jueves, 3 de mayo de 2007

Es curioso pararse a pensar en algunas cosas. Hoy, mientras trabajo en la imprenta, tengo entre mis manos un libro. Veinte Poetas. Lo recopiló un discípulo de mi abuelo, Rafael Millán, que aún vive y está en Massachussets, o como se diga. He leído saltando de unos a otros, sin orden ni concierto. Y he encontrado lo de siempre. Amor, sufrimiento (¿no es acaso lo mismo?), incomprensión por el estado de las cosas, bella intranscendencia, y un montón de cosas más. He mirado la última página, e impreso en poderosa tipografía, decía que el libro se acabó de imprimir el 2 de mayo de 1955. Por un día no era su cumpleaños. Tiene, pues, cincuenta años y un día. Como una condena. La condena de un olvido que de polvo todo lo cubre, y no es porque sean poetas de segunda (los hay muy famosos y los más, conocidos), sino porque la ruin sentencia del tiempo los ha condenado al letargo. No sé cuantos leerán estas cosas algún día. Poemas, escritos, lo que sea, que se han puesto a invernar en los estantes. Y sobre todo, la pasión, las ideas, la cotidianidad de los hombres, ya no de los autores, que ya se extinguió. Se les acabó la juventud, al menos. Sus primeros amores ya son lejanos, y si alguno sobrevive será un anciano, lleno de arrugas y de recuerdos, si es que alguna demencia no le ha atacado. Pero lo mejor, y ahí está lo bueno, es que mientras nosotros lo leemos, el tiempo invertido y la ilusión, la idea y el sentimiento, resucitan efímeros, como las ninfas de los insectos en los ríos. Son hoy solo murmullos de un pasado más duro y gris (España de 1940 a 1950) quizás, pero mejor para ellos que respiraban y amaban, jugaban y escribían, se emborrachaban y se rascaban el culo, todo aquello que signifique estar vivo. Y entonces llego a la conclusión de que algunos están aún más vivos que yo. Solo algunos, ojo, que seguro que en todas las épocas ha habido pusilánimes.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y aqui te decia que al menos estos poetas olvidados tienen un librito con sus tapas y sus hojas monas que alguien cincuenta años mas tarde puede coger y admirar. Imaginate dentro de 50 años donde estaran (si es que estan) los escritos que miles de bloggers lanzan a la blogosfera (como odio esa palabra) con esperanzas de que sean leidos.... que pena!

PD: Espero que hoy tengas mejor dia. No te dejes fastidiar por los lavigneros, bastante tienen ellos con lo que tienen. Por cierto, hoy en madrid hace un dia buenisimo (sol)

Anónimo dijo...

esto que ha escrito ud. caballero me ha recordado a cuando Rimbaudo colgó la escritura, si no me equivoco a los 21 años. siento ponerme pesada con el poeta, como si no hubieran otros magistrales, pero creo que en cuestión vital era un visionario. cuando dejó de escribir, lo hizo para vivir intensamente, y bajo la frase (según recoje la leyenda): "Los libros sólo sirven para criar polvo en las estanterías". Y a esa edad acabó su legado.
Me ha recordado eso, y otras ideas propias sobre escribir y vivir. Gracias. No creo que sea ud. un pusilánime, pero es una etiqueta muy cómoda para seguir como se está. :*** un abrazo,

k.

Anónimo dijo...

acabo de crear a Rimbaudo.
dios mio.

 
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