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Esta es la risa mameluca que sale en el coche ruso de Mameluco´s Blog. Foto en Donosti, justo antes de empezar esto. |
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Mameluco
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martes, marzo 01, 2011
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Etiquetas: aniversario, blogs, cumpleaños, egolog
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Muchas horas diciendo tonterías y entre tanta paja, algún provecho.
3 años de verde manzana. 3 años de blog mameluco.
Todo empezó una vez que cuando acabé la carrera y volvía de San Sebastián… pero bueno, lo mismo da que da lo mismo. Ustedes ya me conocen. Hoy es mi tercer cumpleaños como blogger de este espacio abierto para el entretenimiento, la agonía, la reflexión y las tontadas.
No sé si dar este año las gracias como los dos años anteriores. No quiero restar importancia a nadie, la verdad, pero creo que esto no hubiese sido y lo que siendo sin algunas personas claves.
Ellas (las personas) saben quienes son.
Busquen en febreros anteriores y háganse una idea.
Creo que he cumplido mi compromiso inicial de “postearé de lo que me dé la gana y cuando me venga en gana”. Se han visto temas muy variados, desde
Solamente dar las gracias, por último, a la gente que me lee sin prejuicio, y sin esperar nada de mí, solamente yo mismo, que es poco o mucho, porque como decía Yul Brynner en Los 7 Magníficos cuando le daban las viandas del pueblo mexicano: Me habrían ofrecido mucho, pero hasta ahora no me habían ofrecido todo (que era muy exiguo, la verdad). Pues eso. Yo soy como soy, y aunque por mi bien me quieran enmendar yo seguiré dándole perico al torno con mis cosas. Ya no me gusta discutir, la verdad, pero siempre quedará mi resquicio de sedicioso pedante “de los que discutían hasta el final”.
¡Ea!, ya es muy tarde. Me despido hasta que me vean por aquí otra vez.
Sean buenos.
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domingo, febrero 28, 2010
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Etiquetas: cumpleaños, mameluco
Inevitablemente se acerca el día uno de junio. Para ustedes puede que no signifique gran cosa. Un nuevo mes, más o menos se acerca el verano o cualquier cosa por el estilo. Para mí si es especial. Es mi cumpleaños.
Mi mamá, mi hermana y yo, que quería ser cura
para no ir a la mili, saludando a lo militar.
Los cumpleaños son el superglue de la memoria. Fijamos hechos concretos ese día porque es un día especial, como ya he dicho. Aún recuerdo cuando me regalaron una noria hucha. Ese mismo año me regalaron un jersey, cosa que recuerdo que me sentó especialmente mal. Ya desde pequeño he odiado que me regalen ropa, porque para mi era como si me regalase una cosa incluida en el lote de las cosas normales que los padres nos han de dar por ser sus hijos, ropa, comida, y ese tipo de cosas primarias que afortunadamente en este país la mayoría tenemos asegurado.
Yo con una bengala.
Verano en el campo.
Una constante en mi vida.
También se fijan en la memoria los cumpleaños vividos en mi cada, alrededor de tarta, bizcochas, Fanta y medias noches con mantequilla y salchichón o jamón york. A esos primeros cumpleaños iban los hijos de los amigos de mis padres y los vecinos, que aún continúan siendo amigos en mayor o menor medida. ¿Que les voy a contar? El Jose,
Mi tercer cumpleaños, en 1979.
El niño rubio a mis espaldas es Manolín, con poco más de un año.
Voy a ser testigo de su boda el día 27.
Ya en 1980. Chanaban las Fantas, ¿a qué sí?
Y del papel de las paredes ya hablaré otro día...
(Trauma infantil cuando lo quitaron)
Después algunas veces vinieron los amigos del colegio a merendar. Recuerdo sobre todo el de 5 de EGB, que vinieron todos y me regalaron algunos tebeos del Capitán Trueno, que aún conservo.
Inolvidable también fue ese último cumpleaños en Castro antes de irme a Granada. En unos de los bares próximos al Instituto, acabado el COU y esperando a la selectividad, invité a unos amigos, y a los tres profesores con quien mejor nos llevábamos a cerveza hasta hartarnos. Bueno, yo bebí Coca-Cola, como siempre, pero eso es lo de menos. Éramos, aunque a ustedes les den igual los nombres, pero hago un ejercicio de memoria, José Juan, Carre, Nicanor, Carlos, el Chan, Pérez y el menda. Los profes eran Antonio Luque, Ángel y Paco López. Estos dos últimos fueron tutores de mi CAP el año pasado. Que risas pasábamos rajando de ciertas alumnas y alguna que otra profesora. Y algún que otro profesor.
Cuando me fui a Granada ya fue otro cantar. Organizaba unas comilonas pantagruélicas con todo el que se pasara por allí. Eso fueron los primeros años. Después la cosa fue aminorando, hasta convertirse en un día gris de los últimos 2 años. Pero sacábamos fuerzas de flaqueza e íbamos a
Habiendo vivido un tercio de siglo, aún no se ha trazado mi camino.
Para mí mi cumpleaños no es un día más. Es un día especial, lo vuelvo a repetir. Hago las cosas que hago todos los días, pero con más intensidad. Propósitos pocos, enmiendas menos. Solo preguntarme que será de mí en mis próximos cumpleaños. No creo en las mancias para adivinar el futuro. Todo está por venir. Mi vida ha sido poco o muy intensa, según se mire. He hecho pocas cosas, pero todo lo he vivido con intensidad. La intensidad que da ser ultrasensible a cualquier factor. No he escalado montañas, no he tenido hijos, he plantado algún árbol y he intentado escribir mi primer libro –sin conseguirlo-.
La pregunta es ¿Y ahora qué? Pues ahora no sé, amigos. Por lo pronto me voy unos meses a Murcia a trabajar, he aprobado el teórico del carnet, y hoy me he pegado mi primer chapuzón de la temporada, en una fiesta familiar de cumpleaños anticipada, donde he soplado velas, cosa que no hacía desde hace mucho. Pero rodeado de niños, y con el exquisito pastel que ha hecho mi máma, había que soplar. Y he soplado.
Soplando con ganas (por segunda o tercera vez)
El número de velas es aleatorio,
y el seis es porque no había nada más, y 3+3=6
Y no he pedido ningún deseo, porque mi deseo no se va a cumplir. Yo guiaré las riendas de mi vida en la medida de lo posible. Pero ahora estoy cansado. Mañana cuando despierte, será 1 de Junio (ya lo es, pero da igual), el día de mi cumpleaños, el día que llevo 33 años en el mundo, los mismos que se tiró Jesús por aquí. Yo no he sido tan influyente, pero tampoco quiero acabar colgado de una cruz en el año de los corrientes.
Con que ustedes me hagan caso de vez en cuando todo irá como la seda.
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lunes, junio 01, 2009
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Etiquetas: cumpleaños, mameluco, recuerdos
Hoy es 28 de Febrero. A muchos de ustedes esta fecha no le dirá nada. Para nosotros los andaluces, esos salerosos que bailamos sevillanas y decimos: ole y arsa, es el día de nuestra tierra andaluza. Es el día de Andalucía. Pero este año es un fiasco, porque cae en sábado y no hay puente, jejeje. Y los andaluces, como somos tan terriblemente vagos –sigo con los estereotipos- no ha sentao una jartá de mal. A mí, como ustedes comprenderán me da igual que sea el día de Andalucía como el día de Andorra. Entre otras cosas porque hoy es el
Exacto. Hoy cumplo dos años de verde manzana, que siempre me ponen pistacho, y es verde manzana. Es verde manzana porque es el mismo color que en la imprenta donde me crié ponía en la lata de tinta.: verde manzana. No sé aún porque elegí el color verde manzana este chirriante. Ya no lo puedo cambiar, pues mis títulos son jpgs y están hechos con ese color de fondo. Además siempre utilizaba el no color (el negro) o la suma de los colores (el blanco) para los otros blogs. Dicen los expertos por ahí que uno blogger fetén tiene que tener un blog desde 2004 o antes. Yo tengo blogs desde Marzo de 2005, o sea, ni chicha ni limoná. Y además no me he mantenido fiel a uno solo. Sea como sea, amigos míos, estoy aquí, dos años después, tras 379 entradas, 19,232 visitantes y no sé muy bien si con el mismo concepto que cuando empecé hace dos años.
Aquí ha habido de todo un poco, se ha hablado de lo divino y de lo humano, se han formado ideologías, se ha confabulado, han vivido conmigo unas oposiciones y van viendo como voy de los mío. Muchos creen que es literatura. Yo también lo creo. No deja de ser una serie de letras que forman palabras, que a su vez forman frases y así hasta formar un ente llamado post, o entrada, que aquí casi siempre resulta ser algo que invita a la risa. O eso espero. Incluso cuando hable totalmente en serio. Bueno, corrijo lo de serio. Yo, como Dexter Gordon, el gran saxo tenor, que decía (en español) Soy Desiderio Desiderio siempre triste, nunca serio. Pues eso. No es que siempre esté triste, pero nunca estoy serio. Estando serio uno no puede hacer humor. Tomarse las cosas en serio es demasiado aburrido para una vida tan aburrida como lo es, ya de por si, la mía.
Bueno, pues doy las gracias a todos los que me leen, y sobre todo, a los que me comentan y me han comentado durante estos dos años.
Doy las gracias a Ana porque me ha ayudado mucho a entender todo esto y porque de mayor quiero ser como ella.
Doy las gracias a Ramón por ser la prueba fehaciente de que se le puede pegar en la cara a cualquiera que diga que por Internet no se pueden hacer amigos de verdad.
Doy las gracias a Ubé, que no es invisible, y por estar. Solo por estar, un mundo lleno de botijos, es un sitio mejor, se lo aseguro.
Doy las gracias a Fuensanta por ser la primera al pie del cañón siempre y en todo momento.
Doy las gracias a Rasko por picarme y hacerme indagar en la esencia de la música que tanto nos gusta.
Doy las gracias a Ana Chévere aunque su ausencia duela un poco.
Doy las gracias a Mobesse, a Oshimatoti, a Quicus Magníficus, a PMM, por comentar mis desvaríos de una forma siempre acertada.
Doy las gracias a Liscalillo porque llevar la contraria es una de las grandes virtudes del hombre, y por ende, del que comenta.
Hagan el esfuerzo. No es tan difícil.
Anda Viajero, empieza tú.
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sábado, febrero 28, 2009
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Etiquetas: cumpleaños, mameluco
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jueves, febrero 12, 2009
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Etiquetas: cumpleaños, darwin, evolución, fósiles. creacionismo, mameluco
Cuando la calesa se paré delante de la puerta la niebla cubría el crepúsculo que caía sobre la ciudad. Entramos al club Diógenes a eso de la cinco y media y nos condujeron a una estancia del piso superior. Pasamos por el gran salón, donde los gentlemen leían el periódico, fumaban cigarros habanos y dormitaban al arrullo de las lámparas de gas. Nadie hablaba con nadie.
Nos esperaban dos funcionarios del Ministerio de la Verdad y el presidente del club. Como no íbamos vestidos para la ocasión se nos proporcionó corbatas de lazo y chaquetas con lustre. Se nos sirvió whisky de malta, que yo rechacé, ante la sorpresa a de loa allí congregados. Cuchichearon algo al oído, aunque oí perfectamente la frase: “este hombre no puede ser normal”. Mi compañero si acepto la oferta. En la habitación olía a barniz y a papel viejo, a madera seca y a cerrado. El juez que nos juzgó creyó oportuna mi petición de hacer esto de esta manera más cabal, más audaz, menos baja, quizás.
En el juicio celebrado en esa misma mañana se nos acusaba de agitación de las masas. Negamos tal crimen, si es que así pudiera llamerse. Admitimos alguna culpa en el caso de agitación de conciencias personales, pero jamás de las masas. Las masas –expliqué- no me inteseran lo más mínimo, señoría. Los individuos sí. Agitar una conciencia es una cosa por la que vale la pena intentar mover ficha. El juez circunspecto miró su libro de leyes y decía que no venía tal delito. El vacío legal debía resolverse de alguna forma. Mi compañero rebatió argumentando que si existía el vacío no tenía porque reternernos y que debíamos ser libres. Eso no gustó a los presentes. La gente quería sangre. Quería nuestras cabezas en la picota de los periódicos de la tarde, junto a los asesinos de prostitutas y los lobos que acaban con los rebaños en los páramos.
Receso para comer, dijo el juez, y se vació la sala. Cuando estuvimos solos propuse a todos jugarnos nuestra suerte al 21 en un sitio discreto.
El fiscal no lo veía conveniente.
Nuestro abogado me daba codazos.
Y nosotros nos mirábamos, sonrientes. De alguna forma, tendremos que salir de esta.
Cuando comenzó la partida a una sola mano yo tenía un as. Mi socio tenía una dama. No sabía lo que tenían los demás. Pedimos otra vez. A mi me toco un 2. A mi socio le toco un as. 21. Él al menos estaba salvado…
Bebió un gran trago de whisky y el juez que era el que repartía dijo: pongan sus cartas sobre la mesa.
Jugábamos 3, aparte de mi socio. El primer funcionario tenía en total 4. El otro 5 y yo 3. Salían 11.
Bien, dijo el juez. Se va a tirar usted 11 años en la cárcel por agitador de mentes individuales. Su amigo es libre, pero lo seguiremos de cerca.
Y como todo depende de cómo se porte en la prisión le condeno a 11 años y un día en la prisión más apartada de país.
Esta fue la última vez que vi a Raymond.
Me envió su libro a prisión, que escribió en Freedonia llamado “Anarquismo Burqués y Socioapatía: teoría unificada del todo individual”. No se puede aplicar la típica frase de que el discípulo supera al maestro porque R. fue más maestro que alumno, siempre fue más listo que los viejos que los rodeaban.
Yo, Michael Aston McMelucought, emigré, después de 11 años y un día a las lejanas ínsulas del Pacífico Sur, donde mis teorías políticas no hacían ninguna falta para ser feliz. Porque al fin de al cabo no se puede luchar contra las moscas a cañonazos ni se puede batallar con tirachinas contra dinosaurios.
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Dedicado a Ramón en su vigésimo primer cumpleaños. Nos llevamos 11 años y un día. Pero no es una condena, es el azar. Siento no ofrecerte algo de mayor calidad, querido amigo, pero mis neuronas no me hacen demasiado caso últimamente . Es un poco triste decirlo, pero la intención es lo que cuenta...
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lunes, junio 02, 2008
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Etiquetas: cumpleaños, Socioapatía
No sé como empezar un post que se llama así. Autoregalo de cumpleaños. Prodría hacer un ejercicio de imaginación e ir a la contra. Ir a la contra en mi caso, y los que son asiduos al blog lo sabrán es no echar piedras en mi tejado. Me quedaré en ser lo más objetivo posible dentro de mi gran egocentrismo. Siempre presente, vigía impertérrito en el acantilado de mis adentros.
Mi clase de 1 de EGB. Yo soy el que mira a lo marinero de la izquierda.
Podría decirles el nombre de todos los niños de esta foto. Tampoco quiero aburrirles. Entre ellos hay alguno que incluso lee este blog. Uno con gafas y jersey blanco. La señorita Mari Carmen era una medio jipi de la Transición (esta foto es del 82) que hizo que desaprendiéramos muchas cosas, pero que puso los cimientos, al menos en mi, para ser el bala perdida que hoy en día soy, por lo que le estaré eternamente agradecido. Su marido, Martín, que era veterinario, iba los viernes por las tardes con su guitarra, y nos cantaba canciones y nos contaba cuentos.
Antes la vida era más sencilla.
Bueno, nací hace 32 años. Hace mucho o poco, según se mire. Tengo la percepción de que he vivido mucho. Pero no el vivir mucho de “haber vivido mucho”, no se si me entienden. No he sido una persona de vida apasionante. Soy sosín. Alguna que otra historia tengo para contar, pero poca cosa. Como muchos saben no me gusta viajar, como a Kant, con lo que consigo escasas aventuras. Como iba diciendo tengo la sensación de ser ya viejo. De haber vivido años y años y más si miran las fotos que acompañan a este pequeño escrito de regalo. Mi regalo para mí mismo. Será en parte porque estoy cansado de vivir y no hallo ya el suficiente aliciente a la vida, o que soy un aburrido. Las dos cosas pueden ser. También está el hecho de ser enfermo mental, que malmete un poquillo entre yo y el mundo y hace que no nos llevemos demasiado bien.
De pequeño creía que todos los adultos eran personas sensatas y con criterio. Descubro que no es así con la edad. A medida que crecemos nos damos cuenta que los hombres grandes pueden ser también tontos, como los compañeros de colegio o los niños de la calle. De repente un día te levantas siendo adulto y sabes (al menos eres consciente –eso ya es un leve síntoma de inteligencia-) que no tienes demasiado criterio y que las ideas que tenías de crío eran erróneas. Las creencias que tenemos de criajos se basan en la observación y en el aprendizaje de nuestros padres y en el entorno. Llegamos a conclusiones muy buenas, como esta mía de los adultos. Claro, ahora los críos son más espabilaos seguro y cuando vean por la tele la crisis del PP deducirán que criterio y edad adulta no tienen porque ser parejos. Son mitos, como el ratoncito Pérez, los Reyes Magos, los Monstruos de debajo de la cama o Verónica (¿se acuerdan de Verónica, la de las tijeras y el espiritismo?). O el mismo Jesusito de mi vida eres niño como yo, por eso te quiero tanto y te doy mi corazón, tómalo, tuyo es, mío no.
Cuando diga que nunca he bailado me refiero a una edad adulta.
Aquí si que bailé una coreografía contra el racismo, creada por la señorita Merche.
Yo soy el que va de hawaiiano.
Como son pocos nombraré la primera fila. Estamos Diego "Melones", yo, Julio, José Manuel (este se fue en 2º de EGB y no volví a verlo nunca), Paco Ramírez y Fernando "Chapeo". Por detrás a la única que se reconoce es a Charito, vestida de chinita (hoy es Lda. en Ciencias Exactas).
Me está saliendo un obsequio un poco extraño. Pero bueno, nunca se lo que va a deparar mi escritura.
En fin, Miguel este es tu regalo de Mameluco por nuestro 32 cumpleaños. No es gran cosa, pero peor es nada, ¿no? Je. Por favor, no te deprimas. Aunque esta viene siendo la tónica habitual de los últimos años… y no me he levantado yo muy pletórico…
La foto del título es mi 3er cumpleaños. El que sale haciendo el tonto es mi primo Kico, la de mi lado es mi hermana María José y el que se ve a mi espalda, tan rubito, es Manolín. Actualmente de mis mejores amigos, con el que paso la mayor parte del tiempo libre.
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Mameluco
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domingo, junio 01, 2008
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Etiquetas: cumpleaños, mameluco