jueves, 11 de febrero de 2010

Soliloquios de lo efímero


Lo efímero, lo fugaz, lo realmente importante, pasa en décimas de segundo. Serendipias de gozos y sombras en el fragor de la batalla interior. Abundo sobre la idea del otro día. Si nuestro cerebro fuese como un ordenador y nunca liberáramos espacio, la cantidad de carpetas interesantes que habría. Frases cortadas, reflexiones interrumpidas por una alada compañera de fatigas díptera. Guitas anudadas en los dedos que cuando nos lavamos las manazas se cuelan por el sumidero del olvido.

Un día, quizá más de uno, hemos rozado los misterios del universo con nuestros sentidos semiinconscientes del abrazo de Morfeo. Lo vigil es demasiado puerco para ser recordado cuando nos mecemos bajo las Pléyades en busca de los secretos ignotos de nuestro ser. Lo vigil es engañoso. Pero bueno, como diría Woody Allen, es el único sitio donde se puede comer un buen filete. Bueno, verdad que en el efímero sueño de una tarde de agosto, bajo el ventilador de hélices, las sensaciones son como en vigilia, incluso más reales, pero en eso quedan, en fugaces auroras boreales que se pierden en lo espontáneo de su tiempo. Todos sabemos, y es verdad, que lo bueno si breve dos veces bueno, excepto si es muy bueno, que lo queremos siempre. O no siempre; siempre que queramos. Pero la unicidad de los hechos efímeros es lo que los hace importantes. Un zumbido en un momento, el sol que atraviesa la morera y te deslumbra de forma quasiimperceptible o la brisa que te mueve el flequillo cuando crees ver algo en el cielo y al final no es nada. Cosas sencillas. Hay quien dice que para ser feliz hay que disfrutar de las cosas pequeñas. Eso no da la felicidad. No existe el sumatorio infinitesimal de la felicidad, porque sería una felicidad tan diluida que la llamaríamos lo que es, normalidad. Y la normalidad no es nada efímera. Es constante como un ritmo circadiano, eterna a niveles mortales, aburrida e insípida como la vida misma. A lo mejor es que la cosa está montada para que esto sea como las pipas, y las tengamos que pelar. Las venden sin pelar, pero no es lo mismo. No te quemas los labios con la sal.

7 comentarios:

Mobesse dijo...

Además de tener el honor de ser el primero en comentar (otra cosa no gano), me gusta tu entrada. Es efímera ergo realmente importante. Pero no es verdad, sobra el "ergo". Yo ya no distingo entre efímero y no efímero, entre importante y banal o entre interno y externo. Pero es un entretenimiento gustosísimo nombrar las cosas de nuevo, clasificar sensaciones, oponer sentimientos, contar y recontar de mil formas distintas nuestro propio cuento, el cuento que nos contamos a nosotros mismos. Lo hacemos con las imágenes (tú el que más y mejor), lo hacemos con las palabras. La vida está hecha de largas y aburridas horas y, éstas, de efímeros y deliciosos segundos. Todo de pende, como dijo Einstein.
Un abrazo.

juan merino dijo...

Miguel esto es mucho pa mi aqui no puedo hacer ningun comentario, solo puedo decir parad el mundo que yo me apeo.por no decir otra cosa como decia aquel famoso torero ahi gente pa to, imagino que tu sabe de este que manejaba muy bien la capa en una reunion el Madrid con la gente de la cultura de aquella epoca,a este diestro le presentaron a Gaset el filosofo, el sin saber quien era le pregunto al que le presento este quien es su respuesta fue es filosofo, la que su respuesta del maestro del arte del Cuchares es hay gente pa to, a mi me pasa igual,algunas veces me digo esa misma respuesta, la ignorancia es el arte de la sabiduria, por eso me quiero hacer mason ademas ya estoy en la fase de aprendiz.

Mameluco dijo...

Yo cada día más me doy cuenta que
casi todo es efímero. Memoria de pez sensorial que podíamos decir, Mobesse. Pero hablar de esto, del tiempo y del sexo de los ángeles es todo lo mismo, e igual de efímero.
Lo de todo depende es de Jarabe de Palo, porque nuestro amiguito Albert al menos nos dio algo no relativo en el universo (la velocidad de la luz en el vacío) y eso es ya algo. Otra constante es eso de contar y recontar lo mismo una y otra vez en un intento de grabar lo fugaz en las piedras. Pero es más paripé que otra cosa.
Un abrazo fuerte.

Juan se llama usted igual que mi abuelo. ¿Se lo había dicho ya? Creo que si, jajaja.
Lo de parad el mundo que me apeo es muy apropiado en este contexto de "efemerismo".
Me da que no puede usted ser masón, porque para eso hay que creer en el Demiurgo. Y a usted y a mi nos gusta más Casa el Liebre que el Demiurgo ese.
Hay gente pa tó. Y añado: y siempre más de uno.

Sarashina dijo...

Hace un par de años leí con verdadero placer una novela japonesa del siglo XII escrita por Dame Murasaki, una dama de la corte Heian, el Genji Monogatari. Eso lo digo no por hacerme la interesante, aunque ya se ve que es inevitable, con esas lecturas, sino porque continuamente habla esta dama de lo "impermanente del ser", que es lo mismo que efímero pero en japonés. La sensación que se tenía a lo largo de toda la novela era esa, la sensación de lo efímero, de la vanidad de las pasiones humanas, la inconsistencia de la realidad. Claro que a lo largo de mil quinientas páginas no es lo mismo que en este enjundioso y profundo escrito tuyo; ya se veía que ella se lo creía a medias, porque todo le parecía muy efímero, pero no se le escapaba una a la muy fresca. Un abrazo, amigo.

Diego Luis Urbano Mármol dijo...

¿Se puede?
Hola Miguel, pues hablando anoche de tu blog; en eso caímos; en la búsqueda del sexo de los Ángeles.
Aunque, la concentración en la discusión no era la mas extrema; por momento sorbo de vino y aprieto de dientes; y jaque mate.
Al final me di cuenta que la conversación era creada por mi contrario para hacerme perder.
Pero si desde el principio me di cuenta que era "Una Discusión Bizantina".
Todo esto en cá Daví, y harto vino.
Salu2.

sixto camara dijo...

ya llegara el acontecimiento planetario,que el mundo se parara durante varios minutos, las televisiones mundiales estaran llenitas del acto, los trabajadores dejaran de trabajar todos los manuales e intelectuales quedaran perplejo, la O.T.A.N.se preguntara que pasa las casas reales y republicana cogeran el hilo rojo que pasa el mundo temblara pero no de terremoto sino de risa cuando vea el perfil del que ya se anunciara, solamente desde que se conoce la historia hay otro paragon igual se acerca dia medios informativos del mundo unios ante este acontecimiento, aviso soy yo solo no tengo nimgun pajin me la hago yo solo logicamente las pajas mentales atento el mundo.

Mameluco dijo...

A mí si que se me escapan bastantes cosas, Fuensanta. Unas porque quiero y otras porque sí. Supongo que le pasa a todo el mundo. Escribir 1500 páginas sobre lo efímero si tiene su gracia. Es como lo que decía Woody Allen (le voy a borrar el nombre de nombrarlo) las dos viejas judías que hablaban de un restaurante diciendo que la comida era espantosa, y además las raciones muy pequeñas. Tochaco de efimeridad que se marcó la asiática esa. (Usted lee cosas muy raras, jajaja).

Claro que se puede, amigo Diego. No puedo creer que se hable de mi blog es los bares... jejeje. Las discusiones bizantinas son especialidad de la casa, como que usted es una campanillero de postín. Es muy curioso, yo creía que en Castro no se bebía vino. JAJAJA (risas grandes).
Perdone que no siga su blog como debiera, pero mis estudios me tienen amarrado de mala manera.

Sixto ¡queremos un blog suyo ya! Espero que sea eso lo que anuncie. Que sea su evento cósmico de la temporada. Iba a temblar el misterio, se lo digo yo, que no miento.

 
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