lunes, 21 de septiembre de 2009

Oposiciones y Comida China


Suena un hip hop en mandarín mientras en mi boca cruje el wan-ton. Noche solo en la ciudad. Espero la inminencia de mi primer viaje a La Zubia, sitio al que solo tengo algunas nociones virtuales de cómo llegar. El rap chino es hipnótico. Recuerdo cuando en el Ruian Fian (frente a la cárcel de Granada y nuestro segundo hogar durante años) solo sonaban versiones de Roxette y música ligera en ese idioma ininteligible para mi. Es curioso -pienso para mí- que 1300 millones de personas entiendan este galimatías, pero los idiomas nunca fueron lo mío. Por delante de los tallarines con pollo se pasa no mi pasado, sino mi futuro, lleno de horas estudiando y de viajes en autobús. Lucho contra la adversidad de mis propias inclinaciones naturales de la ley del mínimo esfuerzo, decreto natural por el que se rigen todos los sistemas termodinámicos del mundo, y que gracias al capitalismo (cosa de protestantes) y su terrible amor al trabajo sea inútil explicar que el laborar no dignifica, sino que te embrutece, que te envilece y que ni Dios te lo agradece. Pero disquisiciones anarcoburguesas mías –embrollos mentales de insignificante proporción- aparte, la verdad es que me he decidido a mañana ir a la Academia, a ver lo que se cuece. Siendo egoista conmigo mismo me va a dar igual que mi mente sufre los embates del temario o mi cuerpo los rigores de las travesías a Granada, si después como premio me dan la ocasión de aguantar a unos canallas púberes y adolescentes que seguramente me sacarán de quicio, pero con un sueldo, como el Nescafé, para toda la vida. Voy a intentarlo ¡vive Dios! A este cerdo agridulce pongo por testigo que -más tarde o más temprano- voy a ser FUNCIONARIO. Mientras las neuronas siguen en su excitación tras tan inspirada elucubración, pido la cuenta, digo que no al chupito de licor chino de productos de la huerta -soy casi abstemio- y me quedo con los dos chicles de regalo con sabor a Piña Colada.
Salgo de la Casa de Manjares directo a mi casa. La que vuelve a ser mi casa tras dos años de ausencia.

Actualización al día de hoy:
Conseguir llegar a La Zubia, villa próxima a Granada y calculé que no era necesario levantarse a las 6 menos 10 de la mañana. Aparte no dormí casi aquella noche. En la academia no me explicaron a grandes rasgos nada que yo no supiera, pero los detalles, pequeños detalles que separan el auge de la caída. Por eso voy allí, a que las sutilezas que no entrar en mis ejes de coordenadas por considerarlos insignificantes -en definitiva soy una persona basta, vasta, aunque sensible- sean parte de mi elenco de armas cargadas de futuro. Es horrible estar sentado allí 5 horas y pico. Mis piernas sufren. Solo es físico. Puedo estar escuchando mucho rato. Pero las hormigas a subir por mis piernas. Creo que es del pantalón o algo. La próxima vez voy con chándal.
Por mi lozanía y hermosura nadie me confundiría con un yonki…

miércoles, 16 de septiembre de 2009

El hijo pródigo


La verdad es que ni sé ni como empezar después de esta larga ausencia. Decirles primero, y empezando con los tragos amargos, que hoy me han suspendido el práctico del coche (por primera vez), cosa que no me preocupa lo más mínimo, pues bien es verdad que estoy más verde en esto del manejo de carros que los mocos de un chiquillo resfriao. Bueno, he ahí una de las causas de mi ausencia. He estado de prácticas todo Julio y lo que llevamos de Septiembre. Agosto ha sido para el relax personal y para el trabajo. Como bien saben, queridos, escogidos y poco numerosos lectores, el amor a las labores propios de un oficio no me son demasiado gratas, pero he de confesarles que se trabaja muy bien en casa, y más si es en el campo, como me he tirado más de dos meses enclaustrado. Entre informe e informe, películas, lecturas y chapuzones, lo que no quita que como dice el dicho haya trabajado más que un negro (recogiendo algodón en Dixieland). El otro inconveniente es que en mi terruño carezco de conexión a la red, y por lo tanto, el feedback entre ustedes y yo queda suspendido en el aire o en los cables, o quien sabe donde. No sé si sabían que hay algunos animales que estivan, al igual que hay otros que hibernan (creo que ya lo comenté un día por aquí), pues yo he hecho lo mismo con Internet. Hemos descansado el uno del otro. Y cuando vuelvo estoy tímido, desusado, desganado. Tendré que adaptarme poco a poco a esto de comentar y estar pendiente de todo y de todos. Pero es que vengo de un paraíso en la Tierra, amiguitos, pues en mi chalet me lo paso pirata. No salir, andar todo el día descalzo, sin camisa, con el pelo revuelto, con libros que leer y películas que ver, ¿no es eso la gloria? Pero todo lo bueno se acaba, y este suspenso en conducción, que ha venido acompañado con las lluvias de un otoño adelantado me ha devuelto a la cruda realidad: el sábado empiezo la academia de las oposiciones, me queda un largo invierno de estudio, y aún no he acabado mi trabajo, pero bueno, es lo que hay.


Ya ha regresado el hijo pródigo, pero no me vistan de púrpura ni maten cabritos. Solo pido, que aún habiendo faltado a mis sagrados deberes blogísticos, me excusen y me lean, como si nada hubiera pasado. Ahora que lo pienso, nada ha pasado, pues nada he hecho, y si no he hecho nada no merezco demasiado castigo, je je je…


Ya aquí, otra vez. Mameluco a su servicio.

 
Add to Technorati Favorites Creative Commons License
Mameluco´s Blog by Miguel Morales Merino is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 2.5 España License.