Hoy he terminado con la Petrología Metamórfica. La Metamórfica me costo un montón sacármela en su día. Era difícil. No la entendía demasiado bien. Ahora es más fácil, porque las ecuaciones y las partes difíciles me las he saltado. Y eso es porque he mirado mis apuntes. En el temario ni siquiera vienen, claro. Los geólogos se supone nunca hemos visto una ecuación. Cuando me dicen eso se me erizan los pelillos de la nuca. Ojalá hubiese sido verdad. Ojalá nunca hubiese tenido que utilizar una hoja de cálculo o ver esa aberración de la naturaleza llamada Statgraphics. Pero bueno, todo se pasa.
Hoy ha llovido y llueve todavía. Había escrito lo de Charlton Heston hacía días y lo he acabado hoy. Lo iba a hacer ayer, pero no tuve conexión a internet por a noche. Así es la vida.
Ya me he pasado de tema a otro más aburrido aún, que es los métodos de estudio de la Geología. Lo he empezado. Es muy aburrido, se lo puedo asegurar. Miraba la lluvia caer y oía el viento sonar por las rendijas mientras empezaba por el principio, como se debe de hacer siempre ¿no? Y que es lo primero en esto de los métodos de estudio de la geología. Ir al campo. Eso enlaza con la foto que voy a poner en mi diario opositor que llevo en mi fotolog. Es una foto de hace ya 13 años. De mi primera excursión a Sierra Elvira, o el “geodromo”. Allí lo pase muy mal. No se quien era quien comentaba que cuando comentaba un viaje mío a la Serranía de Ronda parecía que había vuelto de Vietnam. Solo decir una breve anécdota de este simpático día de campo. Fuimos ilusionados. Era el primer día, con la asignatura de 1º de Introducción a la Geología (una mega asignatura de 27 créditos –era plan antiguo-). Una escarpada cuesta separaba nuestro primer objetivo de la base de la sierra. Pronto hubo voces desacordes, gente que se quedaba atrás y yo, como soy un gordo era de los últimos. Un chaval, que precisamente no era ni gordo nada, solo repetía una y otra vez a mis espaldas: Esto es una secta, esto es una secta, esto es una secta… Y es que en verdad es duro aguantar el ritmo que te imponían los profesores en el campo. Encima había algunos que ni esperaban a los débiles para explicar las cosas, con lo cual ir al campo era súper inútil…
Al final uno se acostumbraba a todo. A andar kilómetros bajo el sol, con nieve, lluvia, cartografiar con viento lleno de arena, hacer exámenes en Almería a las 3 de a tarde a la intemperie. Si yo he podido hacerlo lo puede hacer cualquiera. Pero yo temía al campo más que una vara verde y de hecho tanto es así que jamás me compré una brújula ni una lupa, solo un martillo Estwing, que perdí en una mudanza…
Ir al campo forzado es una tortura de las más grandes. Pero eso si, hace uno amigos para toda la vida, como en la mili, jejejeje…
1 comentario:
Hola Mame:
Estamos haciendo una campaña para que Putoloco, http://putoloco.wordpress.com/ , cuente cómo le violó un cura en la mili lo cual le traumatizó para siempre.
Más información en Pagui, http://pagafantas.wordpress.com/
Publicar un comentario