lunes, 29 de septiembre de 2008

Is not a lie


I was thinking about what a
friend had said
I was hoping it was a lie.
Thinking about what a
friend had said
I was hoping it was a lie.

"After The Goldrush"
Neil Young

Dedicado a Raskolnikoff


Llueve fuera y las aceras llevan la escorrentía, pletórica de cáscaras de pipas y papelitos, calle abajo, hacía los sumideros enrejados. Bueno, eso es una bonita forma de empezar, porque en realidad eso pasaba hace como tres cuartos de hora. Pero lo hacía así. Iba a hacerles una diatriba acerca de la racionalidad contra la equinidad. La equinidad esta vez representada por la mujer de Iker Jiménez, defendiendo ante el periodista calvo –que apelaba a la razón- que les investiga, que una arqueóloga se volvió merilota porque la hechizó una tipa de la Isla de Pascua. Pero me lo he pensado mejor y les voy a hablar de algo que me ha surgido escribiendo una respuesta a mi amigo Rasko. Como iba diciendo ha sacado uñas y dientes. Sobre todo dientes, para defender la teoría del mal de ojo. Si no se sienten cómodos porque me meto con defectos físicos de las personas, abajo en comentarios me dejan un gordo de mierda, chiflado o un barbacas y en paz. Bueno, a lo que iba, que la periodista que si le da un bocao a un melón no sabes si ha sido ella o un borrico, decía que cuando murió la loca las coles de la arqueóloga, un amigo suyo de Rapa Nui vio una pisadas en el suelo que se formaban, que significaban que un ser querido se iba a criar malvas. Y llegado a este punto ya no me acuerdo ni lo que iba a decir. Que iba a escribir de otra cosa y se me ha ido. A si, la racionalidad. La racionalidad es una cosa muy denostada incluso hoy en día. Y que Raskolnikoff me recordó eso que yo di por llamar la “Revolución Interior Individual” un día de los que da a mí por escribir cosas. Me dan bastante a menudo esos días. Comento mucho –quizás demasiado-, e incluso me llaman tonto. Pero no a la cara. Jolines, me pierdo mucho hoy. Mis escritos, como mi comienzo de hoy, son cosas que ocurren más o menos como en la realidad, en mi realidad, menos cuando son evidentemente ficción. Lo que pasa es que ocurren dentro de mi cabeza (yo modelo el espacio y el lugar). El mundo interior de uno es complicado, y a la vez sencillo. La Revolución Interior Individual a la que apelaba… Creo firmemente en todo lo escrito en ese post. Humildemente. No es cuestión de tener o no razón. Es lo que a uno le viene mejor para vivir la vida. Por eso es individual. Cada uno hace la suya. Aún así es muy difícil amoldarnos a nosotros mismos, porque podemos salir por los cerros de Úbeda, como Alvar Fañez. Mi mente, como la de muchos otros se instala en posiciones más fértiles para la imaginación, y como le he dicho a Javier hoy, se ha sentado en un sillón orejero, de una arcana biblioteca en la última década de la centuria decimonónica, haciendo anarquismo burgués dinamitero de salón, tomando un brandy con Ramón e intentando huír del hombre que fue Jueves… Pero yo sigo estando en el mundo que me ha tocado vivir, aquí y ahora. Por eso pongo mente en blanco, y el cinismo aparece de una forma natural. No es una cosa artificial. Ser cínico es una ayuda para las personas desesperanzadas porque al menos reímos, y si reímos no lloraremos, aunque los reflujos de hiel suban por nuestro esófago igual que a cualquiera. Me posiciono aunque me irrite hacerlo, porque no soy de piedra. Y si, hay buenos y malos, como en las películas, pero como son reales como copias reguleras. Es el Mito de la Caverna con sombras en Cinemascope. Después cuando salimos de la cueva nos dan un .gif animado. Pero es lo que hay.
Yo soy bueno, créanme. Aunque sea tonto.

De bueno, tonto, si ya lo dice mi madre.

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10 comentarios:

Anónimo dijo...

creamé cuando le digo que usted expone teorías absolutamente anti-posmodernas, así que a bote pronto me gusta. Yo no soy anti-podmodernista, ya que uno no puede luchar en una batalla perdida de antemano, me niego a estar todo el día como un cascarrabias, pero si lucho por mejorar la filosofía actual, y al menos, a nivel individual, lo consigo. Usted ha expuesto una síntesis racionalista, pero como bien dice, uno ha de posicionarse en esta vida (otra cosa muy poco posmoderna) y yo me posiciono. Estoy a favor del irracionalismo "sano". Es necesario. La Ilustración nos ha enseñado lo aburridos que podemos llegar a ser. Sin el misterio, lo inexplicable, yo no podría seguir viviendo; a veces me pregunto: ¿Porqué quiero volver a ver ese cuadro si ya lo he visto?¿porqué me gustan las pelis de terror?¿porqué soy un romántico si sé que eso del amor es un invento de la KGB? y no me quiero responder, porque mi irraciocinio es mi alimento diario.

Anónimo dijo...

Me ha gustado eso de la revolución interior... Es curioso que justo lo lea hoy, que ando revolucionada interiormente y planteándome mi vida a varios niveles.
Me da que pensar eso de que cuando estás sumergido en alguno cosa aparezcan “señales” o “guiños” referentes a lo que pasa por tu cabeza, cuanto menos es curioso....

Que empieces bien la semana!
Besos

Mameluco dijo...

Veo con alegría, querido Blogjob y encima me llama anti-posmoderno. Una lágrima me sale del ojillo. (Y se funde con una legaña porque me acabo de levantar).

El arte y el misterio no está reñido con el raciocionio. El hombre necesita otras cosas. Lo que si está más que peleado con la razón es la idea de trascedencia.

Yo escribo terror, y en mi fición existe lo irracional. Pero en la norma cotidiana, lo racional gia mis pasos como la fuerza a un jedi. O eso intento.
Yo es que no soy romántico, yo soy un sentimental. Los sentimientos son típicos productos humanos. Desde que el mundo es mundo, antes siquiera que existieran las agencias secretas... jejejeje...

Querida Vane meras coincidencias de este mundo...
No debemos andar por ahí creyendo en señales, porque a mi entender no existe. Soy el culmen de la racionalidad. Un mal bicho.Jejeje

Mameluco dijo...

Veo con alegría, que es de los pocos que comprende lo que quiero decir... eso es lo que no sé porque se me ha borrado antes, Blogjob

Anónimo dijo...

Lo primero de todo es agradecerle la dedicatoria, querido Mame. Todo un honor.

Las únicas cosas que funcionan, ciertamente, son las individuales. Las comunales van de un extremo a otro con el paso del tiempo y los ciclos, son previsibles y hasta aburridas. Un período de guerras cansa, la gente busca paz a cualquier precio hasta que empieza de nuevo a germinarse odio y con el paso del tiempo desemboca en otra guerra. Así sucede con la politica y sus tendencias, con la moda, con todo lo que tenga que ver con un corrillo de seres absurdos y bípedos argumentando con sus sobrevalorados conocimientos. Individualmente somos limitados, en grupo somos la peste más grande que este universo ha conocido jamás, peor que las langostas, la peste bubónica y las películas de Bigas Luna juntas.

¿Para qué coño quiero yo cambiar el mundo si no me van a dejar? ¿Qué me importa a mí lo que le pase a un granjero de Connecticut? La revolución interior empieza y acaba en uno mismo. Lo que el resto quiera ver en ella será una vulgarización de la original y, como dijo Jung, no hay nada peor para un hombre que el hecho de ser conocido por completo.

Pese a que me entren ataques psicóticos cada vez que un politico abre el hocico para defecar frases mal hilvanadas lo único que deseo es acabar este año y conseguir un trabajo que me permita vivir holgadamente y a mi manera en un pueblecillo pirenaico, y vive Dios que estoy cerca de conseguirlo.

Pero me va a revolver el estómago ver a Zaplanas y Roviras, a Zapatillas y a Ibarretxes removiendo el fango actual y el de hace 70 años para ganar unos votos o un poco más de dinero. Si no fuera así sería un ente deshumanizado, una piedra cualquiera; y en mi escasa experiencia de vida si tengo que elegir entre alegrías euforizantes y caídas al abismo infernales por un lado, y estado comatoso por el otro me iré al primero. No significa recorrerme el Cáucaso descalzo ni nada de eso, sino exponerme, sabiendo que llevo todas las de perder, a las mieles y las hieles de la interacción humana. Si lo que el hombre busca, cuando ha llegado a un nivel aceptable de comodidad material, es conocimiento, no se puede evitar ésto. No se puede ser realmente bueno sin haber sido antes malo, aún a sabiendas que es relativo y que no hay cosas buenas ni malas sino cosas.

Bien quisiera yo haber nacido perro de pueblo, lobo o leopardo de las nieves, incluso cucaracha. Pero es lo que el reparto del gran dios spaghetti ha dispuesto para este humilde ente lleno de contradicciones que lo último que haría en esta vida sería tomarse en serio a si mismo.

No me acuerdo ni de lo que empecé a hablar, Mame. Espero perdone mis múltiples desatinos.

Mameluco dijo...

Intuyo en usted la fuerza del AB, joven Raskolnikoff.
JO JO JO.

Yo estoy contento con ser humano, porque al menos soy algo racional.

Apelar a instintos de hace 70 años por parte de los politicastros son cosas cara a la galería.
Yo lo haría, pero de verdad. Poniendo las cartas sobre la mesa. Quiero ver de que barro vienen ciertos lodos. En realidad lo sé.
Yo soy defensor de la relación causa-efecto y del concepto historicista de la ciencia (soy geólogo). Todo pasa por alguna razón y llegamos a puntos por algo.
Yo aplico, sin duda, el Principio del Actualismo de Hutton. Muy aplicable en humanos, jajaja. Pero de hace 70 años y de hace 500.

Yo no me altero, porque sé de donde vengo (no sé a donde voy) y no puedo sino sentirme bien con mis ancestros. En eso, como en todo, aplicar lo personal y ya está, jejeje.

Anónimo dijo...

No le defraudaré, maestro Obi Wan Mameluco. Somos pocos pero chuparemos de la teta de la loba-estado hasta quedar sedientos.

Sea como sea, apelar a que esa pila de cabrones interesados algunos y analfabetos garrulos otros ponga todas las cartas sobre la mesa y nos digamos en este país todo lo que hay que decirse para olvidar las toneladas de mugre que nos cubren desde hace siglos .... complicado creo. La política, que invento más desagradable.

Lo de la historiografía, Mommsen, Fustel de Coulanges y demás da para varios posts, el hecho de cómo contar la historia es una cosa sobre la que discutir por los siglos de los siglos. A Hutton desgraciadamente no tengo el placer, ahora me informo.

Cómo se agradecen estas disertaciones, querido maestre, es oxígeno para mi cabeza llena de himenópteros, churras y merinas.

Un fuerte abrazo,

Sarashina dijo...

En la diferencia está el gusto y yo soy diferente, para empezar porque soy como más a la pata la llana, o sea, posiblemente menos inteligente que vosotros. Sí me parece interesante la revolución individual interior -eso en mis tiempos era un verdadero furor-, de hecho creo que hay que hacerla, pero una vez y ya está, sino todos los santos días de tu vida -con perdón por lo de santos. Sin embargo, el concepto de cinismo de Mameluco no lo puedo compartir. Sencillamente, un cínico es alguien que sabe distinguir el bien del mal, lo cual es puramente intuitivo, desde luego, pero que por conveniencia prefiere considerar que no hay bien ni mal, ni posibilidad de distinguirlo, y que además él va a obrar mal, asegurando que en realidad eso es lo que está bien. Bonita forma de sacarse el muerto de encima. A eso Sartre le llamaba la "mala fe".
Ahora bien, es cierto que los grupos no van a cambiar el mundo, o a lo mejor sí, no sé si en revolución o en evolución, pero en la duda, despotricar de ellos y retirarnos discretamente a hacer la revolución individual interior estamos haciendo el gran favor a los de siempre. Y naturalmente no me refiero a los grupos políticos al uso, sino a las personas que de un modo u otro están de verdad comprometidas en luchas ¿inútiles? No lo sé, no soy tan arrogante como para decidir si son inútiles o no. Bueno, es otro punto de vista, quizás anticuado, pero diferente.

Mameluco dijo...

Hutton es uno de los primeros que postuló el principio del uniformismo.
"El pasado es la clave del presente", amigo Rasko.
La política es necesaria en tanto en cuanto las cosas no se hacen solas y la gente es tan vaga como yo. Pero claro le das una micra de uña y se cogen hasta la sobaca mora.

Y Fuensanta echa por tierra una tradición secular de cínicos que nació con Diógenes... y siguió con grandes hombres como Voltaire o Wilde. Porque su definición de cinismo no es la mía. La mía la define muy bien la wiki como cinismo moderno(sic) a: "la disposición a no creer en la sinceridad o bondad humana, ni en sus motivaciones y acciones, así como una tendencia a expresar esta actitud mediante la burla y el sarcasmo." Reírnos mucho. Mucho. De todo. Por que nada es sagrado, amiga Clarés, nada lo es.

Como colofón una frase de Oscar W.:
"El cinismo consiste en ver las cosas como realmente son, y no como se quiere que sean."

Y no me nombre a Sartre, mujer, que el otro día organizó la de Dios en Saturno...
http://www.fotolog.com/twm/41315178
jejeje

Sarashina dijo...

Que sí, que lo sé, que hay otra muy noble definición de cínico, la secta del perro, de la cual soy simpatizante desde siempre, y si lo decías en ese sentido, entonces estoy de acuerdo contigo y te comprendo un poco más. En la presentación de un libro eché mano del célebre relato del flautista de Diógenes, precisamente en ese sentido. También soy seguidora de la mśxima famosa que dice que cuanto más te metas más dentro estás. Remito a las Vidas de los filósofos ilustres. Señor, qué fina me he puesto ahora.

 
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