memeces
No tengo ganas de escribir últimamente. Entre el trabajo agotador de chupatintas de tres al cuarto -por mi condición de minimalista, o sea, de salario mínimo y la burócrata tarea-, el calor sofocante, la falta de ideas y la falta de fuerzas esto está más vacío que misa de ocho en Marinaleda.
La cuestión es que me entra nostalgia de cuando esto hervía en posts y posts, y hasta en comentarios, pero como decía no sé quien, la nostalgia no es lo que era. Sobre todo cuando la memoria embotada por la torridez acaso intuye que hubo vida antes de hace una hora o así. Exagero. Si, exagerar es, junto a hablar de mí mismo y no hacer nada, las cosas que más me gustan. Exagerar es una forma como otra cualquiera de denuncia, revolución o dejadez. En cualquier apartado se podía poner la tendencia a la desmesura en afirmaciones, definiciones o críticas, así como el cabreo, la incomodidad o el aburrimiento.
La cuestión es que me entra nostalgia de cuando esto hervía en posts y posts, y hasta en comentarios, pero como decía no sé quien, la nostalgia no es lo que era. Sobre todo cuando la memoria embotada por la torridez acaso intuye que hubo vida antes de hace una hora o así. Exagero. Si, exagerar es, junto a hablar de mí mismo y no hacer nada, las cosas que más me gustan. Exagerar es una forma como otra cualquiera de denuncia, revolución o dejadez. En cualquier apartado se podía poner la tendencia a la desmesura en afirmaciones, definiciones o críticas, así como el cabreo, la incomodidad o el aburrimiento.
Antes el mundo era mejor, porque era 2006 y uno era más joven. Verdades y mentiras. Obviamente en 2006 todos éramos más jóvenes, pero el mundo era más o menos igual de mierda que lo es a los corrientes. Personalmente yo era un desecho de persona, pero, como diría Emilio de ANHQV, yo me quedo con lo bonito. Era realmente prolífico en esto de la escritura, y si bien he mejorado, creo que mis textos antes tenían más chispa, aunque todo no sea pedernal, amigos y hermanos. Hay que tener base y untar los aceites y colores en el lienzo verde manzana. Como vengo repitiendo desde el principio de este sin sentido, que no sé si pasará mi baremo de parches y pegos, me cuesta más comunicarme, y es porque creo que tengo menos cosas que decir que antes. Antes las certezas eras muchas y las ganas de proselitismo abundantes como la mies en las eras. Ahora mis certezas son más pequeñas, más definidas, más preclaras, y aunque el Perogrullo entre dentro de mis recursos estilísticos no voy a redundar en temas claros como Dios, la Muerte, la Guerra y a quien leo. Esta falta de ganas de contar cosas se debe también a las redes sociales que hacen que los de natural exhibicionista, como es el caso, nos explayemos contándole a la gente lo que hacemos o dejamos de hacer. Yo al menos lo reconozco, hay personas que dirían que no, que ello solo velan por el bien común, pero ponen fotos de sus vacaciones y de sus estúpidos ases del deporte.
No sé exactamente donde quiero llegar. A ninguna parte, supongo. La vida es eso, una larga marcha hacía la nada, lo que pasa que puedes ir a pie, en Ferrari o arrastrado por los caballos de algún cosaco. Yo repto. A los gordos les es difícil. Pero así las balas, por muy rasas que sean, no me destrozan de inmediato. Ya caeré por otros mecanismos más sutiles, como el suicidio pasivo a base de cerdo, o eso que llaman estudiar, palabra esta que es escucharla y tiemblo como una hoja al viento solano.
No sé exactamente donde quiero llegar. A ninguna parte, supongo. La vida es eso, una larga marcha hacía la nada, lo que pasa que puedes ir a pie, en Ferrari o arrastrado por los caballos de algún cosaco. Yo repto. A los gordos les es difícil. Pero así las balas, por muy rasas que sean, no me destrozan de inmediato. Ya caeré por otros mecanismos más sutiles, como el suicidio pasivo a base de cerdo, o eso que llaman estudiar, palabra esta que es escucharla y tiemblo como una hoja al viento solano.
Bueno, me voy a la cama. Tengo las piernas hinchadas, me duele la espalda y el cuello y mis pensamientos están en los Mares del Sur, siendo canibalizados por los dioses del Amor. O sea, la normalidad. Con ruido de coches, por supuesto.
3 comentarios:
a mi me gustan sus memeces y perogrulladas..
Eso va a ser el calor... que estamos todos menos ocurrentes. Como yo, que no acostumbro a quedarme sin palabras, pero así estoy... por eso me he dado vacaciones a mí misma. Lo que pasa es que he leído tu post y de repente se me ha ocurrido que igual no recuerdas que hay personas a las que nos gusta leerte... pues eso... que paso por aquí, callada, pero paso, te lo digo por si te estabas creyendo que esto era un erial... :-)
Hoy supongo que saldrá algo... es que he tenido una semana de trabajo con tardes incluidas, aparte de otras cosas que me ocupaban mucho tiempo, Francesca. No, no tengo esa percepción, porque en el Facebook la gente si comenta cuando subo los enlaces... o sea, que si que leen, pero no lo dejan aquí por escrito, como usted ha hecho tan correctamente, porque aquí es donde se comentan estas cosillas, ¿no? :)
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