lunes, 31 de diciembre de 2007


Me desperté un día y no me convertí en un insecto. Mis pelos eran un poco más largos y mi habitación estaba tapizada de pósters de La Oreja de Van Gogh y Melendi. Me levanté y en casa todos me miraban alegres. Hoy era el gran día. Hoy era Nochevieja. En mi fuero más interno la idea me repugnaba, pero sin pensarlo mucho la alegría me embargaba. Nochevieja era la noche más mágica del año. Iría a un cotillón vestido con mi primer smocking, pagaría una barbaridad por unos combinados del peor garrafón imaginable, y me codearía con mis amistadas, adquiridas recientemente, en la urbanización donde nos habíamos mudado el verano pasado. Tenía que ir a recoger a Elsa a las 10 de la noche y allí tomaría un aperitivo con sus padres. Su padre era cirujano y su madre tenía una consulta dental en nuestra calle. Le había comprado un gran ramo de flores que mi madre guardaba en la nevera. Pero algo no funcionaba. Creo que esa no era mi vida. Mis recuerdos son otros. Antes yo vivía abrumado por un orden establecido brutal, kafkiano. La burocracia me ahogaba desde que siendo muy pequeño fui seleccionado en la escuela embrionaria para ser dirigente del Partido Interior. Hoy todo eran risas de mis padres, y la telepantalla daba anuncios de champán con caras aún más sonrientes. Pero no me dejaba de parecer kafkiano, opresivo. El mundo, según me decían por teléfono mis nuevos amigos, no estaba en guerra, había paz, porque el muro de Berlín había caído y habían ganado los buenos. Ahora disfrutábamos de lo que llamaban el Neoliberalismo, el paraíso en la Tierra si tenías la suerte de ser rico.

Yo apenas recordaba aquello, como decía antes. Tampoco había sido educado para recordar nada, y mi mente era fácilmente maleable.

Quedé en un pub con Toño y los otros a eso de las siete. Tomando un Amaretto jugábamos a un juego llamado billar americano. Sonaba música de los Hombres G y hablábamos de chicas y de partes de sus cuerpos. Empecé a sentirme mal. Me fui a casa.

A las 10 estaba en casa de Elsa con el traje puesto como un autómata. Nos fuimos al Club, donde era el Cotillón. Nos sirvieron una comida pastosa, a veces dulzona a veces insípida, y cuando faltaban diez minutos para las doce Elsa me dijo que me quería. Olí su fuerte perfume y me dieron nauseas. Su cara, larga y tan insípida como la comida, estaba terriblemente maquillada. Parecía que llevaba una careta puesta. Todo estaba llenos de globos y de racimos de uvas de corcho, Huí…
Salieron a mi encuentro unos cuantos… no podía ser… ¿Dónde me encontraba?

¿Nochevieja? ¿Año 2008? ¿Qué era todo esto?

Atravesé unos campos llenos de lodo. Alguien me ayudó a atravesar un muro de cemento.
Parece ser que todo fue un sueño, me dijo el doctor. Deliré durante días.
Había trabajado mucho últimamente en el Ministerio de la Verdad. Creo que me enviaron a otra parte del mundo porque mi adhesión flaqueaba. Conocí otra realidad distinta. Un lugar donde había una cosa llamada Nochevieja, un sitio lleno de oropeles, falsedad e hipocresía. Creían que las cosas iban a mejor por el mero hecho de vestirse de forma diferente y olvidarse cuan horrible es todo. La felicidad plastificada hace sentirse bien a los que no discurren demasiado. A los infelices lo arrojan al arroyo. Los proles son incluso más infelices que aquí. Manipulan todo y a todos. Su Neoliberalismo es la dictadura del dinero, del que depende todo su status quo. Aquí a lo mejor hacen lo mismo. De otra forma, pero lo mismo. Sé que cometo crimental, pero me da igual. Gracias a eso, gracias a ver lo que es la Nochevieja, me había vencido a mi mismo.

Ahora amo al Gran Hermano.

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Dedicado a Ana (Arándanos)

jueves, 27 de diciembre de 2007


Pepe sorbía la cabeza de una gamba mientras veía el especial de ¡Mira quien baila! en la Primera de Televisión Española.

El mensaje del Rey no le había gustado porque no había opinado nada en contra del canon. Le parecía intolerable que el primero de los españoles no se rebelara contra la estafa de los cds subidos de precio. A él el terrorismo, los accidentes de coche y el desarrollo sostenible le trían al pairo.

El baile pensaba para sí, está sobrevalorado. Anne Igartiburu además es imbécil. No podía decir sus pensamientos en alto, porque para su padre Anne era el paradigma de la elegancia. Su madre preparaba el asado mientras veía el programa en la cocina.

Estaba además indignado porque no se le había descargado del emule la peli que quería ver en la noche de Navidad. Santa Klaus conquista Marte.
La cuestión es que la cena le sentó mal a Pepe, entre estar pendiente de los danzarines y acordarse de sus frustraciones el estómago se le había vuelto de al revés.

Sentado en la taza del water releía un Pronto olvidado allí desde el verano. Todos lo pasaban bien en verano menos él. Le habían quedado ese año tres. Un verano con Álgebra, Química y Métodos Numéricos no era buen plan. Además en verano en el pueblo no había internet. Le dio mal rollo acordarse del verano y tiró el Pronto por la ventana.
Se acostó pronto y pensó en la peli “Los fantasmas atacan al jefe”. Siempre había pensado que si unos espectros se le apareciesen sencillamente moriría del susto. Había dispuesto un código con sus amigos por si esto ocurría. Si lo encontraban muerto de un ataque con los pulgares e índices enlazados todo estaría claro. Los espectros existen.
Pepe no entendía el mundo tal y como era y soñaba con un mañana mejor, en el que una élite superinteligente presidida por él, gobernaría el universo conocido.

Cuando despertó en la madrugada oyó un leve ruidito en su ordenador. No eran un aviso del messenger, ni se había descargado la nueva versión del Avast, ni tan siquiera que tenía correo nuevo en la bandeja de entrada.
En realidad era como un soplido que salía de dentro del ordenador, pero del ordenador físico. De la torre tuneada con pegatinas de los donuts de hacía 10 o 12 años. Como buen friki agarrao, Pepe solo compraba los componentes que montaba utilizando la carcasa de su antiguo 386.
Desmontó con su kit de pequeños destonilladores high-tech de lo chinos el panel frontal del aparato y al abrir y ver las tripas de la máquina percibió algo diferente, extraño y atrayente. Una luz, roja, parpadeaba en un rincón entre tornillos perdidos y bolas de polvo y pelusa. Un pequeño ser dormía en el mullido colchón de porquería. Es extraño, pero lo primero que pensó Pepe fue que fuese lo que fuese, no debía tenerle alergia al polvo. Los ácaros debían de celebrar allí algún congreso que otro. El bichito que dormía era una figurita antropomórfica, más hembra que macho. Roncaba de una forma antinatural para ser tan pequeño.

Puso en su twitter: investigando como Mulder y Scully

y siguió mirando el ser.

Empezó a toser y toser. No, no era la alergia, eran las ganas de incordiar.
Funcionó. Se despertó. Viéndose descubierta la miniatura salió bostezando de la torre del ordenador y chasqueó los dedos. De repente se convirtió en una chica como de un metro sesenta que bostezaba aún.

- ¿Cómo has podido hacer?, preguntó de forma bobalicona Pepe, sin reparar en algo tan extraño como que una persona mágica del sexo femenino estaba en su habitación.
- Solo es un truco, chaval… ¿tienes fuego? No, ya veo que no. Bueno, a lo que iba.
- Soy el hada de las navidades pasadas, o futuras o presentes, la verdad es que no me acuerdo muy bien. Ayer salí de marcha con las colegas al botellodromo y no rijo, tio.
- ¿Y a que has venido?
- Espera que me acuerde ¿no? Era algo así como para enseñarte algo. Algo chuli, de verdad, pero no me acuerdo ahora ¿Tienes fuego? Ah, que me habías dicho que no.
- Ah! déjame meterme en el messenger y te lo digo.

La muchacha, que iba vestida como una cani de tres al cuarto tecleo a una velocidad de infarto la contraseña.

hadita_86: tio nomakuerdo d ake benia aki tio
duenderasta: era pa konbenzer al kie de lo del baile
hadita_86: ia tio iamiakuerdo :)
duenderasta: akuerdate d compra mexero : *
hadita_86: taluego

- ¡Ya, tío!, verás es que me dijeron que te tenía que convencer de que el baile era bueno, y por eso tenías que ver un powerpoint de los mejores momentos de ¡Mira quien baila!
- ¡A ti te manda mi madre!
- Bueno, si, es uno de esos deseos que se piden por Navidad que le ha dado a Papa Noel por verlo cumplido, pero a mi no me lies, que soy nueva en esto de ser hada. Yo en realidad hago un módulo y me mandaron a aquí del paro.
- ¡Yiba yiba yiba! Un powerpoint. Lo llevas clarinete, chavala.
- Verás, tio, que el baile es tope guay y así saldrías más y tal. Ligarías con chicas de carne y hueso, no con adefesios de chat.
- No se porque me estas convenciendo… oye y eso de hacerse pequeñita ¿lo puedes hacer cuando quieras?
- Claro, tio. Soy un hada.
- Hazlo otra vez, por fa.
- Tio, déjame que me duele la cabeza, que anoche estuve hasta las mil.
- Mira, si lo haces te juro que me convierto en un gran bailarín.
- Vale.

La muchacha chasqueó los dedos y se hizo pequeñita.

En ese momento Pepe gritó ¡Ahora, Pelusita, ataca!
El pequinés bizco y medio loco de la madre de Pepe obedeció al instante.Mastico como el que no quiere la cosa al hada de las navidades esas y se fue al calorcito de la estufa.

Al día siguiente Pepe le dijo a su madre que de bailar ni hablar.

Y acabó diciendo: Tu perro se ha comido al hada de la navidad.

Se levantó y se marchó.

-Este niño está tonto- le dijo el padre a la madre mientras leía en el Marca que Mendieta había colado un gol realmente increíble.

domingo, 23 de diciembre de 2007



En el blog de El Hombre Invisible me he encontrado con esta propuesta artística que es la risión... Basándose en una sencilla búsqueda Google te hace una obra de arte contemporánea más rápido que un misto... Pinchen y verán que divertido
AQUI

Aqui tienen el resultado de mi actividad...

Pataleta
Mequetefe





Empezaré diciendo que esto no es una historieta de las que me saco de la manga, no es de mis parientes ni de nada de eso.
Tampoco es gran cosa.
No sé cuando comenzó, pero hubo un día en que me acordé de una peli de esas de sábado al mediodía que me gustó a mí. Era “16 velas”, supongo que la habréis visto todos. Bueno, la cuestión es que como el Emule está para algo, pues me la bajé, y todas las pelis de John Hughes también. Me gustó ver que aún en su sencillez, en su humildad, son pelis que me llegan a mí, no me pregunten por qué. De esto hará un año y pico.
Un día en el autobús, empecé a escribir en el cuaderno que siempre llevo, algo para el blog que no llegué a publicar, ni a terminar siquiera. Se titulaba “Oda a John Hughes”.
El caso es que ayer, cuando me terminé de leer 1984 me dormí. Serían las seis de la tarde. Era el primer día de invierno y se estaba calentito en la cama tapado con mi cobertor del tigre y me quedé transpuesto. Y os juro, amigos míos, que en vez de soñar con el Gran Hermano, o con la habitación 101, todo trascurrió como en una peli de John Hughes. Lo bueno es que no era ninguna peli del director americano, sino un sueño, como otro cualquiera, pero narrado de esa peculiar forma. Por decirlo de otra forma, la fotografía de mi sueño me llevó a la mitad de los 80. Era algo de una habitación de hotel que tenía huéspedes simultáneos que no se enteraban, solo lo sospechaban, que compartían habitación con alguien. No me lo explico, repito, pero así paso.


La mente es a veces, como la de Russell Crowe en la almibarada película de Ron Howard, maravillosa.

jueves, 20 de diciembre de 2007


Volví de Granada porque la alergia a Felicidad me consumió.

Era de noche. Hacía frío fuera y yo me desperté, ahogándome, sin saber muy bien si me daba una crisis de ansiedad o simplemente el mundo se acababa. Ante mis ojos pasó mi vida como una sucesión de diapositivas. No sé, a lo mejor exagero, vendría a ser como un powerpoint. O sea, una cosa mala. Enseguida comprendí que tenía que salir de allí y eché de menos mi cama, mi ordenador, todo lo que poseía, todo lo que poseo en el mundo. Mi cama y la internet, unos cuantos libros y tebeos y mi escaso raciocinio.

Los powerpoints siempre son malos, incluso en las ensoñaciones del estertor alérgico o en las tesis aburridas. El PowerPoint de Microsoft Office ha hecho mucho daño a la humanidad. Bueno, al tercer mundo no demasiado, porque la mayoría allí no recibe correos electrónicos de gente pretendidamente sensible. Allí te mueres de hambre, tienes enfermedades, las multinacionales farmacéuticas juegan con tu culo y comes con las manos, pero raramente tienes un e-mail. Pensándolo bien a lo mejor agradezco y todo que me lleguen powerpoints pidiéndome un abrazo, una sonrisa, que piense en el futuro o que me ponga el casco la próxima vez que salga con mi inexistente motocicleta.

No sé quien confeccionará esos adefesios cursis, presuntamente profundos, llenos de gif animados buscados en Google y con midis de Yesterday o Love Store. Obra de enfermos mentales seguramente. Me imagino a los locos de un manicomio llevado por monaguillos y catequistas, reinsertándose en la sociedad a base de powerpoints. Oigo el ruido de la guitarra de María Ostiz. No sé como, pero sentirme morir me ha llevado a las pantallitas dinámicas desarrolladas por la empresa de Bill Gates.
El subconsciente es bueno y todo. A veces.

Si te necesito te hago un perdida, no te mando un PowerPoint

Que graciosa es la gente de la internet

Lo mejor que tiene que hacer el Dalai Lama es aconsejarte que leas las chorradas que yo te mando, parece decir el simpático remitente del Test Tibetano del Amor

¿Solo a quien se lo merezca? Venga va, se lo voy a mandar a todos para que vean que soy un tipo apañao

domingo, 16 de diciembre de 2007


Hoy es domingo.

Y hoy, como todos los domingos despotrico del domingo.

Llevo unos días un tanto renqueante y hoy es la puntilla a todo.

El día era claro, frío, soleado. Me gusta la hora en que el sol se va y todo recuerda a Transilvania. Las hojas amontonadas, la tierra mojada y el musgo trepando por los arriates. No tengo demasiado tino a la hora de escribir, la verdad. He estado haciendo un trabajo del CAP la última semana y creo que mis niveles de fuerza han venido a menos. Tengo mucho sueño.

Apenas hay ganas de salir a la calle y cruzar la acera e ir en busca de Manolín y María para ver alguna película. Estoy como Enjuto Mojamuto pendiente de las descargas porque le faltan 20 minutos a Donnie Brasco.

Ayer vimos I Heart Huckabees. Se quedaron durmiendo. Creo que esa peli solo me gusta a mí de la gente de mi entorno. Todos los demás se quedaron durmiendo. Será que me llega que los protagonistas no le encuentren sentido a nada y busquen desesperadamente. Al final ven que no hay nada, solo dolor y sufrimiento y concluyen que no es lo mejor, pero que es un comienzo como otro cualquiera. O no. No sé. No lo sé explicar muy bien. Solo se que cuando la vi por primera ve estaba muy deprimido y la depresión subió algunos enteros en la gráfica. El mundo es un sitio vacío y enorme. Prefiero el frío. El frío es higiénico. El frío cauteriza los sentimientos. Quiero hibernar como un oso. Empezaría ahora mismo, pero están las vacaciones de Navidad, jejeje. Aunque yo no tengo vacaciones. Todos los días son vacaciones ahora. No puedo hacer gran cosa. Me cuesta mucho trabajo hacer. Ya sea leer, escribir o estudiar o concentrarme en algo.

Voy a salir a la calle, si no corro el riesgo de acostarme a dormir aunque sean las 6 y 24 de la tarde.

miércoles, 12 de diciembre de 2007


El otro día en un bar, por la mañana, hablábamos de los guardias civiles a los que mató la ETA. Decíamos que hoy el terrorismo no está bien visto por la sociedad actual, y más en particular por las clases obreras y los burgueses progresistas. Y decíamos, también, que el anarquismo era muy de bomba, y a la gente a principios del siglo XX les caía en gracia esos luchadores que inmolaban a aristócratas y políticos. Hoy en día eso no está aceptado en nuestra corriente común de convivencia. Vaya frase más tontainas y talantista me ha quedado. Y en eso, que un borracho de esos de siempre se mete en la conversación. Y empieza a despotricar de un escritor que ha escrito un libro sobre la guerra civil. Mató a algunos que estaban vivos, si eres historiador preguuuuuunta. Mi abuelo era el más anarquista de Castro, el más anarquista, mi abuelo…

Sonaba raro porque a este hombre lo podíamos de calificar de derechas, muy de derechas…

Ahí quedo la cosa.

El mismo día, al mediodía, hablábamos de la lotería, en otro bar. Yo siempre echo a la Euromillones porque toca mucho… y una de mis frases era: A mi treinta millones de pesetas no me quitan de trabajar.

El mismo elemento, que seguía borracho desde la mañana, me dijo entonces, interrumpiendo de nuevo la conversación… amisime tocantreintamillones comomevan aquitar de trabajar, sinohetrabajao en mi vida… buena respuesta, ¡vive Dios!...

Entremos entonces en lo que denominaríamos hidalgo español. Persona que vive de las rentas, y se priva de poco. Y su abuelo era anarquista. Y afirma rotundamente que no ha trabajado jamás, que vive de sus 2000 olivos y de una tienda rancia y apolillada que tiene. Y me pregunto yo…¿no era Bakunin un señorito ruso de la misma ralea? y voy más allá y me cuestiono ¿ese es el anarquismo burgués que proclamaba Luis García Berlanga? Ir contra la sociedad sin entrar en sus reglas… si el trabajo fuese bueno se lo quedarían los ricos. ¿No es acaso una insumisión de las reglas del juego? ¿No se pasa el concepto de que el trabajo dignifica por el arco del triunfo revolucionario?

Piensen. Es una idea antisistema total… chupar sin producir. Y es aplicable a los que están en el paro, fingen enfermedades para obtener pagas o practican el absentismo de forma regular. Quieren derribar el sistema por los cimientos. Son las manzanas podridas que nos dan envidia porque se levantan a las 11 y desayunan un suizo en el bar leyendo el periódico, tan ricamente… ¡Ay!¡Si la anarquía la llevaran esta gente y no los pies negros me apuntaba ya mismo!

domingo, 9 de diciembre de 2007

Concursazo 10º Aniversario
Feliz domingo, más domingo que ningún domingo tras el largo puente.

Como ya anuncié hace algunas jornadas como es nuestro décimo aniversario, pues vamos a sortear 15 discografías completas en Mp3 de TWL, o sea, un cd con todos nuestros discos y algunos extras. Todo irá con portadas hechas a mano por un servidor y personalizadas para cada uno de los acertantes.
Para participar métanse aquí: http://www.gratisweb.com/thewhorishlust/ … es muy sencillo.
Espero que tenga éxito la iniciativa entre todos ustedes.
Solo tienen que hacer una pequeñísima búsqueda en nuestra web http://www.gratisweb.com/twl y acertarán seguro…

Y ya saben… si les gusta la música gratis… a jugaaaaaar!

domingo, 2 de diciembre de 2007


Corto y pego de mi mismo, de mi antiguo blog The involution to the inner fug air.

Pensamientos enrarecidos


El discurrir de los días pasa entre fríos y soledades. Cuando me encierro en mí mismo al principio soy feliz, pero a la larga pago un alto coste, pues es como si cargaras los problemas en un desván, en una buhardilla, arriba, y con cualquier pequeño motivo, que haya un terremoto de intensidad 0,001 en la escala de Richter, que pase un camión fuera o una puerta se cierre de un portazo con el viento, ésta se viene abajo. Este último año sido muy duro. He luchado, y lucho, contra mí mismo y un poco contra el mundo; yo soy pacífico. Me está costando mucho trabajo. Sueño cosas raras estando bien o mal. Sueño riñas imaginarias. Alguien me riñe. Estoy nervioso al despertar. Tengo muchos problemas de sueño. No quiero despertar por las mañanas, pero me sienta muy mal no hacerlo. Aunque cuando lo hago tampoco me siento muy feliz. No estoy hecho para estar en el mundo, en el planeta. No quiero que me guíen. Creo que podría hacer las cosas de mejor manera sin el temor a la riña, al enfado, sobreponiéndome, yo solo, a las pequeñas adversidades. Temo más la reacción de los otros que la mía. Esto condiciona mi espíritu. El ambiente enrarecido del enfado o el reproche no sé llevarlo hacía mi terreno, el de asumir mis defectos. Los digiero mal, dando lugar a explosiones, a hecatombes, en mi cabeza. Miles de pensamientos en segundos me atolondran de un modo terrible. Me embota los sentidos. Pasará otro día sin almorzar, y otro. No tengo ganas de ir a ningún sitio. Me da pereza ducharme. Todo es repelente. No aguanto a la gente en estos días. Me rebelan la estupidez, la falta de tacto, la ausencia de empatía, por parte de los otros, y por mi parte, algunas veces, al no comprender que la gente es insensible por naturaleza. Y el lugar del otro es difícil de ocupar, pues lo pasamos por un tamiz subjetivo, muy duro, luz de malla de amstrongs, la capacidad de nuestras pequeñas neuronas, que siento como se desgastan, como se pierden en el agujero negro que todo lo absorbe, que chupa inteligencia a donde quiera que vaya, yendo a muchos sitios pues el cosmos no es tan grande como la imperfección de esta raza, la humana.
Sé que tengo problemas de autoestima, no me quiero demasiado, solo lo básico para seguir por aquí siendo consciente del ecosistema sin drogarme, sin beber, sin perder ni un minuto de la lucidez primaria de la percepción clara. Tampoco estimo a la masa. Millones de rostros, de piernas, de culos, de cerebros, de pollas y de coños. Son entes cambiantes, no coherentes, eclécticos. Si al menos dentro de su eclecticismo fueran pragmáticos. En solitario si los aguanto bastante más, sí me pongo en su lugar, por que cada uno somos un mundo. Un universo en cada una de las cabecitas. Blancos y negros, grises, colores angustiosos. Zonas que van a su bola, desconectadas de la realidad, y que maquinan. Mi planeta gira en un brazo lejano de una insignificante galaxia, lejano, dando vueltas alrededor de un astro ya consumido, el hidrógeno y el helio se han acabado, que da lugar a elementos más pesado, nerviosismo, depresión, agobio, agresividad… La civilización que me habita está en una fase de declive prematura, no pudiendo levantar cabeza. Son, eran, demasiado buenos, o tontos, para esta creación. Dios, el día que los concibió, debía estar cansado de su eterna lucha con Lucifer. Los ángeles y arcángeles fallaban con sus espadas y flechas de fuego, la moral debía estar baja. Dios no descansó al sétimo día, simplemente bajo su ritmo de producción y nosotros pagamos su incompetencia. Nos dio el libre albedrío para fallar, para desentenderse de sus figuras de barro. No las coció en el horno lo suficiente y las arcillas se expandieron hidratadas, malformadas, desquebrajándose, haciéndonos pedazos a los que estábamos mas lejos de la fuente de calor.
Escrito el dos de Marzo de 2005. Estaba chungo ese día.
Ilustración:
La nave de los locos de Hieronymus Bosch

 
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