domingo, 28 de febrero de 2010

CUMPLEBLOG III


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Muchas horas diciendo tonterías y entre tanta paja, algún provecho.

3 años de verde manzana. 3 años de blog mameluco.

Todo empezó una vez que cuando acabé la carrera y volvía de San Sebastián… pero bueno, lo mismo da que da lo mismo. Ustedes ya me conocen. Hoy es mi tercer cumpleaños como blogger de este espacio abierto para el entretenimiento, la agonía, la reflexión y las tontadas.

No sé si dar este año las gracias como los dos años anteriores. No quiero restar importancia a nadie, la verdad, pero creo que esto no hubiese sido y lo que siendo sin algunas personas claves.

Ellas (las personas) saben quienes son.

Busquen en febreros anteriores y háganse una idea.

Creo que he cumplido mi compromiso inicial de “postearé de lo que me dé la gana y cuando me venga en gana”. Se han visto temas muy variados, desde la Falange Ucraniana a que los icebergs huelen a pepino. Se ha creado hasta una ideología, el anarquismo burgués mameluco. Los temas claves han sido la religión-ciencia-política, la literatura y mi vida. He sido sincero hasta la nausea, pero también he creado un personaje caricaturesco (yo, por si no lo saben, soy Miguel). No he querido ser complaciente con nadie y si lo he sido les pido disculpas. Desde que empecé a escribir aquí he conocido a algunos de ustedes, lo cual me ha llenado de satisfacción. Quiero conocer a otros cuantos, pero lástima que no sea yo muy de viajar.

Solamente dar las gracias, por último, a la gente que me lee sin prejuicio, y sin esperar nada de mí, solamente yo mismo, que es poco o mucho, porque como decía Yul Brynner en Los 7 Magníficos cuando le daban las viandas del pueblo mexicano: Me habrían ofrecido mucho, pero hasta ahora no me habían ofrecido todo (que era muy exiguo, la verdad). Pues eso. Yo soy como soy, y aunque por mi bien me quieran enmendar yo seguiré dándole perico al torno con mis cosas. Ya no me gusta discutir, la verdad, pero siempre quedará mi resquicio de sedicioso pedante “de los que discutían hasta el final”.

¡Ea!, ya es muy tarde. Me despido hasta que me vean por aquí otra vez.

Sean buenos.

viernes, 26 de febrero de 2010

Real Decreto 1467/2007



No tengo ganas de escribir nada. Durante esta semana habré nombrado el Real Decreto 1467/2007 como unas ochocientas veces. Parece ser que los RD son malos para la salud, para las ganas de escribir y buenos para ponerte los nervios crispados y acordarse someramente, aunque con grosería, de los psicopedagogos, los políticos y la madre que los parió. Me da miedo explotar delante del tribunal a lo John Cobra sin una Anne Igartiburu que me calme a base de decir cariños.

La vida húmeda pasa deprisa entre ventanales empañados, humedades en el techo y el olor de aquella bodega donde Edgar Allan Poe colocó un tonel de amontillado. No tengo ganas de escribir y sin embargo lo hago, en una vana ilusión de que teclear con fuerza me quitará esta ansiedad. Trankimazin, ¿por qué me has abandonado? Expongo el sábado en la academia y lo hago fatal, ¿qué quieren que les diga? Como los otros lo hacen mejor me da cosica hacer el ridículo. Se me traba la lengua. Las competencias y los temas transversales me parecen basura. Me cago en la interdisciplinaridad y en la coeducación de las narices. Vamos a acabar diciendo que las pulgas y pulgos se alimentan de sangre que le chupan a sus víctimas o víctimos. Si, eso, ¡ timos!. Todo es un timo. Bueno, tranquilo, Mameluco, eso ya lo sabías de antes. ¡Pero es que hoy me irrita,¿vale?! Tú a tu bola que te dejo por imposible, pamplinas. Sigo pues. Llueve de nuevo sobre la calle en obras (no quiero comentarios políticos sobre eso, solo estoy observando esa realidad) y mañana partiré de nuevo para ese infierno llamado Granada. En realidad es mi segunda casa, pero es por irme acostumbrando. Pecador soy y Pedro Botero me llevara a sus calderos. El infierno en vida, lo de siempre.

Y sigo, soy repetitivo ab nauseam, sin tener ganas de escribir. Aunque debo confesarles una cosa. Les estoy mintiendo todo el rato. El mundo es un timo, la unidad didáctica y sus extras son una mierda, llueve en la calle y me marcho a Granada mañana. Pero tengo ganas de escribir. ¡Pero no esto, leches! Tiempo, ¿Quién te tuviera para asirte como un niño coge las cajas de cartón de sus juguetes nuevos? Tiempo. Tempus fugit, que decían los clásicos. Quiero escribir cosas portentosas sobre aventuras, leyendas, batallas y tesoros. Me conformo con explicar mi humilde y cutre vida de la mejor forma que sé, eso es todo. Soy egocéntrico por enfermedad y narrador por vocación. Sin ganas (o sin esas ganas específicas) esto es lo que me sale. Antes era todo igual, pero mejor. Si era igual también ahora será igual pero mejor en el futuro. Que extraño bucle. Que duerman bien, donde quiera que estén.

viernes, 19 de febrero de 2010

Don Carnal Vs Doña Cuaresma



La ceniza ha caído sobre todos nosotros. Está loco –dirán los más reacios a creerme- si lo que cae es agua, agua, agua y más agua. Bueno, la verdad es que la ceniza que me refiero no es la ceniza de los puros de Rajoy, ni a las cenizas piroclásticas de ningún volcán cordobés, ni a las cenizas esparcidas al viento en la soleada California del bueno de Donny en El gran Lebowski. Son las cenizas de la Cuaresma. Cuaresma viene de cuadragésima. O sea, cuarenta días antes de la Pascua. Se supone que no podemos comer carne porque Cristo se fue de retiro espiritual al desierto, medio enormemente hostil si no eres un tuareg o un jeque árabe, donde se alimentó de langostas (de eso que se parece a los cigarrones) y de miel. Cuarenta días de supervivencia extrema en una región árida. Podría haber elegido otro sitio, yo que sé, Tiro o Babilonia. Pero no, a la mierda el desierto. En realidad antes la Cuaresma duraba lo que querían, según el año, pero en el siglo IV se dijo 40 días, como el Diluvio Universal o los años que estuvieron los judios dando vueltas buscando la tierra prometida por ¿adivinan dónde? Por la mierda el desierto. Lo de los desiertos y los hebreos es algo inherente. Eso si, con las nuevas técnicas hacen que crezcan panes y peces en los secarrales sin intervención divina ni nada. Y es porque los judios, aparte de graciosos –algunos-, son listos.
La Cuaresma es una cosa muy triste, donde hay que hacer abstinencia y esas cosas. Yo soy más de Don Carnal, porque me gusta la carne, y aunque a veces por mis comportamientos parezca un luterano de pura cepa, en realidad me gusta bastante la tontería y sobre todo el saltarse a la torera lo que nos mandan los curas (llevar la contraria siempre es bonito, oigan, aunque no creas en los preceptos de papa de Roma). Cuando oigo esto de Don Carnal siempre me acuerdo de Juan Ruíz a.k.a. el Arcipreste de Hita. Lo estudié en 2º de BUP y aún no se me ha olvidado.
En mi casa los viernes no se come carne, fíjense. Es una costumbre arraigada que no tiene visos de cambiar. Pero yo a mi madre le digo que tengo Bula y en los bares tampoco se cumple tal tradición. Recuerdo, no se donde lo leí, que en Cuaresma los ricos, para ver si llevaban la penitencia con la honradez debida, pesaban sus heces en busca de tongo. No sé cuanto pesa una mierda si has comido chorizo o morcón, pero si has comido verdolaga se supone que pesa menos (hay gente pa tó, como dice Sixto). No creo que vaya a realizar el ejercicio empírico, desde luego. Que cada uno lleve su penitencia como quiera. Yo respeto lo de mi casa, eso de comer pescado y esas cosas. Pero digo yo ¿qué penitencia es hincharse de langostinos o comer atún encebollao? Lo ignoro. Afortunadamente nuestro país pasa ya de esas cosas… o a lo mejor no tanto. Ya mismo me veo en Intereconomía dando recetas cuaresmales antes del Ángelus de los domingos. O a la Cope sortear abstinencias bendecidas por Benedicto XVI. Cualquiera sabe. Yo lo que sé que si es posible, mañana, tras tocar en el Vía Crucis (uno es ateo, pero músico) nos iremos al Mesón Guadajoz a disfrutar como enanos. O eso espero.

jueves, 11 de febrero de 2010

Soliloquios de lo efímero


Lo efímero, lo fugaz, lo realmente importante, pasa en décimas de segundo. Serendipias de gozos y sombras en el fragor de la batalla interior. Abundo sobre la idea del otro día. Si nuestro cerebro fuese como un ordenador y nunca liberáramos espacio, la cantidad de carpetas interesantes que habría. Frases cortadas, reflexiones interrumpidas por una alada compañera de fatigas díptera. Guitas anudadas en los dedos que cuando nos lavamos las manazas se cuelan por el sumidero del olvido.

Un día, quizá más de uno, hemos rozado los misterios del universo con nuestros sentidos semiinconscientes del abrazo de Morfeo. Lo vigil es demasiado puerco para ser recordado cuando nos mecemos bajo las Pléyades en busca de los secretos ignotos de nuestro ser. Lo vigil es engañoso. Pero bueno, como diría Woody Allen, es el único sitio donde se puede comer un buen filete. Bueno, verdad que en el efímero sueño de una tarde de agosto, bajo el ventilador de hélices, las sensaciones son como en vigilia, incluso más reales, pero en eso quedan, en fugaces auroras boreales que se pierden en lo espontáneo de su tiempo. Todos sabemos, y es verdad, que lo bueno si breve dos veces bueno, excepto si es muy bueno, que lo queremos siempre. O no siempre; siempre que queramos. Pero la unicidad de los hechos efímeros es lo que los hace importantes. Un zumbido en un momento, el sol que atraviesa la morera y te deslumbra de forma quasiimperceptible o la brisa que te mueve el flequillo cuando crees ver algo en el cielo y al final no es nada. Cosas sencillas. Hay quien dice que para ser feliz hay que disfrutar de las cosas pequeñas. Eso no da la felicidad. No existe el sumatorio infinitesimal de la felicidad, porque sería una felicidad tan diluida que la llamaríamos lo que es, normalidad. Y la normalidad no es nada efímera. Es constante como un ritmo circadiano, eterna a niveles mortales, aburrida e insípida como la vida misma. A lo mejor es que la cosa está montada para que esto sea como las pipas, y las tengamos que pelar. Las venden sin pelar, pero no es lo mismo. No te quemas los labios con la sal.

martes, 9 de febrero de 2010

Post contrareloj


Un post contrarreloj explicando poco o nada.

Eso les ofrezco. Si lo quieren lo toman y si no lo dejan.

Es de noche, esta lloviendo, están de obras, oposiciones, bla, bla, bla.

Cuando me acuesto pienso en cosas que serían muy buenas para escribirles aquí, pero claro, me duermo, sueño pesadillas, y se me olvidan. Debería tener mi libreta como cuando era poeta y apuntar pegos (sinónimo de tonterías, en cordobés) de los que se te ocurren. Llevaría a cabo eso de escribir una obra de teatro protagonizada por Sócrates, Maquiavelo y Sherlock Holmes. O mi libro de la Antártida. O esa novela que empecé en 2006 sobre uno que se suicida en Gran Hermano. El otro día se me ocurrió escribir uno titulado “Geología para tontos” que según mi imaginación tendría mucho éxito de crítica y público. Tengo que aprovechar mi sapiencia en ciencia peñascosa para escribir con mi natural imprecisión y sobredosis de datos estúpidos sobre mi disciplina, que es una gran desconocida por las masas. Siempre nos confunden con arqueólogos, cosa que me molesta terriblemente, pues yo soy de ciencias… y mi trabajo que me ha costado.

Antes, cuando hacía el fotolog pensaba en que historia familiar contar. Un día las juntaré, las limpiaré, las fijaré y les daré esplendor… O sea, que se le mete un poquito de allá y de acá y se me queda chapó para que me lo publique la editorial Planeta. Bueno, o Bobuk, jajaja. Son las cosas que se piensan antes de dormir las más importantes. Sobre todo si tienes insomnio por una cuestión a partes iguales de tiempo y aburrimiento. Así he decidido yo varias cosas en mi vida perra y así me ha ido. No sé porque sigo con eso de pensar. Pensar es cosa de necios, no cabe duda, pues si estamos aquí con el hedonista fin de alcanzar la felicidad y el goce, no sé porque pensamos. Pero claro, los que somos tontos somos tontos. De romate, como decía ayer mi sobrina. Tonto de romate. Una mezcla de remate y tomate que hará las delicias de los filólogos especializados en dialecto infantil.

Me quedan seis minutos para este contrarepost, pero ya no les aburro más, que entre colgarlo y hacerle el titulillo me van a dar las uvas. Y es que hay que dormir ¿saben? Es mejor que pensar. Yo ahora me anulo con una nueva droga, el Clonazepam denominado comercialmente por Roche como Rivotril, que no sabemos si es nombre de elfo o una palabra del mismísimo Chiquito.

Mañana lo más seguro es que no haya más (al menos hasta pasar unos días), pero no les aseguro que sea tan mierda como este. Incluso puede ser mierda y media. O también una obra maestra (dentro de mi media, vamos). Conmigo tomorrow never knows.

viernes, 5 de febrero de 2010

Ora pro nobis


Estados Unidos, y lo digo en serio, es un país que me fascina, por muchos y variados motivos. Ayer, sin ir más lejos organizaban un desayuno con bollos en el que la gente reza y se dan discursos. Bueno, eso es como una misa. Pero si le sumamos al que ha hablado hoy -que ustedes ya conocen- y que está organizado más o menos por la presidencia de los Estados Unidos, no es que extrañe –los americanos y Dios son casi uno-, pero me sigue fascinando. Dejando lo anecdótico del caso, y es que Jose Luís ha leído el Deuteronomio ante el negrito y unas 3000 y pico personas más, a lo que asistimos de nuevo es al poder de la religión sobre la cosa pública. La cosa pública no es ver el Sálvame de Luxe, por si están despistado, sino que es sinónimo de estado o de algo similar (del latín respublĭca). Aquí tenemos cosa pública y no tenemos república, pero todo se andará. Que me pierdo. Como iba contándoles, uno, que otra cosa no será, pero curioso, un rato, ha investigado por el Google a ver que era eso del Día Nacional de la Oración y se sacan –a pesar de mi inglés paupérrimo- algunas conclusiones. Este día se instauró de manera oficial por primera vez en 1952, por Truman, aunque ya les había dado por orar antes, pero de forma oficiosa, aunque con bendición presidencial. ¡Dios mío, que fecha! Plena psicosis antisovietica, guerra fría y se les ocurre rezar todos en comandita (todas las religiones junticas) para pedir por el glorioso país que les vio nacer, los Estados Unidos de América. Y es que como decía uno de esos senadores salidos de Mundo Viejuno quería una resolución “contra las corrosivas fuerzas comunistas que buscan simultáneamente destruir nuestra forma de vida democrática y la fe en el Todopoderoso, en el que está basada.”
Vamos a ver senador Robertson… si una forma democrática está basada en Dios, ¿Dónde está el pueblo? Claro, estas personas tan buenas creen que todos los americanos, y por ende, todo el mundo, es muy religioso. Es curioso. Lo que he leído de los Padres Fundadores me los pintan en pleno siglo XVIII con una amplitud de miras mayor. También es verdad que casi todas mis lecturas son sesgadas y ateas, pero no exagero cuando digo que Jefferson, Franklin y todos estos eran más bien unos deistas bondadosos (había algunos hasta en contra de la esclavitud, miren ustedes) y no unos teistas acérrimos. En la era Reagan y en la era Bush II este día ha sido un día superguay en el que todos miran al suelo mientras mastican donuts (no bendecidos que se sepa) y se concentran mucho para que se muera Bin Laden y para que la Bolsa suba. Pedir que la Bolsa suba en USA es patriótico seguro. Aquí quien no rece para que le toque la Euromillones, o es considerado un meapilas, o un lunático.
Mucho se está hablando de que Zapatero haya sido invitado a tal día a dar una charla “en el idioma en el que se rezó por primera vez en el Nuevo Mundo” (sic). A mí no me sorprende nada, porque para ser amigo de Obama (el bueno, el que le hace un poco de caso) ancha es Castilla. Y ¿que quieres que les diga? Es como ir a una Primera Comunión. Te pones un traje, comes algo, y solo les ha faltado montarse en los columpios.
Mi reflexión seria, si es que puedo serlo a estas horas de la noche y a estas alturas de mi vida, es que hay ciudadanos americanos que no están de acuerdo con la celebración de este día, y les hacen caso omiso. La libertad religiosa es vulnerada, cuando les da por ponerse a rezar a los líderes de la nación, porque entre otras cosas rezar y gobernar, que pueden ser coincidentes en una persona, nunca se deberían de mezclar en gobiernos elegidos por personas diferentes entre si. La lucha que en España se tiene contra los crucifijos en escuelas públicas y con las ganas de dar por saco de una parte nacionalcatólica de la población, se da de bruces con Días de la Oración, por muy pantomima que sea. Los de Intereconomía "ante la incógnita sobre a quién han rezado los invitados al Acto en Washington, cómo y por qué motivo o intención, el programa 'Mucho que decir' ha tenido la iniciativa de convocar a toda aquella persona que lo desee a rezar en 'El Plató' de Intereconomía, situado en el Paseo de la Castellana, 36, en Madrid"…"La cadena quiere afirmar que sí sabe a quién dirigir la oración, cómo hacerlo, y a quién va destinada: un Padre Nuestro dirigido a Dios, rezado por un sacerdote católico y por todos los españoles"…

Yo es que flipo, amigos…
Heil Jesus

 
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