No se lo que me pasa hoy. No me llega el sueño como quisiera. Será que no quiero que llegue el domingo. Los domingos son días melodramáticos. Para los viejos son días de fiesta. Yo debo ser más moderno. Para mi los domingos son un rollo. Mi blog se debería llamar en ver de Mameluco’s Blog, Los Domingos Son Un Rollo o LDSUR, algo impactante. Le he dedicado más posts a los domingos que a nada en el mundo. La inclinación a escribir sobre cosas desagradables no sé de donde viene. Bueno, si. Empecé a escribir sobre mi depresión. Poesía. Poesías terribles de vísceras, caminos estrechos, carreteras polvorientas y vidas de perro. Escribí sobre la muerte de mi abuelo, sobre la pérdida progresiva de mi ex-pareja, sobre mi confusión mental. Hoy sigo escribiendo de todas esas cosas, pero no es lo mismo. Las sensaciones son más diluidas. He perdido estilo, garra, fuerza. Todo me queda como neutro. Además desde que empecé a estudiar de nuevo he perdido el humor. ¿Dónde se habrá metido mi humor del que tanto disfrutaba? Cuando me centro pierdo mi chispa. Me tengo que olvidar que estoy condenado a pasar sentado tantas horas al día en una silla para reírme. Eso solo me pasa cuando salgo de casa, cuando estoy en un bar. Allí si que nos reímos. Siempre fui una persona abierta. Lo sigo siendo. Pero ese poso de pena se me nota ya en los ojos. Y soy tan vehemente o más en persona que en los comentario de los blogs. Bueno, depende del día. Hay días en que estoy apagado como una farola del extrarradio, matada a pedradas por los niños marginales. Otros días soy la luz que ilumina el mundo.
¡Ay! ¡que cosas!
Siempre igual.
5 comentarios:
Mira que te lo tengo dicho: Motown en el desayuno -y sonando bien
Pero para la noche se habrá pasado el efecto, ¿no? jejejeje...
La Motown no es para mi.
A mi me pone más adrenalítico los Supergrass, jajajaja...
Pero tengo que estar tranquilo, que tengo que estudiar...
:)
Es el momento, amigo. Tu momento Motown es recién despertado. Mi momento Motown, por ejemplo, es en esos viajes largos en las estupendas y monótonas autovías que disfrutamos desde Borell hasta la fecha. Cuando el tedio o la hora de la siesta –bajo un tórrido sol- empiezan a tomar posiciones, siempre contraataco con la Motown. Es la dosis adecuada de adrenalina que necesito en ese momento.
Insisto, creo que tu momento Motown es matutino. Después de la primera micción. En semi ayunas, porque si te preparas el desayuno siempre picas algo. Y Motown incluso puede darte ideas: tener un detalle con los demás y ofrecerles el Marxmeluco Breakfast Special. Motown es la dosis de adrenalina que te recomienda el Dr. Mundano.
He estado leyendo unas cuantas entradas tuyas. Muy bien.
Sería interesante que pusieras las entradas cronológicamente para que se pudieran leer de más antigua a más moderna... (es una sugerencia).
Admiro tu capacidad para torturarte lo indecible aún teniendo depresión. Me maravilla cada vez que cuentas que una determinada parte de lo que estudias es aburrido, pero, sin embargo, haces de tripas corazón y te obligas a empollártelo. Muy bien.
O no tienes depresión, o eres un genio que puede superar las ganas de no hacer nada que te da la depresión por una fuerza de voluntad descomunal.
Adrian:
Cualquier ruido a esas horas de la mañana puede estropearme el día. No pongo ruido para insultar a la música Motown. Podría ser los Conciertos de Brandenburgo y los seguiría calificando así. Me levanto con pocas ganas de nada. Enciendo el ordenador y voy a por la primera micción. Me siento y solo oigo el sonido de la calle durante media hora. No tengo ni cuerpo para comer. Subo para arriba, para mi azotea y allí pongo música ya por fin. Suele ser del Renacimiento por que es la que en verdad me alegra. Desayunando veo la tele. Los dibujos animados o algo así. Noticias no, que no me quiero agriar, jejeje.
Sin blancaporelmundo
Ni genio ni nada...
Es lo que hay.
Depresión si que tengo, desgraciadamente para mi. Es darle más vueltas que un trompo a la cosa y atacar por un sitio o si no por el otro. Me cambio de tema, retomo lo inacabado. Y así.
Llevo cerca de 8 años así (5 de lo los cuales estoy en tratamiento) y he acabado la carrera en estas condiciones tan lamentables. También es verdad que los estudios tienen la culpa en un 75% de que este así, pero no es que tenga gran capacidad de sacrificio o gran fuerza de voluntad. Sencillamente pienso en como me sentiría si no lo hubiese hecho. Y me sentiría peor. Es como la zanahoria y el borrico.
Mi mundo es tan sencillo a la vez que tan complejo que me resulta extraño de explicar para cuatro paridas que hago al cabo de la semana. No soy de los que tienen vorágine. Soy de constumbres. Siempre hago lo mismo. Pero eso me agota. Y sé que esta vez no me saco la plaza de la oposiciones a secundaria.
Espero con ansia el viernes que la Euromillones se acuerde de mi.
Y por fin, poder escribir cosas de ficción tranquilo. Que es lo que quiero.
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