lunes, 30 de junio de 2008


Continuando con temas patrios. Hoy hablar de España es hablar de fútbol, y hablar de fútbol es hablar de deportes.

Cuando uno habla mal del fútbol enseguida se le tacha de muchas cosas. Y si encima se encuentra en juego la hombría española en el terreno de juego, más. Para empezar eres un intelectual de izquierdas (siempre de izquierdas) amargado y resentido que odias lo que le gusta a la masa. Nadie se para a ver tu trayectoria vital o las tonterías que te gustan.

Retrocedamos en el tiempo. Lo he hecho muchas veces. Casi siempre. Soy un repetitivo, ya lo saben. En mi más tierna infancia yo era un niño feliz. Lo he escrito muchas veces. Aún recuerdo los dibujos que hice en la inauguración del Mundial 82 y mi colección de cromos de Naranjito. Mis padres me recuerdan como yo gritaba en el Mundial del 78: Argentina, Argentina con apenas dos años. Me acuerdo de todos los mundiales de fútbol, por sus mascotas o por cualquier otra cosa. Son cosas de la infancia que se quedan para los restos, igual que las chapas que tenían caras de ciclistas. Pero eso si se dan cuenta es casi todo porque lo daban por la tele, lo regalaban con los yogures o en las botellas de Fanta de naranja. Nunca coleccioné cromos de los jugadores de la liga, y si de las series de la tele (Comando G, Willy Fogg, Don Quijote) o las pegatinas de V de la Teleindiscreta.

Desde pequeño he sentido una pereza innata hacía todo lo físico, hacia el deporte en general. A saber, yo era el típico niño que era el último en ser elegido para jugar el partido en gimnasia. Y no digo en el recreo, porque en el recreo yo pasaba de jugar al fútbol. Les hablo de 8 ó 9 años. Las clases de educación física eran un suplicio. Recuerdo esas pruebas terribles, correr el kilómetro, hacer abdominales o saltar cosas, como torturas ideadas por algún gerifalte nazi que se aburría en alguna habitación del colegio. En E.G.B. (Enseñanza General Básica, para lo de los planes nuevos) solo suspendí un trimestre de una asignatura en mi brillante expediente: la gimnasia. Entre tanto Sobre y Notable, el Sufi raspao y un Insuficiente en la primera evaluación de Octavo. Para mi Don Julián era el enemigo. No comprendía porque no había otras asignaturas de cosas que me gustasen y si de deportes. Como ven, mi resquemor a los deportes en general, y al fútbol en particular, no es una posición de ir de guays, es una cosa que viene de antiguo, cuando uno no se plantea ir de moderno por la vida. Cuando pase al Instituto yo ya pesaba 103 kilos y medía 1,70. El baloncesto me gustaba algo. La NBA sobre todo, pero era por el espectáculo más que nada. En seguida se me pasó. Las clases de E.F. continuaron siendo un verdadero rollazo. No comprendía porque había que ir a clase y sudar como un pollo, y que tenía que ver aquello con la educación. Nunca fui bueno en matemáticas pero comprendo que se den. En inglés era bueno, hasta que fui malo, pero es normal que en una educación integral aprendamos idiomas. Pero ¿Gimnasia? ¿Dos horas a la semana que suponen? Correr 1000 metros dos veces al año. Yo iba andando. Empecé en 5 minutos y pico en 7º de E.G.B. y acabe en 18 minutos en 3º de B.U.P. (Bachillerato Unificado Polivalente). Se supone que a quien le guste el atletismo que lo practique y así con todo, pero eso de mens sana in corpore sano no lo entendí jamás. Ahora tengo la mente loca en un cuerpo que da pena, pero yo lo elegí así, o mi subconsciente, o algo. Básicamente porque la gente a la que admiro no hace mucho deporte. Eso debe ser. ¿Por qué no había en mi instituto clases de cine o de fotografía? No las había. Y eso era lo que me interesaba a mí.

Por otra parte está esa manía de buscar ídolos e identidades comunes para sentirnos un todo. Yo, un guiñapo de persona, gruñon y cascarrabias, que optó por el individualismo más rastrero hace ya tiempo, no necesito héroes. Y hay bastante gente a la que admiro. Pero no me hacen que pegue gritos, ¿que le vamos a hacer? Mi entusiasmo es muy limitado.

Y no soy de los que dicen que es una barbaridad que los futbolistas ganen lo que ganan y cosas así. Si se lo dan hacen bien en cogerlo. Yo también lo haría. Haces lo que te gusta (y a veces lo que les gusta es irse de juerga) y encima te llevas un pastizabal. Ole por ellos. Ahí si les digo Oleeeeee.

Pero si la gente es feliz, así que lo sea. Yo he dicho muchas veces aquí, y en multitud de sitios, que ojalá me gustara el fútbol. No sería de los que se les desbordaría la pasión tampoco. Pero estaría siempre entretenido. A mi me gusta la F1 (que creo que no es un deporte, que es más tecnología que otra cosa), como ya he contado otras veces, por mero aburrimiento, los domingos al mediodía, y me da igual que gane Alonso, Raikkonen o Kubika. Yo lo que quiero es que sea todo muy emocionante, que haya muchas salidas, accidentes, y que sea todo muy espectacular. Pero por muchos partidos que vea (y son muchos, créanme, que la Eurocopa pilla siempre en exámenes y los pisos de estudiantes hierven ante tamaños acontecimientos, y cualquier excusa es válida para no estudiar) no logro aficionarme.
Si estoy solo no veo un partido de fútbol jamás de los jamases. Y contra mí no se puede aplicar eso de lo de las masas (no te gusta nada que le guste a mucha gente y tal), que soy teleadicto y he visto ediciones enteras de GH y Supervivientes, aparte de festivales de Eurovisión, telediarios de Antena 3, algunas películas basadas en hechos reales de después de comer e incluso algún desfile de ropa interior de Noche de Fiesta. ¡Ahí es nada! ¡Que vengan ahora los gafapastas a retarme!

Pero es que a mí sencillamente los deportes y sus tejemanejes no me interesan gran cosa. A mi me gusta tener alegrías propias, eso es todo. Soy así de egoísta.

domingo, 29 de junio de 2008


No sé como afrontar este escrito acerca de por qué me gusta mi país. Me siento como un niño de esos repelentes que todos los años recibe el ciudadano Juan Carlos (así llaman al campechano monarca los de ERC) en Zarzuela. ¿Qué decir de España? Bueno, para empezar, siguiendo al hilo de mis oposiciones diré que hay tres Españas, la España Silícea, la España Caliza y la España Arcillosa. Eso a priori, parece que no es nada ni bueno ni malo, pero ya en si es una cosa muy buena. España tiene un montón de paisajes diferentes, cuando la especulación urbanística o el turismo no lo masacran es todo muy bonito. Desde el desierto de Tabernas hasta los Picos de Europa. ¿Ven? Ya va una cosa buena del país. España es bonita. Parezco de parvulitos.

LAS 3 ESPAÑAS

Pero en eso nada tenemos que ver los españoles como pueblo, la verdad. Los españoles somos diversos, y en la variedad está la diversión. Bueno, aunque el término sea muy obsoleto, para empezar hay dos Españas. A los más jóvenes les sonará a rollo patatero, pero con la polarización progresiva de la vida política y de los mass media, cada vez es más verdad. Lo que pasa es que las dos Españas son dos nuevas Españas. Una de orden que escucha a Federico y otra de buen rollismo progre que lee El País Semanal. De esos barros vinieron estos lodos. La bipolarización de España es un hecho. Es otra cosa que me gusta de nosotros los españoles. La discusión constante. Como bien cantaban las Vainica: Dos españoles, tres opiniones… Usted entra en un bar suizo y todos sisean como si estuviesen rezando el Rosario. Aquí llega uno a un bar y le ponen la cabeza como un bombo. Y todo, porque en los bares se discute mucho por cualquier pamplina. No sé si el bar es un invento español. La taberna jaleosa sin duda lo es. Por lo menos en el hemisferio occidental. Se discute mucho, pero al final nada. En este país nuestro se arma la de Dios es Cristo pero a la ná se nos ha olvidado todo. Hombre, siempre hay cuatro exaltaos, pero aquí la gente se amolda. Un ejemplo, el matrimonio gay. ¿Quién está hoy en contra aparte de unos cuantos de comunión diaria? A la mayoría les da igual, eso si. A más libertad mejor, o eso por lo menos pienso yo. Pero este país tiene eso. Revuelos que se pasan lo que dure en las noticias. Somos un pueblo olvidadizo, y no significa que nos dejemos manipular tan fácilmente como muchos creen. Simplemente las cosas nos dan bastante igual al cabo de unos minutos. A cada uno le da igual una cosa diferente eso si. Después cada uno a lo suyo y ya está. A unos les gusta el fútbol ( a la gran mayoría), a otros la tele (a otra gran mayoría – entre la que me incluyo yo- ) y a casi todos nos gusta comer y beber. Porque en España otra cosa no, pero comer se come de muerte. Y se bebe de escándalo. Y eso no lo digo yo, lo dicen todos los guiris que vienen a atiborrarse de lejanas tierras. Y miren que no le dan la mayoría de veces comida de verdad, que si les diesen paella de casa de uno, lo fliparían 1000 veces más. Y por no hablar de la sangría de tetrabrick que le dan a los pobrecillos. Yo de vinos y esas cosas no puedo hablar porque no sé de esas cosas.

LA ESPAÑA ETERNA

Y por último resaltar lo que más me gusta de los españoles, y en eso coincido con Sánchez Dragó y el título de su último libraco, en que si hablas mal de España es que eres español. Ante el chovinismo francés, nuestro Volksgeist particular es echarnos piedras sobre nuestro propio tejado. También es poner a parir al vecino por feos aunque nosotros seamos más feos que él. España es así. Podemos dejarnos llevar por discursos progresistas de que nuestra sociedad es muy avanzada (lo es en cierta medida por su pasotismo innato) y que somos Europa. No es verdad. Nuestros sentimientos nacionales son de rancio abolengo. Somos una de las naciones más antiguas de Europa y eso tiene que pesar. Somos país desde 1492. Montenegro lo es desde el año pasado. Nuestras señas de identidad no se pueden meter a la lavadora y punto. Somos herederos de un imperio, como cantaban los megajevis Zarpa. Tenemos una historia detrás. Desde Isabel y Fernando hasta Juan Carlos y Sofía. Es un topicazo como la copa de un pino, pero los pueblos que desconocen su historia están condenados a repetirla. Bueno, eso sería en universos lineales. Pero no vamos a entrar en cuestiones físicas de las que sé bien poco.

Soy consciente de que a la muchachada le da igual todas estas cosas que yo cuento aquí. Bueno, lo de comer no. A todos nos gusta la tortilla de patatas de mamá. Pero así veo yo las cosas. Yo soy español, pero no tengo porque sentirme orgulloso de serlo. No es que esté descontento. Soy afortunado de ser de España y no de cualquier país del Tercer Mundo. Aquí hay sanidad pública y educación, saneamientos, garantías sociales, libertad de expresión. Y me alegro por ello. Pero eso del orgullo, es otra cosa. Es una cosa más íntima, una conexión con algo, con alguien, que comprendo que alguno pueda tener con eso indeterminado llamado Patria, pero que yo, realmente, no siento.

Mirar también de este mismo blog:

SÍMBOLOS

¿POR QUÉ NO TE CALLAS?

FUEGO REAL

EL 2 DE MAYO: MAMELUCO SE LO CARGA

sábado, 28 de junio de 2008


Ronda por mi cabeza desde hace un par de día un post que se llama Prioridades. Pero entre que repaso mis Unidades Didácticas, el calor, la desidia y el desespero lo voy dejando para luego. Lo de Prioridades es acerca de las prioridades de cada uno y la forma de enfocar. Viene a cuento de una conversación que tuvo lugar en casa de unos amigos a la que ni asistí, que me ayudó a decidirme a escribir algo que me barruntaba por la cabeza. Esto está siendo muy extraño. Estoy explicando el proceso de un post que ni siquiera sé si escribiré mañana o algún día. Es muy tarde. Se me ha hecho muy tarde porque no quería que llegase mañana. Ya saben, uno de esos días. La madrugada nos pilló en el patio de un pub de mi pueblo. El patio es un patio normal y corriente de una casa. Sin música, sin estruendo, con limoneros, olivos, laureles y algunas flores. Se ven las estrellas. Hacía calor, pero allí en la penumbra se estaba a gusto. Salgo más que nunca. Nunca he salido tanto, quizás porque he encontrado en ello una solución al que no llegue mañana. Hasta ahora la solución siempre había sido el insomnio. Pero ahora es salir de casa. Es un parche a la goma de la noche que se convertirá inevitablemente en día cuando la Tierra gire los grados necesarios, lo sé, pero las horas pasan mejor así que dando vueltas entre sábanas y sudor, mascullando palabras en la oscuridad, con los ojos abiertos como platos.

Ahora son casi las cuatro y media. Mañana quiero levantarme temprano (o a una hora prudencial) También quiero ir a Correos, mirarme unas cinco UD, y poco más. A lo mejor escribir Prioridades. Pero creo que eso no es una prioridad.

jueves, 26 de junio de 2008


Cuentan que en el café de Berta los bollos suizos eran suizos de verdad. No puedo afirmar ni negar nada al respecto porque jamás los probé, ni jamás estuve en Suiza. Me parece un país claustrofóbico. Como todos, iba a tomar café, a fumar y contemplar las horas pasar por los ventanales. Aquellas cristaleras, reminiscentes de los enormes cristales de moscovita de las catedrales rusas, distorsionaban la realidad callejera. La suciedad del cristal eliminaba la porquería exterior, creando por arte de magia basuril, el prodigioso efecto matemático de que menos por menos es más. El bulevar se veía magnífico por la pantalla protectora de vidrio y mugre.

Ninguno trabajábamos en nada serio. Sobrevivíamos de nuestras pensiones de guerra.

Berta era un imán para los jóvenes estudiantes. Las historias que sobre ella se contaban en toda la ciudad no dejaban de ser tragicómicas. Algunas venían a decir que durante la guerra del 58 su marido – un poeta tísico, fundador de la corriente, hoy olvidada de concentralismo- fue llamado a filas como piloto de la Confederación Occidental, y que cayó en el cielo de Zanzíbar peleando de manera épica con el mítico Perro Negro de los Alemanoides. Otros, sin embargo, cuentan que Berta antes de tener el café, fue prostituta en los suburbios de Manila o espía del COMECOM, o buscadora de oro en Brasil. Lo que si sabían todos es que la mujer a la que todos llamaban Berta, era rubia, alta, de tez tan blanca como el papel clorado y tuerta.

Las tardes de viernes eran las más tranquilas y yo aprovechaba para escribir en pequeños papeles que me daban en una imprenta cercana. En las imprentas, cortan el papel con guillotina al tamaño deseado y siempre hay un excedente, que tiran a la papelera, si no les sirve para otro uso. Me paso por allí y me lo dan. Recuerdo que mi primer libro de poemas lo redacté en finas tiras de 3 centímetros por 30. De unos carteles de peleas de gallos, me dijeron. Una tarde hacía yo de negro para un catedrático y escribía al estilo Pemán un discurso de agradecimiento para una entrega de premios. Era una cosa soporífera. Mi negrero era un perfecto mequetrefe. Le daban el galardón al “Mejor Invento del Año”. Dos mesas más allá, sorbiendo un vaso de leche, estaba un hombrecillo gris, el que realmente había desarrollado el artefacto. Era tan pobre que vivía en una pensión acompañado de dos de sus colegas y una miríada cucarachas. Berta se sentó a mi lado. Me tocó el pelo y me dijo que si me tomaba bien lo que decían de mí. ¿Qué dicen de mí? – contesté -. Que moriste en Zanzíbar. Creo que en parte es verdad. Algo de mi se quedó en Zanzíbar. Eso me suena a película mala, -replicó Berta-. Sonreí. Perro Negro murió en Zanzíbar. Yo volví. Perro Negro estaba ardiendo y yo le pegué un tiro para que no sufriese. Lo sé, me lo has contado muchas veces. ¿Entonces para que preguntas? No quiero que estés mal. No te preocupes. Estoy bien. Yo creo que no. Podría estar mejor, pero estoy bien. ¿Cómo está Mijail? Ya no lo veo. ¿Es por eso que me preguntas? A lo mejor. Te echo de menos. Ya no estoy tan bien. Compréndeme. Creí que Perro Negro te había matado. Conocía muy bien a Perro Negro. Ya sé que conocías muy bien a Otto, querida. Te lo presente yo. Hay una cosa que no comprendo bien, Berta. ¿Por qué nuestros países habían llegado a la determinación de que la guerra es más civilizada si mandan a los poetas y a los artistas a luchar? Creo que fue idea mía. Nunca debiste ser amante del Ministro de la Guerra.

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Es lo primero que escribo de ficción en mucho tiempo, espero sepan perdonar los fallos. Además lo he escrito casi sin corregir, en un arrebato.

miércoles, 25 de junio de 2008


Ayer decía, creo que erróneamente en el fotolog, que estaba atontado por el calor, o por la presión. No es que fuera erróneo al completo. Estoy atontado por la descompresión. La superación de la meta me vuelve a la coyuntura anterior. A mí atávico estado natural, a mi secular estado de enfado con el mundo. Y conmigo mismo. Y eso es malo. Me hace ser un borde desgraciado. En resumidas cuentas, estoy a la que salto algunas veces y otras, desconecto, me quedo pensativo, mirando a un punto fijo, o agacho la cabeza. La felicidad solo me duró un día. Porca miseria. A veces me pregunto que barrunta mi mente por su cuenta. Soy un mierda. Si, un MIERDA. Hoy no quiero que nadie me defienda. Me conozco mejor que ustedes, me temo. Hago sufrir a la gente que tengo a mi alrededor. No quiero ponerme como estaba hace unos años. Hace unos años era horrible convivir conmigo. Después me arrepentía enseguida, pero el mal rato ya estaba pasado. Gruñía, rumiaba, era arbitrario. Era todo lo que odio. Ahora empiezo a serlo de nuevo. Llevo dos días así. Me enfurezco por dentro por nimiedades. Lo malo es que tengo exámenes. Intento evadirme, pero nada. Me quedo colgado cual Windows…

Me fastidia que me diga la gente que son imaginaciones mías, que yo soy el que tiene que salir y esas cosas. Yo no elijo sentir esto. Tengo que luchar mucho para la contención de mi carácter mierdoso. Yo, en el fondo soy bueno. Pero no me encuentro bien. No me encuentro a gusto. Siempre creo que las metas que me marco son las que me hacen sentirme mal, pero una vez superadas, para bien o para mal, siempre vuelve la negrura de la pez a visitarme. Es el eterno retorno. Es el regreso al pasado.

martes, 24 de junio de 2008


Claro, lo de que Cristo lo fundó es otorgarle a un pequeño profeta de la Palestina del siglo I una importancia desmesurada en lo que a los designios que rigen los fenómenos atmosféricos se refiere.

Menos mal que no soy triscaidecafóbico, porque me tocó, de los temas que me había mirado el número 13. El del clima. Me hubiese gustado más otro, pero no por razón de número, sino de tema, claro. El suelo, las rocas de cualquier tipo, el tema 1 al que todos dan de lado y se ocupa de la Tierra en el Sistema Solar. Pero bueno me toco ese. Lo hice lo mejor que pude, que tampoco era para echar cohetes, hoy siendo noche de San Juan, serían muy oportunos, pero bueno, ya esta pasado. Alea jacta est. Además que sepan que terminé mi tediosa carrera un martes y 13.

Lo que ya no me tomo tan bien es la llegada del calor, muy relacionado con nuestro clima mediterráneo continentalizado. A los gordos nos sienta muy mal el calor desde tiempos inmemoriales. Ya saben que la naturaleza es muy sabia. Fíjense en un inuik y en un massai. El esquimal (yo lo pongo aunque les moleste muy el término a ellos –supongo que no leerán esto muchos inuiks-) es como un chinorri achaparrao y entrado en carnes. El africano es largo y enjuto, y pega muchos saltos. ¿Por qué? Para adaptarse al clima. Pero claro ahora nos saltamos a la torera esas adaptaciones, pues cada día somos más independientes del medio. Pronto, cuando pavimentemos Europa con cemento y la única tierra fértil sea el sustrato inventado de los invernaderos, seremos todos gordos, como yo. Así los Iker Casillas (nuestro nuevo becerro de oro) del futuro pararán más “penáltiles” a los italianos. Porque Cristo no tiene nada que ver con el cambio de estación. Es una cosa de solsticios (como me gusta esa palabra), pero que España (si, si, España entera, todos nosotros) hayamos pasado a semifinales de la Eurocopa ha sido cosa del Rey, que les ha dado suerte parece ser a los muchachos de Luis Aragonés, ese gran hombre a un chándal pegado, sin ser yonki y siendo un viejales de esos de mala leche y palillo en la boca. Así lo decían hoy en las noticias. El Donut Borbón le da suerte a la Roja. Valiente tonterías peloteras (y no hablo de balones) hay que oír en según que sitios. Hay que estar tranquilos. Si España gana la copa esa, creo que los bancos han llegado a un pacto secreto de perdonar a todos los españoles las hipotecas o algo así me han comentado mis fuentes.

Obviamente me lo estoy inventando. Yo no tengo fuentes. Y si mis supuestos chivatos me dijesen semejante sandez una de dos, o los recomendaba para Nuevos Cómicos, o llamaba al frenopático más cercano.

jueves, 19 de junio de 2008



Gracias a María por pasarme el vídeo. A ustedes le resultará raro oírme. Nunca lo han hecho. Solo conocen mi cara de pan y mis barbas... Pensaba que había titubeado menos, pero no era así. Bueno, ¿que quieren? Uno no es perfecto...

Tienen el resumen en fotos y los poemas en el post antiguo:
Recital Poético

miércoles, 18 de junio de 2008






Bueno, pues. Bajo el nombre de tag Clares me envía un meme o cadena de toda la vida. Ya saben el funcionamiento. Saben que no me puedo resistir, aunque muchos piensen lo contrario, y más siendo de comida. No sé como Fuensanta habrá intuido que soy un buen aficionado y un cocinilla, o a lo mejor ni lo ha intuido, jejeje. Pero el caso es que sí. Siempre soy pusilánime, me tiro piedras sobre mi tejado, que si soy un petimetre, que si soy un mameluco (como mi propio nombre indica) y un desgraciao. Pero la verdad es que comer se me da bien. Bien, eso era la broma. Ahora viene lo, entre comillas, serio. Se me da bien cocinar. Y eso es verdad. Tengo mano para guisar. Creo que es de lo que siento más orgulloso de mis años de estudiante. Han sido tantos que me ha dado tiempo ha mejorar mi técnica un montón, aunque la verdad, y como decía el libro aquel: todo lo que necesito, lo aprendí en el parvulario. O sea, que casi todo lo básico lo fui desarrollando en el primer par de años y después ya fue mejorar sobre esos cimentos. Teniendo en cuenta que mi carrera fue de 13 años, tiempo tuve. Jejeje Bueno, vamos a hacer el cuestinario.

1. Un alimento que no me guste nada.

Muchos. El primordial: El pepino, el cucumber. No soporto su sabor ni su olor. Es la principal causa de que no coma melón – con lo que me gusta -, por el riesgo de que salga apepinao. Al tio que invente la máquina que averigue antes de abrir un melón de que no va a salir apepinado le deben dar el premio Nobel de algo.

2. Mis tres alimentos favoritos.

La carne de lo que sea (del animal de sangre caliente que sea), la pasta y las patatas como sean también.


3. Mi receta favorita.

Lasaña con carne de pollo sin picar y berenjenas (nata por bechamel).

4. Mi bebida favorita.

La Coca Cola (en lata a poder ser y bebida directamente del recipiente).


5. El plato que sueño con realizar.

Ya lo inventé. Y sin soñarlo, ni premeditarlo. Una ensalada de col lombarda, cebolla, pechuga de pollo y huevo duro. Aliño: sal, aceite y vinagre especial de esos que tiene cositas de jamón. Efecto conseguido: el huevo duro se pone azul. Notablemente exótico.

Estaba a dieta y nos íbamos a pasar un domingo a la Fuente del Avellano. Ni corto ni perezoso uní todos estos ingredientes en un tupperware, metí un tenedor en la mochila con el receptáculo y me fui. Cuando llegamos al claro del bosque saqué la vianda y allí estaba. Carne violeta y huevo duro azul. Y de agradable y suave sabor.

No es que sea de mis platos preferidos, pero una innovación si que es.


6. Mi mejor recuerdo culinario.

Cualquiera de los arroces y conejo con alcachofas hechos por mí, y que salían en su punto, en Granada, cuando estábamos todos los que éramos… en años que en su momento quería olvidar y que ahora ya pasados gusta recordar ( y algunos momentos incluso repetir – pero solo algunos-)

Y uno concreto, con Gaspar e Inés en Donosti, el año pasao, celebrando que había terminado mi carrera...


Y los nominados para hacer lo mismo son (sin obligación ninguna):


Arándanos
(cuando acabe los exámenes)

El Hombre Invisible

Ana Chévere

Socioapatía
(También cuando acabe los exámenes, que sé que me odiará por esto que él considerará una mariconada, jajajaja)

martes, 17 de junio de 2008


Satán me dio un taco e hizo que me pusiera realmente enfermo, el pollo estaba crudo y estaba todo lleno de aceitaco. (Traducción mameluca)

Esta es una forma más de ponerse enfermo. Existen miles. No me la he inventado yo. La inventó ese gran genio, un poco desgarbado, que es Beck Hansen, en una de mis cansiones preferidas, Satan gave me a taco de unos de sus discos más desconocidos, el Stereopathetic soulmanure (1994). Estar enfermo es innato a los seres vivos. Somos perecederos, como los yogures, casi todos los programas de Antena 3 y los iguales de la ONCE.

La enfermedad también, casi siempre, afortudamente, suele ser perecera, y no pasa de un resfriado, una migraña o un dolor de barriga. Los nervios son igual si son por un motivo concreto. Si se instalan en ti por un motivo desconocido para la ciencia apaga y vámonos, que hay para largo. Las últimas semanas –sé que me repito más que el ajo, más que los Morancos, incluso más que Jiménez Losantos- están siendo un reconcentrado de síntomas leves convertidos en graves por la centrifugación de sentimientos, de falta de vigor y por la pérdida de perspectiva. Pensar mucho en una cosa hace que la distancia con que hay que examinar los problemas desaparezca, y simplemente, se haga una ligazón a comer, a dormir, a limpiarse los dientes o a rascarse el codo. Hoy he vuelto a soñar. Faltaban 20 minutos para la presentación. Me tenían que llevar en coche, pero tenía que pasar por una copistería para imprimir la programación y encuadernarla. No daba tiempo. Tanto esfuerzo para nada, me decía a mi mismo. Después se mezclaban con otras cosas que no vienen al caso, pero que me recordaban que la vida no es de color de rosa precisamente. Asumía al fin que lo que era, lo era y punto. Lo que soy.

Y acabo, pues como empecé, con Beck, de su disco Mellow Gold (1994), Loser.

Soy un perdedor
Im a loser baby, so why dont you kill me?

lunes, 16 de junio de 2008


Los que sean viejos en el blog se acordarán de cuando me poseyó el espíritu de Kafka. Ni él ni yo estábamos muy convencidos desde un principio. Comentaba con Ana Chévere que las oficinas son medios que no favorecen el desarrollo de una creatividad desaforada. Bueno, a Franz parece que le funcionó. A K. le funcionaron las oficinas de las agencias de seguros y la relación tortuosa con su pápa. A mi me funcionan los domingos como entes agobiantes y las oposiciones chungas que me hacen escribir clamando al cielo.

Y en realidad hay poco nuevo que añadir que ustedes ya no sepan, y que yo desde luego no experimente. Ansiedad, nervios, desazón, sueño. Bueno, me he quemado un poco, pues he estado bajo el sol y mi sobrino Juanito me ha metido un dedo en el ojo. Pero eso son daños colaterales. Hemos cogido alcachofas y albarillos. Los albarillos son albaricoques y está correctísimo dicho, que lo he comprobado en el D.R.A.E. El día era luminoso, veraniego y durante la charla del aperitivo yo miraba mis temas e intentaba esquematizar mis conocimientos, tan someros y yermos como una sebja.

Me martirizo una y otra vez con mi falta de conocimientos. Me he acordado de Kafka como por casualidad, y a medida de que avanzo en el escrito me doy cuenta de que a lo mejor el azar no ha existido en esta correlación de ideas. Mi situación es kafkiana. El peso del sistema se cierne sobre mí como una apisonadora. Preséntese allí, esté a las 8 de la mañana en tal edificio, de la monstruosa Universidad Laboral levantada por Franco. Todos como abejas, a las colmenas. Bailemos la danza opositora. Zumbemos las alas lo mejor que podamos. Tendremos nuestra celdilla. ¿Sacaremos nuestra jalea? Yo me conformo con un poco de cera.

Mas sobre KAFKA en este blog

viernes, 13 de junio de 2008


Suena un avión que planea. Parece que se va a precipitar sobre el suelo. ¿Qué será? – me pregunto en la madrugada de junio -. Creo que nunca tendré una respuesta clara. Ya ha dejado de ser audible. Ahora solo aúlla la torre del ordenador. Mis párpados van densificándose de forma inexorable pero no tengo ganas de que llegue mañana. Porque mañana será otro día y quiero que no sea otro día, o que sea ya otro mes.

Me da igual. O no.

Pronto Venus dirá que es de nuevo de día. Yo dormiré a esas horas. Y soñaré que la vida se ha vuelto a confabular contra mí.

miércoles, 11 de junio de 2008


Comunicado especial del AB, sección Castro.

Ante las escalofriantes noticias que nos vienen de la gélida Bruselas (malditas las coles, malditas, grito como Taylor, en El Planeta de los Simios) no podemos más que reiterar que si bien nuestra manifiesta falta de pretensiones y la consiguiente ambición nula son ostensibles en nuestro cenáculo, la clamorosa e increíble resolución de querer hacernos trabajar como bestias de carga 10 horas al día nos parece a todas luces un retroceso a la Revolución Industrial, por lo menos. ¿Este es la Europa unida y de progreso que nos prometieron ufanos? ¿Le darán la razón ahora a los anti Maastricht? ¿Fui un iluminado al votar NO a la Constitución Europea precisamente por tratarnos como a ganado y no como a ciudadanos? (Debí toda la información sobre la citada Consti al programa de Gomaespuma, que fueron los que más se esforzaron en explicarla. Tiene bemoles que un programa de humor sea el que te dé más argumentos para decidirte en una cuestión así)

Esto es el desideratum. La muerte de lo que quedaba del estado de bienestar por decreto. Aún así me tildarán de radical muchos cuando digan que los que realmente gobiernan los estados son las empresas multinacionales. ¿A quién si no le interesa tanto que se rinda? A los ricos y poderosos. A mi me da igual. Es más, no me da igual. Ojalá se les pudran las tripas y su dinero.

Trabajar de 60 a 65 horas semanales. La jornada de 48 horas se puso en 1917 (Entonces eso de los sábados apechugando, aún se estilaba).

¿Estamos locos, señores míos? ¿Somos máquinas? ¿Somos acaso meros productores? Si se trabaja tanto, ¿Cómo quieren que no haya paro? Solo quieren beneficios, beneficios.

El trabajo no dignifica al hombre. Al hombre lo hace digno, si es que lo hace algo, sus ideas o sus actos. El hombre trabaja para pagar el coche o la hipoteca. o el canal satélite. Muchas veces está tan absorbido por su trabajo que consigue solo expresarse por su trabajo. Y ahí es cuando entra la palabra alienación. El fin justifica los medios. Pero si es el fin en si, somos larvas del capital. Somos vampiros del sistema. Por eso, trabajar mucho, no. Si es para una empresa privada cumple para que no te echen. Pero no seas pesetero, ni ambicioso. Si eres funcionario, ya sabes. Ya tienes la vaca atada. Cumple con lo que te dicte tu conciencia.

Y si quieres ser rico, prueba la única forma lícita. Gana la lotería o hereda.

Mira qué resplandor
Naciendo está
Un nuevo imperio
Europa parece resurgir
De la miseria al esplendor
Ella es la solución
La moneda, su bandera
Siento toda su luz,
Alumbra tu nuevo engaño.
Vieja y podrida prostituta
Tu maquillaje no tapa el olor
Llega un sueño mejor
Paga por tu ración
Europa pide tu interés,
El robo será más eficaz.
Vieja y podrida prostituta,
Tu maquillaje no tapa el olor.
Nada verás cambiar,
Nada.

EUROPA de La Polla Records

lunes, 9 de junio de 2008



El óxido nunca duerme
mi lecho es de herrumbre
y virutas de metal

la carcasa que me protege se estropeó
hace ya algunos inviernos
y ahora todo es color robín...








Improvisación de domingo por la mañana.
Cuando se queman las naves uno se siente poético.

Bueno.

Hoy ha amanecido el día y lo primero que he hecho ha sido escribir esto.

He soñado que me quedaba calvo. Deambulaba por un desierto de carreteras del desierto de facultad en facultad – habría unos 700 u 800 metros de distancia entre una y otras- buscando hacer el examen de oposición. Estaban como abandonadas, pero había mucha gente. No encontraba mi sitio. Encontraba a personas conocidas. Algunas vivían en donde los bedeles y guisaban allí arroz. Tenía una mesa con una tele puesta sobre un mantel de ganchillo. Era una gente de mi pueblo que ahora no recuerdo quienes eran. No eran amigos míos, eso seguro, pero me senté allí, cansado de buscar. Yo nací aquí, me decía la muchacha, por eso nos dejan quedarnos.

Ya no recuerdo más. Solo de mirarme al espejo y perder el flequillo.

Les prometo que no me lo invento. No serviría de nada inventarse una tontería así, tan obvia de sueño. Es tan fácil de analizar que Freud me escupiría a la cara. Es mi preocupación por la logística del día D. ¿No les decía eso de los trinos y los amaneceres? No iba yo muy desencaminao… A las 8 de la mañana me lo han puesto los muy desgraciaos. Para mi eso es madrugada profunda (no levantarse a las 8, estar allí a las 8). Ya se que muchos que me lean dirán que ellos se levantan todos los días a esas horas. Yo también lo he hecho muchos años, pero a lo bueno se acostumbra uno pronto.

No me quejo más. Solo les dejo caer algo. Aún siendo tan condenadamente pesimista, borde y esdrújulo, me gusta la vida más que a la media. Y con una serie de autolesiones y estar al filo del abismo en dos ocasiones a mis espaldas. Lo he descubierto hace un rato pensando mientras me duchaba. ¡¡A las conclusiones que llega uno!!

Y lo gracioso era que estaba pensando en la frase nada nuevo bajo el Sol, que repito yo mucho… y lo falsa que es, porque en realidad estamos en su mismo plano. Lo que hace que esté arriba es la distancia… y de ahí a que me gusta la vida más que a muchos ha sido cuestión de segundos… ¡Qué extraños mecanismos tiene la mente!

Otro día se lo explico más largo y tendido.

viernes, 6 de junio de 2008


Hoy el mundo se puede desmoronar y mañana no moverse en miríadas de años. Eso es algo que ocurre. ¿Es contrario al principio del actualismo o del uniformismo? ¿es mero catastrofismo? Pues al final parece que no. Las cosas ocurren a diferentes ritmos esa es la verdad. Ocurren en el pasado como ocurren ahora. De forma gradual. Nuestra vida es igual. Está llena de pequeños sustos que olvidamos en cuestión de minutos. Pequeñas traiciones, pequeños placeres, pequeñas desazones. Cuando uno está enfermo magnifica todo, como si su cabeza fuera la casa de Gran Hermano. Y algunas cosas que nos causan verdaderos traumas. Lo que ocurre es que lo que causa los traumas puede ser como la gota de agua en el cráneo del reo, o el meteorito que extingue a los dinosaurios. La frustración perpetua es versión gota de agua. Un día pasa y otro. No consigues lo que te propones. Lo intentas de verás. Lo juraría por algo, pero nada es sagrado para mí. Lo juro por los plásticos más duros, por Neil Young, por Pio Baroja. Hago lo que puedo. Lo prometo. Palabra de Mameluco. Pero aún así estoy a años luz de cumplir mis objetivos. Mis ritmos son diferentes a los indicados en la receta del triunfo. Soy un actualista avocado a la catástrofe. Mis biorritmos son lentos, parsimoniosos, no diré que metódicos, pero si rutinarios. Algunos días los doy por perdidos porque sé que mi cabeza no va a funcionar. Aún así, me digo a mi mismo: he de intentarlo. Peor el remedio que la enfermedad. Es un caos, una hemorragia de melancolía incorrectamente dirigida. Otros días me tiro horas delante, muy concentrado, pero mi cabeza es lenta de reflejos y doy vueltas sobre mi eje herrumbroso. ¿Por qué tanto dolor, por qué tanto esfuerzo? No me acuerdo de nada en absoluto.

Mi cabeza está permanentemente en la mierda de oposición. Solo pienso en un aula llena de nervios. Pienso en la mañana temprano. Odio madrugar. Odio las clases llenas de ilusiones que se desvanecerán, tan vanas como las avellanas. ¿Qué será de las quimeras perdidas en esas estancias abancadas llenas de seres nerviosos, malencarados y tristes? Mirar el lado positivo de la vida. La típica cantinela ¡Y una mierda!

El lado positivo de la vida es la molicie, vaguear debajo de una parra sin avispas, a las 12 de la mañana en verano, leyendo el periódico esperando a comer almendras con Coca Cola. Lo bueno de la vida es mirar el fuego somnoliento sin esperar nada. Leer un libro que no quieres que acabe. Escribir una cosa que te provoque risas mientras la escribes. Lo mejor de la vida es cocinar para otros que tienen hambre y esperan. No es estudiar temas, hacer oposiciones, levantarte temprano, ser explotado, alienado, engañado y encima que te digan que en el trabajo te hace digno. Los nazis decían “Arbeit Mach Frei” (El trabajo hace libre). Los nazis eran muy malos. Uno que era más bueno que ellos, aunque no existiera – al menos como Dios- dijo una vez “La verdad os hará libres”. En eso estamos de acuerdo el Chus y yo.

Al menos en mi fuero interno soy libre. Libre de pensar que esta vida es un asco. Al menos la mía en estos momentos.

jueves, 5 de junio de 2008



Esta mañana releía un antiguo Mondo Brutto. No les daré más detalles sobre las circunstancias.
La cuestión es que el artículo leído en este prozine (que no revista) enlazaba con un post de Antonio Gómez que leía en el blog de Vogel acerca de la “vietnamitas” y esa época de “gloriosos” fanzines (cuando aún no se denominaban así) hechos a multicopista. Mi padre participaba en uno de esos de los postreros sesenta y primeros setenta. Se llamaba “Entre Nosotros” y lo editaba el Jucad (Juventud unida para la cultura, la animación y la diversión o algo así) Club de mi pueblo. Hasta secuestró algún número la Guardia Civil. Jojojo. ¡Ay! Los progres estos, ya vetustos abuelos.

Todo versa sobre si se puede hoy en día salirse de la norma y si acaso internet no es el medio y concretamente los blogs no son el medio para hacerlo. La repuesta es bien clara. Si. Pero un si como una casa.

Uno de mis hobbies preferidos es meterme es sitios alternativos al pensamiento único. El “pensamiento único” referido a partidos políticos consolidados en nuestras democracias liberales. Hasta IU es un partido rentalista de este sistema. Por no hablar de nacionalistas y listos (Rosa Díez et al.).

Empiezo un delirante viaje al pensamiento alternativo delirante por la red de redes. No se si lo saben, pero hay muchas Falanges. Una de las más llamativas es la Falange Ucraniana, que pide la independencia de un pequeño estado entre Polonia y Ucrania llamada Galícia o Croacia Blanca.
Es como de novela de espías de la Guerra Fría.

Por un extremo totalmente opuesto tenemos a la Asociación de Amigos de Korea del Norte, que por desgracia está temporalmente fuera de servicio, pero que nos ofrece a traves de este simpático caballero, Alejandro Cao de Benós de Les y Pérez, alta instancia del gobierno coreano con su relaciones internacionales y seguidor fervoroso de ese gran lider que es Kim Jong Il. Si, ese que está como chalado, amenaza con sus armas nucleares y parece el malo de una peli de serie B.

Si lo que se quiere es comunismo puro y duro, materialismo dialectico 100%, sin andarse por las ramas, acudan a La Conquista de la Civilización Socialista. Blog supercompleto sobre los logros de esta ideología, de la que no diré mi opinión al respecto porque los que leen mi blog ya la conocen.

Y ahora una joya entre las joyas, un fantástico blog llamado El Carlismo contra la Globalización. Por favor, pónganse en la piel de una persona conservadora y católica por un momento. Se que es difícil. Yo soy ateo, quasianarquista y librepensador, pero bueno, hago el ejercicio. Creo que el artículo que firma el señor M. Fernández sobre Cónclave en el Partido Popular merecer ser leído con atención.

Siempre he admirado esta web, Movimiento Por La Extinción Humana Voluntaria incluso le dediqué un post en mi antiguo blog. Ya se que es una cosa como medio en broma medio en serio, pero ¿Qué no lo es? Además, el humor es un arma cargada de futuro… pero no para futuras generaciones parece ser…jejeje

Desde mi adolescencia he sabido que El Bierzo era independiente. Cosas de leer Pedro Pico y Pico Vena del inmortal Azagra. Pues esta gente tiene su coalición política y su correspondiente blog: Gentes del Bierzo, donde reinvidica sus cosillas y pone de manifiesto las promesas incumplidas.

Siguiendo con la tónica, los cartageneros quieren declararse independiente como provincia también. El caso es que los de Murcia tampoco los quieren… podrían llegar a un acuerdo, ¿no? Cartagena Provincia.


Les he puesto unas cuantas cosas curiosas sobre los blogs a contracorriente. Algunos están demodé y algunos están apoyados por plataformas ciudadanas bastante importantes.

Pero esto es simple anecdotario. No es por dejar en mal lugar a ninguno de los blogs citados. No está ahí el quid de la cuestión. Es por el mero hecho de que la importancia de los blogs en mi opinión es que sean personales e intransferibles. O sea, que sean tan personales y únicos que no puedan ser multicopiados, fotocopiados o repetidos. La idea es que cada uno dé su opinión, por peregrina, desagradable, anticuada, desvergonzada, churrigueresca, inútil, desfasada, zangolotina, pasada de vueltas o papanatas que pueda ser o parecer. Es difícil hacerse un hueco en el maremagno virtual en el que vivimos hoy en día. Un día llegas a un sitio que te parece guay y al día siguiente se te ha olvidado. Cuando lo recuerdas ya no sabes como llegar. Y lo mismo aplico para los comentarios. Si nos cortamos en los comentarios, si no somos nosotros mismos, ¿qué gracia tiene el asunto? Yo soy muy amable aunque pueda parecer lo contrario. Les abro el ascensor a las ancianas y les doy los buenos días y si me hablan de política me callo como un bendito, respiro hondo y miro para el techo. Esas cosas ya no me pasan. Ya no vivo en un bloque. Vivo en mi casa y ya no hace falta disimular. Pero el mundo blogger es mejor que las “vietnamitas” porque podemos ser disidentes con ideas fuera de las corrientes generales de pensamiento y tener opiniones instantáneas. Sin a lo mejor pensar mucho en lo que vamos a decir. Somos más nosotros. No somos seres con boinas que se atusan la perilla y dicen: eeeehhhhh… Somos seres pelín irracionales que nos movemos por instintos. La razón es la máxima a seguir, pero las pasiones determinan al animal humano tanto como la razón.

Somos

Superreino: Eukaryota

Reino: Animalia

Subreino: Metazoa

Superfilo: Deuterostomia

Filo: Chordata

Subfilo: Vertebrata

Clase: Mammalia

Subclase: Eutheria

Orden: Primates

Suborden: Haplorrhini

Infraorden: Simiiformes

Parvorden: Catarrhini

Superfamilia: Hominoidea

Familia: Hominidae

Tribu: Hominini

Género: Homo

Especie: H. Sapiens

todo esto…

Animales inteligentes que tienen instinto e inteligencia. Aunque a veces lo que tienen es sueño, como yo ahora…

miércoles, 4 de junio de 2008


Si no han visto el desenlace de la 4ª Temporada de House y leen este post se lo puedo chafar, así que si les interesa, no lo lean...


¿Qué llegue o que no llegue? Es difícil saberlo. No quiero hacer comparaciones odiosas, pero es como un pequeño corredor de la muerte.

Las reacciones a las cuentas atrás son en mí adversas, y siempre desafortunadas. Rememoran esperas tensas, amargas noches de agónicas horas en vigilia esperando el inexorable canto de los pájaros que son preludio de amaneceres de estudio atolondrado. La huella, el rastro hondo en mis neuronas de los exámenes han licuado poco a poco mi débil materia gris a base de nervios y lágrimas.

Si, me pongo melodramático. En realidad soy un héroe de opereta decimonónica venido a menos en un mundo vacío, sin gracia, sin chichipirri. Ustedes me dirán que huela las nubes y que la vida es maravillosa. Vale, admito pulpo como animal de compañía y que hay un Dios que todo lo ve montado en una nube como Son Goku. Pero eso son vueltas que le doy yo a mi cabeza, lo sé, lo sé.

El mundo es bello. La vida es maravillosa. La muerte es connatural a la vida. Hoy se ha muerto zorra implacable en House. Amber. ¡Que gran mujer! Me ha dado más lástima que cuando se murió Chanquete. Pero así es la vida. Pero cuando uno sufre, por mucho que los demás crean que es inventado, la sensación de nausea y desespero está ahí. La gente dice que siempre hay que buscar las cosas positivas. A continuación te dicen que te compares con la gente que se muere de hambre o tiene cáncer. ¿No es una incongruencia? Si se busca el positivismo hay que buscar modelos positivos de gente feliz, lo cual puede aumentar algunos enteros la frustración que sientes, y no por envidia, que podría ser – no es mi caso, porque tengo muchos pecados, pero no ese-, sino porque te planteas tu vida y descubres que no eres nada. Nada. Siempre tuve la sensación desde que era un preadolescente que no acabaría muy bien. No me veía cualificado para esta vida acelerada. A la larga veo que no era tan tonto. Mis sobresalientes no eran de chiripa (de estudiar no eran, desde luego). Creo que ahora soy menos apto que el teen que se sentía levemente superior. Hoy me siento bastante inferior. Cada vez que me siento delante de unos apuntes me dan ganas de quemarme a lo bonzo, pero es que no hay otra salida. No quiero que me exploten en una empresa, y no puedo desarrollarme por otros lados porque no se como hacerlo, y creo que no tengo el talento suficiente. Me he demostrado a mi mismo que a la larga puedo sacarme algo estudiando, así que, aunque acabe loco entero – ahora solo estoy medio loco- ese es mi plan. Plan suicida. Kamikaze rules.

lunes, 2 de junio de 2008


Cuando la calesa se paré delante de la puerta la niebla cubría el crepúsculo que caía sobre la ciudad. Entramos al club Diógenes a eso de la cinco y media y nos condujeron a una estancia del piso superior. Pasamos por el gran salón, donde los gentlemen leían el periódico, fumaban cigarros habanos y dormitaban al arrullo de las lámparas de gas. Nadie hablaba con nadie.

Nos esperaban dos funcionarios del Ministerio de la Verdad y el presidente del club. Como no íbamos vestidos para la ocasión se nos proporcionó corbatas de lazo y chaquetas con lustre. Se nos sirvió whisky de malta, que yo rechacé, ante la sorpresa a de loa allí congregados. Cuchichearon algo al oído, aunque oí perfectamente la frase: “este hombre no puede ser normal”. Mi compañero si acepto la oferta. En la habitación olía a barniz y a papel viejo, a madera seca y a cerrado. El juez que nos juzgó creyó oportuna mi petición de hacer esto de esta manera más cabal, más audaz, menos baja, quizás.

En el juicio celebrado en esa misma mañana se nos acusaba de agitación de las masas. Negamos tal crimen, si es que así pudiera llamerse. Admitimos alguna culpa en el caso de agitación de conciencias personales, pero jamás de las masas. Las masas –expliqué- no me inteseran lo más mínimo, señoría. Los individuos sí. Agitar una conciencia es una cosa por la que vale la pena intentar mover ficha. El juez circunspecto miró su libro de leyes y decía que no venía tal delito. El vacío legal debía resolverse de alguna forma. Mi compañero rebatió argumentando que si existía el vacío no tenía porque reternernos y que debíamos ser libres. Eso no gustó a los presentes. La gente quería sangre. Quería nuestras cabezas en la picota de los periódicos de la tarde, junto a los asesinos de prostitutas y los lobos que acaban con los rebaños en los páramos.

Receso para comer, dijo el juez, y se vació la sala. Cuando estuvimos solos propuse a todos jugarnos nuestra suerte al 21 en un sitio discreto.

El fiscal no lo veía conveniente.

Nuestro abogado me daba codazos.

Y nosotros nos mirábamos, sonrientes. De alguna forma, tendremos que salir de esta.

Cuando comenzó la partida a una sola mano yo tenía un as. Mi socio tenía una dama. No sabía lo que tenían los demás. Pedimos otra vez. A mi me toco un 2. A mi socio le toco un as. 21. Él al menos estaba salvado…

Bebió un gran trago de whisky y el juez que era el que repartía dijo: pongan sus cartas sobre la mesa.

Jugábamos 3, aparte de mi socio. El primer funcionario tenía en total 4. El otro 5 y yo 3. Salían 11.

Bien, dijo el juez. Se va a tirar usted 11 años en la cárcel por agitador de mentes individuales. Su amigo es libre, pero lo seguiremos de cerca.

Y como todo depende de cómo se porte en la prisión le condeno a 11 años y un día en la prisión más apartada de país.

Esta fue la última vez que vi a Raymond.

Me envió su libro a prisión, que escribió en Freedonia llamado “Anarquismo Burqués y Socioapatía: teoría unificada del todo individual”. No se puede aplicar la típica frase de que el discípulo supera al maestro porque R. fue más maestro que alumno, siempre fue más listo que los viejos que los rodeaban.

Yo, Michael Aston McMelucought, emigré, después de 11 años y un día a las lejanas ínsulas del Pacífico Sur, donde mis teorías políticas no hacían ninguna falta para ser feliz. Porque al fin de al cabo no se puede luchar contra las moscas a cañonazos ni se puede batallar con tirachinas contra dinosaurios.

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Dedicado a Ramón en su vigésimo primer cumpleaños. Nos llevamos 11 años y un día. Pero no es una condena, es el azar. Siento no ofrecerte algo de mayor calidad, querido amigo, pero mis neuronas no me hacen demasiado caso últimamente . Es un poco triste decirlo, pero la intención es lo que cuenta...

 
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