viernes, 13 de noviembre de 2009

Un Ipod en la mochila


La vida cotidiana está llena de rituales. Hoy, jueves por la noche, ya viernes, aunque en mi mente siga siendo jueves, meto “nueva” música en el Ipod. Antes de los viajes hay que prepararse. Ya sabrán la mayoría de ustedes, y si no se lo digo yo, que el viajar para mí es ante todo un inconveniente, un gasto de energía y dinero, además de una desazón profunda en mis entrañas. Y eso que solo voy a Granada a mi piso, donde he vivido durante muchos años. Veo que está todo. Cartera, llaves, gafas, las tarrinas de películas para que los chicos vean cosas de gratis, un euro de bolitas de anís para el Fran, el teléfono, la carpeta, etc., etc., etc.

Hay gente a la que mi disgusto por el viaje les parece raro, incluso enfermizo. Yo, la verdad, es que no tengo gran problema con ello, y lo sobrellevo bien, a no ser que tenga que hacer viajes con muchas escalas. Por ejemplo, me gusta visitar a los primos vascos, pero porque sé que a un día de viaje le sigue un periodo tranquilo en un piso acogedor. Lo de ir a Granada es como ir aquí al lado, en definitiva, pero todas las semanas está resultando pesado. Pero eso de ir a la aventura acabaría con mis reservas de Trankimazin en poco tiempo. Me gusta la rutina, otra cosa que a la gente, sobre todo a las mujeres jóvenes, les escama. De ahí mi primera frase, y es que la vida cotidiana está llena de rituales. Hacer siempre lo mismo no lo es tanto. Todo es un constante cambio y nunca te bañas dos veces en el mismo río… pero las riberas del cauce varían muy poco a poco, la verdad. Si uno es curioso, no se aburre en la vida sedentaria. Y si uno es vago, hasta encuentra placer en el aburrimiento. El dolce fer niente de los clásicos.

Pues he metido la banda sonora de Life Acuatique, un disco de Canadian Brass y unos cuantos de Los Planetas. ¿Ven? Son como las variaciones Goldberg de la vida mameluca. Hacer lo mismo haciéndolo distinto. Pero para quien me diga que lo que digo no tiene sentido, solo avisarles de que hay carpetas que jamás se mueven de mi mp3. ¿Por qué? Porque soy un hombre de costumbres, supongo, y siempre tengo que tener algo familiarísimo a lo que agarrarme.

Pero creo que esto le pasa a todo el mundo, a no ser que seas un super guay, que les pasa, pero lo ocultan. Y es que, los objetos viejos, los recuerdos y las camisas raídas son cosas que le unen a uno a su patria, que unos dicen que es la infancia, otros su terruño, y yo como soy mediopanteísta digo que es nuestra mente. Nuestra vieja mente, que algunos despistaos confunden con el alma.


Y eso no puede ser, porque el alma, que yo sepa, no existe.

10 comentarios:

Sarashina dijo...

Lo mío debe de ser grave, porque me encantan las rutinas, los días que son, aparentemente, iguales a todos los demás dias, pero al mismo tiempo cada viaje me parece una aventura épica, incluso tomar el bus para ir a la plaza Circular o cosas asi de tontas, y me encanta esa sensación de partir a donde sea. De los preparativos no te digo nada. El simple gesto de poner música en el ingenio es una maravilla; me pasa lo mismo, base rutinaria, carpeta que no se mueve y añadir alguna novedad. Todo esto no es del alma, es de la mente, tienes razón.

PMM dijo...

¿Y si la mente es el alma? Tampoco sería tan raro.
A mi me gustan las rutinas, sobre todo las del fin de semana, pero me encanta viajar. Disfruto antes, durante y después. Antes, preparando todo lo que quiero ver, durante cuando estoy allí in situ, y después recordando todo lo que he visto. Pero, odio hacer las maletas, es una rutina que me agobia mucho. Quizás porque he hecho tantas, tantas por obligación que ya estoy cansada.
Además, ¡imáginate que no me gustara viajar! Este mes toca la semana que viene congreso en Bilbao, la siguiente impartir clase en un master de la Universidad Miguel Hernández en Elche (¿Cuánto hay de Elche a Murcia?) y a la otra, viaje a Roma.
Hasta navidades no paso un fin de semana completo en mi casa.
Ah, y me pasa lo mismo en el mp3, aparece música nueva, pero siempre hay alguna que está permanentemente.

José Manuel Ubé González dijo...

La civilización comenzó con las ganas de quedarse en casa vagueando. A eso se le llamó sedentarismo, pero viene a ser lo mismo. Yo también soy muy sedentario aunque no inmóvil (eso sí, me gustaría serlo del todo cuando toca bailar en fiestas y saraos). Y rutinario. Por cierto, ser rutinario me suena a ser partidario de un país inventado en los balcanes o en los cárpatos. Feliz viernes y 13, don Miguel.

Mameluco dijo...

Clares, lo suyo es claramente un trastorno bipolar rutina/cachucheo. El cachucheo es en mi pueblo cuando uno se mueve más que los precios.
Los preparativos son reguleros la mayoría de veces... hasta elegir la música.

Pilar, es imposible que la mente sea el alma, porque mi premisa es que el alma no existe, porque creo que nada transciende a la vida.
Usted es otro caso del trastorno rutina/cachucheo. A lo mejor es verdad eso que en la variedad está la diversión, pero yo prefiero aburrirme sin tantos ajetreos, jajaja. Cuando se viaja por obligación no es lo mismo, la verdad. Yo casi que elijo que me obliguen, porque por propia voluntad sería sésil cual coral en atolón tropical.

¡Cuanta sabiduría! Invísiblir, hijo de Téruel . La civilización nació, efectivamente, con el asentamiento de gente hartas de dar vueltas. Yo no sé si soy sedentario o sedimentario. A veces me siento metamórfico, pero es cuando me da hambre (aumento de presión y temperatura).
Rutinia, capital Vagganzia. Uno de los antiguos mamelucos primordiales era de allí, me parece a mí.

sixto camara dijo...

miguel a mi me encanta viajar eso si mochila ni maleta la primera vez que viaje fue con maleta que incomodidad la maleta siempre pendiente de ella mi madre me dijo jose ten cuidado te la vayan a quitar no le dije a mi madre a mi nadie me quita la maleta mi epoca no era a granada era mas lejos los mas aventurados segun el hambre era alemania se ganaba mas dinero y mas rapido era una cosa mas omenos como aqui el pelotazo lo mas tranquilos eran para madrid claro eso eran los mas pudiente ir a madrid villa y corte era de clase social mas elevada ahora los que iban a cataluña eranmos los proletariado tu tiene suerte tu vas a estudiar tener un buen titulo y hacerte un buen funcionario por lo meno eso es lo que dicen las encueste pero tu como eres un burgues anarco las encuesta te la pasa por el arco del triunfo miguel escribo luego existo y me voy al viaje de ninguna parte esta son las cosas tu ya sabes mis cosas

Sarashina dijo...

PMM, de Elche a Murcia no llega a ochenta kilómetros. Bien que te podrías dar una vuelta por aquí y te invito a lo que sea. Magnífica ocasión para conocernos.

Mameluco dijo...

Sixto muchas veces los viajes a ninguna parte son los mejores. Las encuestas pa los estadistas. Yo me dejaré llevar por mi propio criterio.

Pilar haga caso a Fuensanta y vaya a Murcia, que allí son inmejorables anfitriones... lo digo por experiencia.

Antonio Cabrera dijo...

Mira estoi ahorrando para un Ipod nano de esos¡ Ó sea qué me lo recomiendas, no? YO de mi mp3 nunca faltan coplillas de carnaval, es lo que me da vidilla, es mi prozac particular muchas veces.

Anónimo dijo...

Desde Ávila Segovia, pirateando las ondas, te saludo oh Dios Mameluco del Olimpo Blogger. Rellena bien tu ipod para volver cada Viernes a este tu segundo hogar, y añade a tus alforjas ternera con tomate y 2 euros de bolitas de anis. Un saludo.

Mameluco dijo...

Cabrera El mio, y el que sale en la imagen es un Ipod Shuffle de 4 GB. Te recomiendo cualquier Ipod que no sea muy grande.
Si yo metiese a Los Lacios en mi cacharro seguramente se rebelaría un poco, porque no le gustan los carnavales ni una mijita. Conoce muy bien a su dueño. Aunque se admite a Pepe da Rosa... jejeje

Anónimo Piratear es lo mejor, pardiez. ¿Quieres más bolitas de anís, joío? Creo que el menú de esta semana no tiene ternera con tomate. Creo que es pollo con almendras.
Pero hay más fines de semanas que la mar, pirata.
Hasta mañana, perro canutero...

 
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