apatía y la desesperación. Hoy le decía a una persona que soy muy vago. Y es verdad, pero también es verdad y valga la redundancia que cuando me pongo a hacer algo hasta que no acabo no descanso. Mi cabeza se acuerda de que tengo que reducir los criterios de evaluación de la unidad didáctica 11 RECURSOS Y USOS DE LA BIOSFERA, entre otras cosas porque tengo delante un post-it naranja fosforito que lo pone. Lo de recursos y usos es que ya me lo sabía. ¿Ven que tontería? Pues por eso puedo no querer levantarme mañana por la mañana, que es lunes. Buenos, técnicamente ya es lunes. Pero bueno.

Mi vida es extraña. Vivo encerrado, y cuando salgo a la calle me siento más cautivo que en la libertad de mi cubil, que en mi leonera. Llevo 3 días sin hacer casi nada y me temo que me va a pasar factura. Aunque voy dentro del programa previsto, hay lagunas. Esas lagunas, esa ciencia límnica de mis eternas lagunas. Soy una persona insegura.

Una vez hice un trabajo para una asignatura que se llamaba Cambios Temporales en Ecosistemas Fósiles. Era un tocho de trabajo. Su nombre “Radiación de los Mamíferos en el Cenozoico”. O sea, cuando murieron los dinosaurios sus nichos ecológicos fueron ocupados por los animales que quedaron y de ahí una rápida evolución. De ahí salimos nosotros y todas las especies de mamíferos conocidas, desde la ballena al murciélago, parando por el perro o el demonio de Tasmania. E hice un trabajo de eso que me llevo dos meses de investigación bibliográfica. Cuando entregué el trabajo, pasé un día malísimo. Creía que estaba suspenso. En verdad lo creía. El profesor era muy estricto y llegué a la conclusión de que el orden de los capítulos estaba mal. Un trabajo de casi cien folios… me desanimé mucho. Llegó el día de exponerlo. Me lo sabía de carrerilla. Empecé diciendo que el orden de los capítulos no me parecía bien y el profesor asintió y me dijo que me lo iba a decir… ¡vaya mierda! Después de hablar 2 horas y media solo había expuesto un tercio del trabajo. Estaba ronco, no podía hablar más. Mi cara era un poema. Cuando salió la nota era el único sobresaliente. ¡Yo creía que iba a suspender! Vean que confianza tengo en mi mismo. Sigo teniendo ese problema. Sé que no soy tonto, pero mi desanimo va por delante. Incluso en las cosas que me gustan. No sé. La vida, la vida , que es extraña.

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La imagen es de un perezoso gigante del Pleistoceno llamado Mylodon robustum, extinguido hace 8500 años aprox.

domingo, 27 de abril de 2008


Un día Perico se volvió loco. Era por la tarde, cuando el sol se ponía tras la silueta de las casas. Un enjambre de antenas y tendederos daban la impresión, sobre el cielo violeta del atardecer, de ser barcos, fondeados en un puerto cercano. Sus ojos vieron mástiles, aparejos, velas, e incluso intuyó una enorme bandera pirata, a lo lejos.
Perico, de aspecto enclenque, desaliñado, deambulaba por la calle de un lado para otro, desde que se quedó en paro. Trabajó de acomodador en el único cine de su pueblo. Destruido por el tiempo, la televisión y el VHS, éste cerró sus puertas años atrás. Pero la luz proyectada en la pantalla a través del celuloide, se había abierto camino en el infantil cerebro de Perico. Y sin duda, lo que más lo marcó, fueron las películas de piratas y barcos. Quiso ser Errol Flinn en El Capitán Blood, apuesto y galante. Un gran funambulista, con una gran sonrisa de dientes blancos, viendo a Burt Lancaster en El temible burlón. El capitán, respetado por sus hombres, cuando contempló, admirado, a Gregory Peck, haciendo El hidalgo de los mares. Odió para siempre a Charles Laughton, por ser el cruel capitán de la Bounty. Soñaba ser Clark Gable, estar del lado de la justicia. Tan solo flaqueó en el lado del bien una vez, cuando deseó con todas sus fuerzas ser Long John Silver, con su pata de palo y su loro, en La Isla del Tesoro.
Y aquel día, pues, la fantasía se convirtió en realidad. Al menos para él. Como Alonso Quijano se convirtiera en Don Quijote, Perico se transformó en pirata, obtuvo la patente de corso en su mente, y se dirigió a los barcos imaginarios. A los dos o tres días lo encontraron vagando por los olivos, buscando a su tripulación. Aún cuando los enfermeros se lo llevaban, gritaba que quienes le siguieran, obtendrían un buen botín. En efecto, si alguien le hubiera seguido, ahora sería un poco más rico, pues cuando años más tarde murió de infarto en el sanatorio mental, encontraron en su casa, un mapa, en el que la campiña se convertía en isla desierta, donde Ben Gun añoraba su queso. Y en la cruz marcada en el plano, en un arroyo cercano, en un gran baúl a rayas rojas, ochenta y seis millones de pesetas, junto a un catalejo y miles de afiches*; su gran tesoro.

Granada, 30 de Marzo de 2005

*afiche: los afiches eran la publicidad que daban en los cines en los años 40, 50 y 60 para anunciar las películas. Hay mucha gente que los colecciona.

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Escribí este pequeño relato que debía ocupar un folio a doble espacio a tamaño 12 en Times New Roman, para un concurso de un pequeño festival de cortos de algún pueblo que ni recuerdo. Lo creía perdido. Esas cosas que pasan cuando formateas discos, haces copias de seguridad, etc. Lo escribí en el portátil y ha aparecido en el fijo en la carpeta de los poemas. Preparo una pequeña colección de mis poemas porque el próximo 23 de mayo hay una lectura poética en mi pueblo. Como tenía publicados algunos poemas en la Revista de Feria (única publicación periódica de Castro a lo largo de los años) pues me pidieron que participase y ahí voy yo. Hace 2 años que no escribo un solo poema, aparte de alguno de risa en el fotolog, pero bueno, entre una producción que da para una media docena de libros (muy malos, eso si), podré sacar quince poemas que merezcan la pena.
Y me he alegrado de ver que esto existía aún, pues me he acordado muchas veces de él y no sabía donde estaba. Pues un tesoro aparecido, aunque no sea gran cosa. Los que me conozcan saben de mi fascinación por los piratas desde pequeño, así que ya sabrán porque elegí el tema este para escribir sobre cine.

sábado, 26 de abril de 2008


Miren, hoy no tengo nada de lo que quejarme. Ha sido un buen día de San Marcos. Decidí pasar de estudiar y me fui al campo, donde ha sido una excelente jornada de barbacoa, póker y Trivial Pursuit (al que había que aplicarle la corrección de que las preguntas eran del año 84). Para que vean ( y para demostrarme a mi mismo) que también existe el descanso a tanto agobio y pena...
Además cuando he llegado he charlado un rato con Ana Arándanos, que no deja de ser un gran colofón para el día.

Aparte de eso, cuando me iba a acostar he abierto mi libro de cabecera al azar (como hacen los protestantes con la Biblia) y me ha salido esto, y como estoy contento, y sintetiza tan bien lo que yo siento, les pongo a continuación:

Los hombres en todos los momentos de su existencia han buscado su lugar en el Cosmos. En la infancia de nuestra especie (cuando nuestros antepasados contemplaban las estrellas con aire distraído), entre los científicos jonios de la Grecia antigua, y en nuestra propia época, nos ha fascinado esta pregunta: ¿Dónde estamos? ¿Quiénes somos? Descubrimos que vivimos en un planeta insignificante de una estrella ordinaria perdida entre dos brazos espirales en las
afueras de una galaxia que es un miembro de un cúmulo poco poblado de galaxias arrinconado en algún punto perdido de un universo en el cual hay muchas más galaxias que personas. Esta perspectiva es una valerosa continuación de nuestra tendencia a construir y poner a prueba modelos mentales de los cielos; el Sol en forma de piedra al rojo vivo, las estrellas como llama celestial y la Galaxia como el espinazo de la noche.
Desde Aristarco, cada paso en nuestra investigación nos ha ido alejando del escenario central del drama cósmico. No hemos dispuesto de mucho tiempo para asimilar estos nuevos descubrimientos. Los hallazgos de Shapley y de Hubble tuvieron lugar cuando ya vivían muchas personas que todavía están entre nosotros. Hay quien deplora secretamente estos grandes descubrimientos, porque considera que cada paso ha sido una degradación, porque en lo más íntimo de su corazón anhela todavía un universo cuyo centro, foco y fulero sea la
Tierra. Pero para poder tratar con el Cosmos primero tenemos que entenderlo, aunque nuestras esperanzas de disfrutar de un status preferencial conseguido de balde se vean contravenidas en el mismo proceso. Una condición previa esencial para mejorar nuestra vecindad es comprender dónde vivimos. También ayuda saber el aspecto que presentan otros barrios. Si deseamos que nuestro planeta sea importante hay algo que podemos hacer para contribuir a ello.
Hacemos importante a nuestro mundo gracias al valor de nuestras preguntas y a la profundidad de nuestras respuestas. Nos embarcamos en nuestro viaje cósmico con una pregunta formulada por primera vez en la infancia de nuestra especie y repetida en cada generación con una admiración inalterada: ¿Qué son las estrellas? Explorar es algo propio de nuestra naturaleza. Empezamos como pueblo errante, y todavía lo somos. Estuvimos demasiado tiempo en la orilla del océano cósmico. Ahora estamos a punto para zarpar hacia las estrellas.
COSMOS. Capítulo 7.El espinazo de la noche.
De Carl Sagan.

Dedicado con cariño heterosexual a Ramón

viernes, 25 de abril de 2008

Hoy es San Marcos, rey de los charcos, como decía una poesía infantil que me aprendí de pequeño en el Libro Gordo de Petete. Es festivo en mi pueblo, como en tantos otros. Es algo que viene de la Reconquista contra al vil moro. San Marcos se apareció en una batalla y todos los sarracenos huyeron despavoridos, como almas que lleva el diablo. Aquí se celebra yéndonos al campo de perol y pillando moñas de campeonato, como en buena fiesta popular que se precie.

Cuando yo era pequeño, mi abuelo nos hacía gorretinas de colores con cartoncillo y papel cebolla. Y los niños llevábamos sables de madera y tambores. Pulverizábamos esas espadas a bases de mandobles, y más de uno resultábamos heridos.

Mi madre, mi padre, mi hermana,
Jóse el chinche y yo, con mi gorretina

Hace ya muchos años de que no voy de San Marcos, pues llevo la tira de tiempo fuera. Este año como cae puente la gente que me toca de cerca se ha ido y yo me quedo estudiando. A lo mejor me voy a comer al campo con mi hermana, pero está en el aire. No me apetece nada demasiado.

Estos días bajos de moral echo de menos a cierta gente que no está a mi lado. Lo curioso es que cuando estaban a mi lado, estas recaídas melancólicas también se producían con igual regularidad.

Creo que mis textos ya no aportan nada. Me da pena. Pero es así. Son más terapéuticos que otra cosa. Yo antes escribía con soltura de cualquier cosa. Opinaba de esto y de lo otro. Y escribía ficción, que es para lo que realmente me gustaría servir. Pero no sirvo. Solo para contarle movidas personales, que ustedes leer impotentes, si es que les importo algo. O si no les importo una mierda es que no habrán ni llagado hasta aquí.

Bueno, tampoco es tan aburrido. Es catártico.

jueves, 24 de abril de 2008








is there anybody out there?







miércoles, 23 de abril de 2008


¿Necesito ayuda?
Ahora mismo si.
Para hacer mi programación. No estoy hecho para estas cosas.
¿Pero necesito ayuda?
Si. Realmente si. No sé cual, como, ni de que manera.
Pero necesito algo y no sé lo que es.
No puedo precisar si es algo exterior o interior.
Algo cercano o lejano. Estoy solo en el universo. Ya saben a la soledad que me refiero.
Siento frio. Aquí no hace frío. Los ojos me pesan, parecen que se van a caer al suelo como dos bolas de helado pequeñas. Ya se derriten en mis cuencas, porque algo líquido surge. Será un helado de esos nuevos con sabores raros, porque es un gusto salado.
Dormir ya no sirve de nada. Llevo dos horas y media aquí sentado y no se puede decir que haya desperdiciado la tarde porque he hecho un montón de cosas en la unidades didácticas estas. Pero ¿de qué sirve?
¿De que sirve si la tristeza me invade?
¿Si la motivación es tan nula que es infinita entre 0?
Eso da indeterminación. Lo contrario a la determinación. Al ímpetu, a la decisión.


Como le decía a la Congrio hoy, mi vida necesita un giro copernicano, el cual veo imposible o si no, no merece la pena seguir.

Creo que no merece la pena nada.

Y le pongo la misma postdata que he puesto en el fotolog.

PD: No quiero ánimos, por favor. Ni consejos. Hoy no.
¿vale?

Aunque cuando pongo cosas tristes espanto a la gente y ni comentan ustedes. Es lógico. Nadie quiere Mamelucos serios…


A change of speed, a change of style.
A change of scene, with no regrets,

New Fades Dawn de Joy Division

La vida son ciclos. Lo digo siempre. ¿Ven? Yo soy cíclico. Siempre digo lo mismo. Las mismas chorradas que no llevan a ningún sitio, la misma mierda que solo sirve para que exorcice mis demonios. Mi mente es una gran montaña rusa, que sube y baja, pero cuyo cenit no alcanza nunca mas que la felicidad pasajera de algunas horas. Después el camino es recto, aburrido con leves subidas y bajadas, con alguna curva, algún bache y algún que otro túnel de que salgo lleno de hollín y moho. Pero hay momentos en que el vagón de hierro chirriante y oxidado se desplaza hacía abajo por una vertiginosa pendiente llena de peligros y conduce a una abismo en forma de valle tenebroso, donde la hierba esta regada por las precipitaciones invisibles y la niebla y los hongos apenas dejan ver los raíles… Dios mío ¡el tren descarrila! la montaña rusa me deja en el borde tenebroso del bosque podrido, de la arboleda hendida por cientos de rayos a través de los siglos. Me tumbo en la hierba. Tirito de miedo y frío porque estoy solo en el mundo. Es por mi culpa si. La gente que había en otros vagones ya no están. Se fueron hartos. Me froto la cara con fango. Mis piernas se han dormido y los pies me hormiguean molestos. No quiero moverme del suelo, como tantas otras veces. Cuando me recupero un poco, me lamo las heridas, me recompongo la camisa y me palmoteo el culo del pantalón para quitarme un poco el barro. Sigo llorando. Me quito unas briznas de hojas secas del flequillo. Encarrilo el vagón le pego un gran empujón al vagón y corro mucho para no perderlo. Entre llantos y respiraciones ultra fuertes es un nuevo comienzo. Un nuevo comienzo marchito. Otra vez al círculo maldito. Quiero que acabe de una vez. O desaparecer.

lunes, 21 de abril de 2008


¡¡ARÁNDANOS!!

Pasen por el blog de esta muchacha y escuchen su nuevo Podcast. El 7º ya. Con cosas de cine, literatura, ciencia con José Chupa, consultorio, concursos y una música tan buena, tan buena, que salimos hasta los Whorish Lust...
Un día le mandaré algo a su consultorio...

¡No te quejarás de tags, monina! Como Mameluco no sabe usarlos los despilfarra...


Llevo unos cuantos días escribiendo post que no acaban aquí donde están ustedes leyendo estas letras (espero que lleguen). Escribo cosas y luego no me gustan. Las tengo guardadas, claro, aquí no se tira nada, por si algún día me lo encuentro haciendo limpieza de carpetas y da lugar a algo de interés. No me he encontrado hoy muy bien. Me subí a estudiar esta mañana y entre en shock. Todo el mundo se me vino encima mientras completaba casilleros vacíos en mis apuntes. Esos flecos que te vas dejando por el camino a la hora de elaborar los temas. Hubo conflicto entre temarios y me cortocircuité. No sabía que existiera esa palabra, pero el Word no le pone una rallita roja abajo. A rallita si. No sé por qué. Bajé corriendo a mi cajón de las medicinas tras una cuarto de hora dando vueltas, nervioso como un loco arriba, y me metí un orfidal debajo de la lengua… A la media hora o por ahí estaba mejor. Hoy ya estamos a 21. Ha empezado la cuenta atrás de los 2 meses…

Cuando tengo la sensación de no servir para nada no me gusta demasiado.

Mañana empiezo a redactar mi programación. Espero hacerlo todo breve, claro y conciso. Lo bueno, si breve, dos veces bueno, aquí se cumple a la perfección. Hay que ir al meollo del asunto. Un asunto aburridísimo, por otra parte, que tendré que exponer ante un jurado de casting, digo, tribunal de oposición. Les tengo que hablar de la programación que defenderé que será de la asignatura denominada comúnmente CTMA o Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente. Una optativa de 2º de Bachillerato que se la cogen 4 gatos. Los asuntos de la Tierra no interesan a nadie.

Pero bueno, Paris bien vale una misa…

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Entro y me doy cuenta que esta es mi entrada 200 en este humilde blog mío y de ustedes. Yo que lo pensaba celebrar con una macrofiesta con comida, bebida, caricatos y balancines, bailes y fuegos artificiales... Me conformaré con que el lunes me sea leve.
De nuevo, gracias a todos los que me leen y sobre todo, gracias a los que aportan con sus comentarios.

jueves, 17 de abril de 2008


¡Ay! que lo mío no va tener remedio al final. O bueno, si, pero unos remedios que descarté siendo muy joven y que son megadifíciles…

Atención al notición (que he leido en Yahoo! Noticias) que les digo, mucho más importante que la formación del nuevo gobierno, que el transvase que no es tal, que lo del Valencia ese que ha ganado al otro o que Esker Batua son unos tontos del haba… la noticia dice así…

El cerebro humano no está diseñado para alcanzar la felicidad, según un experto en Fisiología

Sigamos leyendo:

"El cerebro humano, producto de 700 millones de años de evolución, no está diseñado para alcanzar la felicidad", según el profesor Francisco Mora, director del Departamento de Fisiología Humana de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y participante del ciclo 'En tierra de nadie', organizado por la Fundación de Ciencias de la Salud y la Residencia de Estudiantes.

O sea que

"Es en el cerebro emocional donde toda la información que recibimos del mundo externo a través de los sentidos se impregna de matices emocionales, de placer o dolor, lo que realmente nos impide ser felices", explica el experto, para quien, en definitiva, el cerebro está diseñado para "luchar por la supervivencia".

Como que me quedo más tranquilo oigan. Algo así me había supuesto yo. En base a mis estudios he dado mucha etología, mucha dinámica de poblaciones, mucha tontería de esta, y estamos diseñados como dice el buen hombre este para sobrevivir en las sábanas compitiendo con la hienas. Pero lo que pasa es que

No obstante, a diferencia de los animales, "el ser humano, cuyo cerebro pesa aproximadamente un kilo y medio y posee una complejísima organización funcional, ha atisbado la conciencia de si mismo".

Y eso es peor, ya ves tú… porque si somos conscientes de lo que somos, y nos damos cuentas de que podemos ser súper guays, y bastante mejores que el vecino de la choza de al lado, que tiene una mujer que es más fea que un tiro de mierda en un escaparate de pasteles. Nos hace ser arrogantes. ¿Y qué pasa? Que a lo mejor los que somos más feos que pegarle a un padre somos nosotros, y aún vamos más allá, nos damos cuenta de ello.

Y lo mejor, parece ser en estos casos en el que uno es infeliz por H o por B, por envidia, por fealdad o por desidia es:

Esta circunstancia que le lleva a plantearse dos vías para lograr felicidad, una de ellas consiste en mantener el equilibrio entre el placer y el dolor, pues "ambos extremos producen infelicidad", y la otra, "más drástica y quizás más auténtica", en aislarse del mundo, evitando interaccionar con él y que la información sensorial alcance el sistema emocional del cerebro.

Esta segunda vía se alcanzaría por la idea de Dios y el rezo o la meditación. "Quien en medio del placer no siente deseo (...) Quien ha abandonado todo impulso, temor o cólera (...) Quien ni odia ni se entristece (...) Ése está en plena posesión de la felicidad o la sabiduría", destacó el profesor Mora, con una cita del Mahabarata, un libro Indio sobre religión, filosofía y mitología.

El profesor Mora se columpia demasiado ¿no? Seamos unos robots y seremos felices y comeremos perdices. El budismo o la tendencia a la nada como objetivo a mí siempre me ha parecido una mierda. Encima que te engañan, lo hacen con una cosa tan desagradable. No eres nada. Adiós muy buenas. Ya has conseguido el Nirvana, te has iluminado y ya has roto el círculo de la vida. Ya eres un todo con el cosmos. Una pulga de agua es Dios comparado contigo, amiguito. ¿Ven como es mejor seguir siendo un poquito católicos? El cielo mola más. O el infierno. Pero la nada. Yo ya sé que cuando me muera no habrá nada, pero es que eso de la reencarnación es como marear la perdiz para luego llegar al mismo sitio. ¿No querías ser feliz? Ya eres nada. La nada es genial. Muchas gracias, Siddartha, eres un tipo fenomenal. Y tienes unas orejas más grandes que la planta de mis pies.

Somos infelices por naturaleza.

Y recuerden, si la reencarnación existe y llegan al final de todo no le digan a nadie: Gracias.

Que le contestaran: De nada, y estarán toda la eternidad siendo nada pero enfurruñaos acordándose de este post.

Bueno, lo dicho, que vamos a ser, infelices para siempre, pero nosotros no veremos a Mr. Floppy.

miércoles, 16 de abril de 2008


No soy un genio, ya lo sabemos. Comenzar con perogrulladas es marca de la casa. ¿Por qué llamo a mi post de hoy así? Por una sencilla razón. Porque no me tomo en serio esas cosas. Como no me tomo en serio otras tantas. Lo más gracioso del caso (llamarlo gracioso es por denominarlo de alguna manera), llamarlo gracioso, decía, es que las cosas que no me tomo en serio se me dan mejor que las que sí me las tomo a pecho. El free style, mis pamplinas del fotolog o mis teorías políticas absurdas son más reales, más verdaderas, más mías que las cosas por las que me esfuerzo. Mi rimas imposibles y mis lerdas historias de mis familia inventada en el fotolog son lo mejor de mí. Mis montajes hechos con todo el cariño posible, eso si, exigiéndome, pero sin demasiadas pretensiones, es de las cosas de las que estoy más orgulloso. Por no hablar de mi grupo de música TWL y nuestra gran máxima “El ensayo es la muerte de la música”. No me discutan esta sentencia, que solo se refiere a nosotros. Si ensayamos se pierde la chispa. Nosotros es grabar y grabar. Desechamos cosas, pero seguimos adelante.

Lo que me he tomado en serio en mi vida me hace llegar a la conclusión de que soy un perdedor. Fracaso y fracaso. Un non stop defraudándome a mi mismo y a los demás. He sido mal estudiante. Incluso cuando he puesto mi capacidades al 110% he salido escaldado, siendo consciente de que tan tonto no soy, no consigo adaptarme bien a los estudios. Mis elecciones en la vida siempre han sido funestas, y encima he tenido mala suerte. Bueno, para que no me tachen de exagerado esas decisiones me han hecho conocer a personas maravillosas. No todo va a ser malo. Como pareja, también fallé bastante. Y mi ex, era sin duda excepcional. Tampoco me quiero echar todas las culpas a mi, pero ¿lo ven? otro fracaso. Y ahora me embarco en otra aventura arriesgada, al límite de mis posibilidades. Y me lo tomo en serio. No lo puedo evitar. No puedo hacer el ejercicio ese de voy a probar a ver que pasa, que es en realidad lo que estoy haciendo. No, tengo que estar pensando en eso siempre, cuando la mayoría del día ni estoy delante de los apuntes. Pero esas aproximadamente 6 horas se me hacen eternas. Por eso las cosas que no me tomo en serio son las que me salen bien. El rap, música que no me gusta nada, por cierto y mameluquear por los blogs.

Y ya ni escribo. No hay motivación. Antes les contaba historias, ahora les cuento mi vida, porque es más fácil. Estoy en una porque estoy motivado, pero esa no la verán por aquí, porque es una cosa para mí solo. Bueno, y para alguien más. Pero es así, en petit comité.

La motivación mueve el mundo y mi principal motivación es la risa y la tontería. Esa motivación no es la de una oposición contrarreloj. La motivación de la oposición es el dinero a fin de mes y las vacaciones, pero no tengo ni tiempo, ni puntos, ni interinidades ni suerte en la vida.

Tan solo no tomarme en serio las cosas y eso, estos días, me está fallando bastante.

lunes, 14 de abril de 2008


Por al mediodía había estado cogiendo alcachofas con mi padre en el huerto.

Después de comer me senté al sol en el porche y me quedé dormido.

No recuerdo lo que soñé.

Mi madre llegó y me dijo que me iba a dar frío.

Me metí dentro de la casa y me echó un cobertor por lo alto plegado en cuatro partes.

Después tuve la feliz idea de poner las piernas en alto sobre otro sillón que allí había.

Despertaba. Me volvía a dormir. Oía la carretera y los coches pasar. Y el ruido de mis sobrinos jugar por ahí.

Y seguía durmiendo.

Desperté.

Dos segundos después algo vibraba en mi bolsillo. Era Pedro.

¡Dios mío! Yo quería ver House esta tarde a las 7 y medía o por ahí. Eran ya las 8 y 10. Lo dejaremos para otro día, Pedro. Mañana a ver si churneamos al medio día.

Me incorporé como pude.

Puedo prometer y prometo que no estaba sedado. En mi cuerpo solo había 2 vasos de Pepsi, pollo asado, 2 horas de estudio de por la mañana y mi medicación rutinaria.

Me tambaleaba.

Bajé las escaleras del porche de atrás.

El coche de mi madre no estaba.

¿Estaría solo?

No, estaba mi padre dando vueltas esperando a mi madre que había ido a llevar a mi tía.

Que tarde más extraña.

El domingo casi finiquitado.

Mañana me espera terminar el último tema para cerrar el círculo maldito.

La semana que viene la dedicaré a hacer la programación.

Horas de ordenador me esperan.

Así podré estar más pendientes de ustedes, porque eso me da igual hacerlo en cinco horas que en diez.

Otra cosa es que no se como hacerlo.

Pero aunque no lo parezca me crezco ante las adversidades.

Me ahogo en un vaso de agua, pero llego a los bordes del vidrio nadando estilo perrico.


Eso si, quejándome todo, todo, todo, todo el dichoso rato.

domingo, 13 de abril de 2008

No se lo que me pasa hoy. No me llega el sueño como quisiera. Será que no quiero que llegue el domingo. Los domingos son días melodramáticos. Para los viejos son días de fiesta. Yo debo ser más moderno. Para mi los domingos son un rollo. Mi blog se debería llamar en ver de Mameluco’s Blog, Los Domingos Son Un Rollo o LDSUR, algo impactante. Le he dedicado más posts a los domingos que a nada en el mundo. La inclinación a escribir sobre cosas desagradables no sé de donde viene. Bueno, si. Empecé a escribir sobre mi depresión. Poesía. Poesías terribles de vísceras, caminos estrechos, carreteras polvorientas y vidas de perro. Escribí sobre la muerte de mi abuelo, sobre la pérdida progresiva de mi ex-pareja, sobre mi confusión mental. Hoy sigo escribiendo de todas esas cosas, pero no es lo mismo. Las sensaciones son más diluidas. He perdido estilo, garra, fuerza. Todo me queda como neutro. Además desde que empecé a estudiar de nuevo he perdido el humor. ¿Dónde se habrá metido mi humor del que tanto disfrutaba? Cuando me centro pierdo mi chispa. Me tengo que olvidar que estoy condenado a pasar sentado tantas horas al día en una silla para reírme. Eso solo me pasa cuando salgo de casa, cuando estoy en un bar. Allí si que nos reímos. Siempre fui una persona abierta. Lo sigo siendo. Pero ese poso de pena se me nota ya en los ojos. Y soy tan vehemente o más en persona que en los comentario de los blogs. Bueno, depende del día. Hay días en que estoy apagado como una farola del extrarradio, matada a pedradas por los niños marginales. Otros días soy la luz que ilumina el mundo.

¡Ay! ¡que cosas!

Siempre igual.

sábado, 12 de abril de 2008


Ya me definí como talibán este día en el FOTOLOG

Los que no conozcan mi fotolog, que serán la mayoría de mis lectores de aquí, nunca me habrán oído llamarme así. Si, soy un talibán. Bueno, sensu stristo soy un talibán, por estudio y eso es lo que significa, pero no van por ahí los tiros. Seguimos con lo de ayer. Viene a cuento de unas conversaciones (yo no lo llamaría discusiones) en el blog de Adrian Vogel El Mundano acerca de música y su entorno, casi siempre. Es muy curioso. Siempre he sido muy cerrado de mollera y con la edad se me está pasando. O sea que he dejado de ser talibán, ¿o no? Utilizo esta palabra porque me hace gracia ¿verdad? no porque lo sea en realidad, porque entre otras cosas entre mi filosofía de vida esta eso de vive y deja vivir. Pero bien es verdad que yo puedo criticar, porque es gratis, y al menos nos dicen que en esta pseudodemocracia liberal en la que nos desarrollamos como individuos existe la libertad de expresión. Pues bien, eso hago. Y analizándome (soy un egocéntrico, no lo puedo evitar) he llegado a la conclusión que solo lo soy en lo que concierne a música, y no se porqué. En cuestión de cine hace diez años, por poner un ejemplo, yo era mucho más exigente de lo que soy ahora, donde va a parar. Es más, ahora disfruto más viendo películas. Yo lo achaco a mi carácter depresivo y a lo evasiva que son las películas para mí. Yo he visto mucho cine, mucho. Pero antes era del bueno y ahora es de todo. Antes eran grandes películas, filmografías de grandes directores y ahora es una de cal y otra de arena (como decía el otro día no se cual es la buena y cual es la mala) Puedo ver desde Persona de Bergman hasta Dos Colgaos muy fumaos que yo me lo paso muy bien. Cualquiera de John Ford o cualquiera de John Hughes. Y no es que no sepa diferenciar cual es buena y cual es más mala que una patada en la entrepierna, pero disfruto y eso es lo importante. Eso si, hay géneros que no fueron hechos para mi, como la comedia romántica, pero eso pasa en las mejores familias. Con la literatura me pasa menos, pero bueno, puedo leer novelas o relatos de género, un Manchen o un Lord Dunseny o incluso un Stephen King (su Carretera Maldita me encantó) hasta un Unamuno, un Baroja, un Grass o un Steinbeck. Tengo escritores preferidos, claro, y me dan repeluco los best seller, pero me digo a mi mismo, al menos la gente lee algo. Y eso ya es bueno. Cuando me he leído un best seller (porque no había otra cosa a mano en mis periodos convulsivos) no me han disgustado, simplemente me he dicho que si no te interesa el tema sería difícil de leer. Quiero decir, que si un autor es bueno, te da igual de lo que escriba porque tú te embelesas con las palabras. En los best seller no te pasa eso. Te engancha la historia. Y si no tienes la suerte de que los misterios históricos te gusten (mi caso) pues ya has perdido el 90% de la producción literaria actual de ese tipo de libros, je. Menos mal que hay miles de libros buenísimos esperados a ser leídos por servidor. Eso me reconforta mucho. El caso de los tebeos es muy particular y no entraré en ello, porque ahí si que no hay acuerdo. Es tan temático que no creo que Spiderman y Como un guante de seda forjado en hierro sean de un mismo arte siquiera (por sensibilidades más que por otra cosa).

Y entonces llegamos a la música. O la música, la que amansa a las fieras. A mi desde pequeño me gustó mucho la música. Como lo de leer, debe ser gracias a lo que vi en mi casa. Libros y discos. Estudié solfeo y trompeta. No me gustaba nada el solfeo. Lo sigo odiando. Es muy feo y muy aburrido. Pero eso es otro tema. La primera música que llegó a mis infantiles oidos y que ya nunca me abandonó fue la música clásica. También el flamenco, del que mi padre es gran aficionado, pero esa no me caló nunca. Y miren que soy andaluz. Pero nada. Aparte de Enrique y Ana y las canciones de la Abeja Maya y los grandes éxitos de los Payasos de la Tele lo que escuchaba era la Colección de los Grandes Compositores. Grandes versiones, vive Dios, hoy que las sigo escuchando y entiendo un poco más (solo un poco, no se crean) Karajan, Maurice André, la Filarmonica de Londres, etc. etc. etc. Y por eso soy un purista. Aprendí que la música clásica era eso y no Luís Cobos (un día le regalamos a mi padre mi hermana y yo Tempo de Italia del mostro de la música que tiene que estar por ahí); aprendí que el flamenco era Fosforito y no Ketama. Ya lo sé. Soy un purista, me paso de purista. Soy un talibán. Después aprendí también que se pueden mezclar las cosas si se hace bien (básicamente con Beck). Y por eso sigo siendo muy exigente con la música, o no sé. Porque si no me gusta algo me pongo nervioso y empiezo a mover la pierna o a dar saltitos. Es solo intuición. Por eso no voy a ver a mi madre cantando con su coral. Yo tengo el oído hecho a la Capella Reial de Catalunya, no a cuatro aficionados machacando a Juan del Enzina. Y aunque no lo parezca me gustan muchas cosas, muchas, más de las que se imaginan. Simplemente no sé ocultar mi desaprobación en cuestiones musicales y me pongo muy vehemente y cruel. Si lo soy con la coral de mi madre, que la dirigía un amigo mío, no lo voy a ser con los demás, que ni los conozco.

Llegado a este punto de la vida solo me dejo llevar por la transmisión de sentimientos, aunque parezca raro, en la música. Lo que llega. Y el que me ha llegado más en mi vida ha sido Neil Young, eso no lo puedo negar. Pero también los Joy Division, o Nick Drake. Por no hablar de los Beatles, que no son Dios, pero casi, y porque no nos metemos en el jazz y no echamos mano de Dizzy Gillespie o de Chalie Parker, o de Wynton Marsallis que nos ha hecho vibrar tanto en clásica como el el jazz más clásico. Porque he de confesar que en esto del jazz también soy un clásico y me quedo con el bebop de los 50, aunque la verdad es que no le hago ascos a la bossa nova (aunque si al latin jazz, es que a mi lo caribeño…). Pero tengo miles de prejuicios y los reconozco aquí y ahora. No sabría explicar muy bien porque. Es muy visceral. ¿Porqué no me gustan mucho los Rolling Stones? ¿Por qué Leño sigue molando después de tantos años?¿Por qué en estos momentos me aburre la época romántica en la música clásica? ¿Por qué me gusta La Casa Azul si a priori no debería? ¿Por qué me gustan tanto Sonic Youth? ¿Por qué me gustan más los Sex Pistols que los Clash? ¿Los Who que los Small Faces? ¿Por qué me da igual que los “pijos” hagan música (Los Nikis o El Pingüino) pero no soporto a la gente que después se vende (Fito)? ¿Por qué solo hay dos o tres grupos españoles actuales famosos de pop (LCA, Los Planetas…) que me gusten?

Demasiadas preguntas. Poco raciocinio. Miren o soy muy, pero que muy racional en esto de la música. O muy visceral. Porque si no, no me comprendo.

viernes, 11 de abril de 2008



El Cosmos es todo lo que es o lo que fue o lo que será alguna vez.

Carl Sagan, Capítulo 1, Cosmos: Un viaje personal

¿Por qué empiezo mis reflexiones nocturnas hoy con esta frase? Bueno, no es que quiera ponerme profundo. Es que mañana empiezo un tema, el tema 1, al que he dado esquinazo este mes y pico que llevo estudiando titulado: LA TIERRA EN EL UNIVERSO. GEOLOGÍA DE LOS PLANETAS. ORIGEN DE LA TIERRA Y DEL SISTEMA SOLAR. Si. Va de galaxias, acumulaciones de polvo y de planitesimales. Y le tengo miedo al tema, porque aparte de tener partes tremendamente aburridas, tiene asuntos que me tocan muy hondo. ¿Cómo se formó todo esto? Está bastante bien explicado por los teóricos. Desde el primer nanosegundo del Big Bang hasta ahora que veo como no llueve, porque ya ha parado, a través de las persianas venecianas. Hay lagunas, claro. El conocimiento siempre tiene lagunas. Se irán llenando con el tiempo, si no nos extinguimos antes. O si no dominan el mundo otra vez aquellos enemigos de la ciencia. Si, ya saben los amigos de lo oculto. Curas, frailes, señores de la derecha e inquisidores varios que no ven nada ético en averiguar verdades incómodas.

Estas cosas me recuerdan a las noches de verano de hace ya un porrón de años. Leía un libro basado en una serie de la tele. A priori esto puede sonar a que buscar verdades y cambio de concepciones vitales pueda parecer un poco chocante. Déjenme que me explique. El libro y la serie eran COSMOS de Carl Sagan, el científico molón. Yo miraba hacía arriba, a las estrella y me encontraba como el astrónomo decía poéticamente en uno de los capítulos en las orillas del océanos cósmico. Yo tendría, no recuerdo bien, 14 o 15 años, y el tema me fascinaba de verdad. Tenía en mi interior un concepto de Dios bastante difuminado. Hacía ya tiempo que no creía en la Iglesia Católica, a la que pertenecía por familia, tradición y costumbre. Ese libro me abrió los ojos y la mente. Borró todo atisbo de creencia en algo superior que hubiese habido en mí con anterioridad. No es que el libro sea una apología del ateismo (si lo es contra la superchería y la pseudociencia), pero lo leí en el momento justo. Si fuera un cursi lo llamaría crisis (así lo llamaría Alberti, por ejemplo). Pero no. Fue que el escepticismo con el que nacemos algunos afloraba. No sé si me entienden. Hay personas y personas. Hay gente que jamás se preguntará nada y hay gente que se preguntará todo. No es ni mejor ni peor. Bueno, a lo mejor lo de pensar demasiado es peor, porque nos pone en unas tesituras pesimistas que nos impiden llevar una vida, entre comillas, normal. Los que nos cuestionamos en demasía las cosas llegamos a conclusiones erróneas, momentáneas o lo que es peor, no hallamos respuestas que nos satisfagan, creando un círculo vicioso de mezquindad con nosotros mismos que proyectamos a los demás. Y después tenemos que pedir perdón. Yo no quiero molestar a nadie, créanme. Soy muy categórico porque lo tengo todo muy bien pensado, desgraciadamente. Tengo demasiadas conclusiones en mi cabeza. Muchas veces tengo que deshacer el camino andado, no se crean. Tengo una decisión tomada. Mi cabeza lo sabe, pero no recuerda por qué… entonces tengo que desandar los pasos seguidos de la hipótesis y casi siempre me sale, como la maquinaria de un reloj. Lo malo es que mi reloj está atrasado, adelantado o pertenece a un universo paralelo.

Por eso la mayoría de las ocasiones en las que hablo digo tal y después no sé argumentar por que es tal. Lo tengo que pensar. Soy un poco cuadriculado en ese aspecto. Pero al final si hago las cuentas es tal, y vaya si es tal.


Que mal me estoy explicando, la virgen. Perdónenme, a mis trankimazines, a mis fluoxetinas y a mis tapamaxes, le he añadido frenadol para el resfriado y me desorienta…

jueves, 10 de abril de 2008


Hoy he terminado con la Petrología Metamórfica. La Metamórfica me costo un montón sacármela en su día. Era difícil. No la entendía demasiado bien. Ahora es más fácil, porque las ecuaciones y las partes difíciles me las he saltado. Y eso es porque he mirado mis apuntes. En el temario ni siquiera vienen, claro. Los geólogos se supone nunca hemos visto una ecuación. Cuando me dicen eso se me erizan los pelillos de la nuca. Ojalá hubiese sido verdad. Ojalá nunca hubiese tenido que utilizar una hoja de cálculo o ver esa aberración de la naturaleza llamada Statgraphics. Pero bueno, todo se pasa.

Hoy ha llovido y llueve todavía. Había escrito lo de Charlton Heston hacía días y lo he acabado hoy. Lo iba a hacer ayer, pero no tuve conexión a internet por a noche. Así es la vida.

Ya me he pasado de tema a otro más aburrido aún, que es los métodos de estudio de la Geología. Lo he empezado. Es muy aburrido, se lo puedo asegurar. Miraba la lluvia caer y oía el viento sonar por las rendijas mientras empezaba por el principio, como se debe de hacer siempre ¿no? Y que es lo primero en esto de los métodos de estudio de la geología. Ir al campo. Eso enlaza con la foto que voy a poner en mi diario opositor que llevo en mi fotolog. Es una foto de hace ya 13 años. De mi primera excursión a Sierra Elvira, o el “geodromo”. Allí lo pase muy mal. No se quien era quien comentaba que cuando comentaba un viaje mío a la Serranía de Ronda parecía que había vuelto de Vietnam. Solo decir una breve anécdota de este simpático día de campo. Fuimos ilusionados. Era el primer día, con la asignatura de 1º de Introducción a la Geología (una mega asignatura de 27 créditos –era plan antiguo-). Una escarpada cuesta separaba nuestro primer objetivo de la base de la sierra. Pronto hubo voces desacordes, gente que se quedaba atrás y yo, como soy un gordo era de los últimos. Un chaval, que precisamente no era ni gordo nada, solo repetía una y otra vez a mis espaldas: Esto es una secta, esto es una secta, esto es una secta… Y es que en verdad es duro aguantar el ritmo que te imponían los profesores en el campo. Encima había algunos que ni esperaban a los débiles para explicar las cosas, con lo cual ir al campo era súper inútil…

Al final uno se acostumbraba a todo. A andar kilómetros bajo el sol, con nieve, lluvia, cartografiar con viento lleno de arena, hacer exámenes en Almería a las 3 de a tarde a la intemperie. Si yo he podido hacerlo lo puede hacer cualquiera. Pero yo temía al campo más que una vara verde y de hecho tanto es así que jamás me compré una brújula ni una lupa, solo un martillo Estwing, que perdí en una mudanza…

Ir al campo forzado es una tortura de las más grandes. Pero eso si, hace uno amigos para toda la vida, como en la mili, jejejeje…


Charlton Heston se ha muerto. Supongo que ya lo sabrán. Siempre es demasiado tarde para hacer homenajes. Solo me adelante al de Fernando Fernán Gómez, pero porque me enteré por los agoreros de siempre que estaba en las últimas el pobre. En fin, que Charlton se nos ha muerto. Y me da pena, amigos. En estos días de medias tintas, de no hablar por no ofender se ha ido un hombre singular y admirable. Era singular por lo que todos ustedes están pensando. Su amistad con los rifles. Ese volcarse con la derecha americana más ultra a favor de la 2ª enmienda. Y era singular por muchas otras cosas. Por haber luchado por los derechos civiles en los 60 y sobre todo por la que más me llama la atención, por haber luchado para que “Sed de Mal” fuera llevada a cabo por Orson Welles, con los resultados que todos los amantes del cine conocemos. Se jugó su poder en Hollywood para que un desacreditado Welles (egocéntrico, caprichoso, Orson, en una palabra) dirigiera el film. Y era una de las cosas de la que estaba más orgulloso. Como para no estarlo. Si se fijan, cuando Michael Moore va a reirse de él al final de Bowling for Columbine, tiene colgado el póster de Touch of Evil detrás.

Aparte de eso, como le decía al fotologger antes llamado niunoiz el otro día, tiene un par de docena de películas memorables, que no es poco. Un actor sólido, brillante, que pasó por el gran cine de superproducciones de los 50 al cine de catástrofes de los 70 sin perder nunca la credibilidad, la actitud escéptica de sus personajes preferidos para mi y un prototipo de macho super heterosexual muy interesante.

Aquí les dejo con mis preferidas de Charlton. Ustedes como son super cinéfilos las habrán visto todas, pero como no acostumbro a hacer ni críticas ni nada parecido con las pelis me da igual. Yo solo quiero rendirle homenaje a este actor bueno, bueno, que se nos ha muerto. Por algunos sitios he visto que incluso se han alegrado y todo. Que si un facha menos, que ni no sé que, que si no se cuantos… Como he dicho muchas veces, a mi me da igual la ideología de la gente, si es buena en lo suyo. Y Charlton Heston, era y seguirá siendo, porque para eso las pelis son eternas, un actorazo de armas tomar (que chiste más bueno para finalizar, amigos. Por favor, no me maten).

Nena, en el futuro un par de sacacuartos
se fijaran de mi chupa y mi sombrero
para forrarse en las taquillas

El Secreto de los Incas (Secrets of the incas)
de Jerry Hooper (1954)

Solo por ver a nuestro recién fallecido homenajeado vestido de Indy merece ver la película. Vemos donde se basaron Spielberg y Lucas para montar al simpar personaje que tantas y tantas veces nos ha hecho gozar…

Venid, hormigas, venid,
que tengo un machete, un revolver,
una chati y un carisma que vale su peso en oro

Cuando ruge la mababunta (The naked jungle)
de Byron Haskin (1954)

El joven Charlton interpreta a un rudo hombre de campo (bueno, dueño de plantaciones en el trópico) que se casa por poderes con un ligue que se echa no me acuerdo como (entonces no había Messenger). La cuestión es que los toscos modales del hombretón no le gustan mucho a la dama, hasta que descubre que es un peazo de heroe, cuando la salva a ella y a la plantación de unas peligrosas hormigas asesinas que se comen todo lo que encuentran a su paso. ¡Que bonito es el amor y los insectos!

- Aqui hay un pergamino, Bigotitos. Algo huele a podrido en Dinamarca.
- Eso le pasa por elegir la casa sorpresa, Orson,
y recuerde que esto no es una peli de Shakespear
e.

Sed de mal (Touch of Evil)
de Orson Welles (1958)

Decirle lo buena que es esta peli es redundante. Que si el plano secuencia del principio, que si patatín, que si patatán. Me centraré en nuestro prota de hoy. Hace de un poli mexicano incorruptible en un ambiente asfixiante donde todo lo demás esta más corrupto que las soleadas playas de Miami. Brillante está con su bigotillo.

En cuanto llegue Gregori Pi le inflo a ostias,
por la gloria de mi madre

Horizontes de Grandeza (The Big Country)
de Wlillian Willer (1958)

Haciendo de gañan de rancho, Charlton se enfrenta en esta imperecedera obra maestra a un Gregory Peck en estado de gracia. Hace de pérfido y se pega de mamporros con nuestro Greg, un capitán de barco en medio del oeste. Y hasta aquí puedo leer. Esta película es soberbía, véanla si no lo han hecho aún. Es de esos filmes que duran 3 horas y pico y cuando acaba te da mucha pena porque tienes ganas de más…

Poneos guapos para la caratula de la peli.
Hay de todo, caballos, indios, amorios, tramperos
y hombres, hombres de honor, de los que ya no quedan

Mayor Dundee (Major Dundee)
de Sam Peckinpah (1965)

Otra de esas interpretaciones que te dejan con la boca abierta haciendo de personaje que no sabes si es bueno o es malo. Es una mezcla, como todo el mundo, supongo. Es que Peckinpah es un experto en estas movidas de ambivalencias. Como partener un Richard Harris haciendo de caballero del sur que tambien se las trae el muchacho. Que gran presencia en una pantalla, vive Dios.

Monos de mierda, ya os daré yo vuestro merecido, ya...

El Planeta de los Simios (The Planet of the Apes)
de Franklin J. Schaffner (1968)

Y que decirles de el paradigma de peli genial de ciencia ficción. Con nuestro ídolo casi todo el rato en tapa rabos y sin poder hablar, tratado como si fuera un animal de granja por esos simios diabólicos y por su gran enemigo el Dr. Zaius, sin perder ni un momento la chulería, el empaque y la gallardía de un descreído astronauta americano… hasta que al final… al final… malditas las guerras.

¡Ay! zagala, que suerte tienes que yo sea el último hombre vivo
y no uno de esos metrosexuales que salen en las tertulias de la tele.

El último hombre vivo (The Omega Man)
de Boris Sagal (1971)

Si les digo que el último hombre del mundo mundial es Charlton es para cagarse. Pues así es. Vive en una casa donde lleva vida de sibarita rodeado de lujos. Los demás son zombis. ¿o son infectados? Lo que sea. Menos mal que es un tipo valiente y sabe mucho porque es científico, pero bueno, se siente solo, hasta que encuentra a un grupo de supervivientes con una atractiva afroamericana a la que beneficiarse… no le cuento más. No es que la película sea para echar cohetes (o bien es más mala que un dolor), pero tiene un encanto irresistible.

 
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