El Tapiz de Penélope
Me rodean pegatinas por todos los lados. No son pegatinas en sentido estricto, sino que se pegan a las superficies. No sé si me explico. No, no me explico. Mis pegatinas son especiales porque son etiquetas de productos o tallas de ropa interior. No son cosas bonitas, ni funcionales ni nada, solo son eso, etiquetas llamativas y chirriantes. Casi siempre dicen que te da algo gratis, pero yo no me lo creo. ¿Por qué Licor del Polo te regala un 20 % de producto? ¡Venga ya! Estoy rodeado, repito, de pegatinas falsas, que solo se puede explicar por mi afán acumulador. Pero soy impermeable a esos mensajes. Sin embargo mi cabeza estos días es un bullir constante, una olla a presión de temores y inseguridades, de mensajes autosubliminares. Si, sigo en las mismas. No escribo ahora mucho por eso, porque me repito. Le iba a contar el rollo de siempre pero paso. Que si pensamientos malsanos, que si reverberaciones oníricas… memoria mala… pierdo la memoria. Ya no podré ir a Saber y Ganar. ¿Cuantos días agónicos me quedan por vivir aún? Hoy he leído en el muro de Alfonso que lo pasado pasó. Aparte de decir que los geólogos nos íbamos a morir de hambre, no es una cosa tan fácil. El hombre es fuerte en su coraza de alerta, pero en algún momento debe dormir. El sueño es la libertad. La libertad para masacrar lo que intentas cada día. Es como el tapiz de Penélope. Yo no espero a Ulises. Yo ya no espero nada. Pero mis sueños me recuerdan que antes me sentía más vivo, y que también era muy infeliz. Los días pasan. Primaveras, veranos, otoños e inviernos. Años. Mi yo visible está en el presente, pero mi auténtico yo es una mezcolanza de recuerdos, digestiones cerebrales pesadas, falta de amor, de autoestima casi extinta. ¿Soy acaso peor que el resto? No. Es mi respuesta definitiva. Los otros son iguales, o mejor, equivalentes. Pero yo solo tengo que soportar a otros pocas veces, sin embargo soy una pesada carga para mí.
Por favor, no me quiten la razón. Estoy hablando de mí. Ya sé que la estoy perdiendo.
7 comentarios:
Lo que importa es que parece que te gustan hacerlas , No importa si estan bien hechas , Lo que importa es que aprendes de ello.
¿Hacer qué?
Cagarla. Lo sé hacer muy, pero que muy bien.
PD: ¿Eres accionista de Telefónica en
el Perú?
Tienes toda la razón. Y además, eres razonable y te explicas bien. Como ves, no te quito la razón. Porque yo a veces digo: Tengo frío. Entonces va el otro y dice: Pero si hace calor. Y a mí me da muchísimo coraje, porque yo no he dicho lo que hace sino lo que yo siento. Pues eso, que en todo lo que digas de ti, tienes razón.
Efectivamente, Fuensanta, uno siempre tiene la razón es estas cosas. Siempre se tiende a ser subjetivo con las propias vivencias, pero intento comparar periodos.
Y los últimos días los sueños me han traído por la calle de la amargura. Pero todo y pasa y todo llega... como decía el poeta.
Siento que lo pases mal, pero así es la vida canalla. Tienes sus malas épocas. ¿Sabes? Yo apenas sueño, y no sé si es bueno o malo.
Sí, tienes razón, pero eso ¡de qué sirve? ¿No ves que la cosa no va por ahí Mameluco? Todo eso es mental. Por eso te va a explotar la cabeza. Sal de ahí. ¡Ya!
Un amigo.
El día que me explote que me incineren, por favor. :)
Si salgo, Mobesse, pero hay semanas que estoy dentro, sin saber demasiado bien por qué. Y claro que es todo mental. No lo he dudado ni un segundo. Pero hasta que no sepa lo que me pasa correctamente o asuma cosas que mastico desde hace años esto pasará. Lo he intentado por activa y por pasiva. Pero nada, que no hay manera. Afortunadamente los malos ratos estos solo vienen muy de vez en cuando. Hoy no escribiría eso. Pero tenía razón. La razón, querido amigo, es lo que persigo. A lo mejor me convierte en menos cuerdo todavía, no lo sé, pero en definitiva cada uno es como es, y el miedo al cambio es una de mis fobias más terribles.
Gracias de todas formas. Siempre es de agradecer que se preocupen por uno.
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