martes, 13 de enero de 2009

LA VERDAD


“En una época de mentira universal, decir la verdad constituye un acto revolucionario”


1984

George Orwell


El calor de la estufa de aire es un calor falso, cansino. Pero cualquiera la apaga. Es como millones de cosas que nos ofrece la modernidad 2.0. Son aquellos sucedáneos de los que nos hablaba Poch en aquella canción. No es fuego. No puedo hacer fuego en mi habitación. Se prendería todo, me quedaría sin oxígeno, y olería a morcilla ahumada.

En la adolescencia se persigue aquello que se cree auténtico, que nos hace sentir únicos. El problema surge que tenemos muchos la misma idea a la vez, y que cogemos esa autenticidad, esa “realidad más verdadera”. La revolución como paradigma de un nuevo yo. Lo del yo, el super yo, el infra yo, el mega yo y el yo yo nunca lo he entendido. Freud no haría carrera conmigo. Buscamos la verdad en ideologías políticas (el tipo ese de la barba y la boina con la estrellita es muy popular entre los jóvenes), en la religión (menos popular, aunque con algo de tirón es otro tío con barba y túnica blanca) o en la televisión, donde todo lo que dicen es mentira, menos en el Diario de Patricia (ahora El Diario), que sorprendentemente la mayoría de los casos, y pongo la mano en el fuego, son tan ridículos que a la fuerza tienen que ser verdaderos. La verdad, oh si, la verdad. Como decía Joaquín Reyes en una de sus charlas ”la gente dice que le gusta la gente que va de frente, que le dice las cosas a la cara… yo no quiero a esa gente, yo quiero que me mientan”. Yo soy de los que prefiere la verdad. O si hay que escuchar algo lerdo, the sound of silence, que cantaban el bajito y el de los pelos rizados. Hoy en día uno debe intentar, repito INTENTAR, ser coherente con lo que piensa, o reducir sus pensamientos u opiniones al mínimo común múltiplo. Si es que quiere ser uno coherente. Hay multitud de personas que ni se lo plantea. No hablo sobre ellos. Si uno encuentra un resquicio de verdad debe asirlo y mimarlo como si fuera la mismísima foquita Seaberg o un clavo ardiendo en el abismo del infierno. Eso lo hacemos todos. Si creemos tener razón. Yo estoy seguro de muchas cosas, de otras a medias y de algunas solo intuyo que pudieran ser así, como si viera las proyecciones de sombras chinescas metido en una caverna platónica. Lo bueno (lo de bueno es una forma de hablar) es que las sombras son de las cosas más cercanas. Son mis cosas, confusas, cambiantes. Como si el destino (como si éste existiese, que tontería) jugara conmigo a la gallinita ciega. Las cosas sobre la que apostaría todo al rojo par son cosas generales, universales, de sobras conocidas por ustedes que me leen. Las cosas que ni fu ni fa son cosas que en realidad no me importan. Opiniones creadas de cosas que no me afectan. Malditos datos ocupando disco duro.

Pero las sombras son perennes sobre mí. No veo el camino, es como el poema de Machado, que decía, si no recuerdo mal, y el camino que serpea y débilmente blanquea, se enturbia y desaparece. Aguda espina dorada, quien te volviera a tener en el corazón clavada. Porque cuando ya incluso el dolor se disipa, no sabe uno si está vivo o está muerto. El dolor es verdad.

Al menos, eso si.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Joder, colega, el post es duro pero una gran "verdad". De la peña que ni se plantea ser coherente... mejor no hablamos que es para encresparse.

Mameluco dijo...

Pero están en su derecho, eso hemos de tenerlo clarinete. Cada uno hace lo que quiere. Son posturas vitales. elegidas o no, pero posturas a fin y al cabo...
Yo valoro la coherencia, que como digo intento tener. Hay gente que no le da tanta importancia. Es cuestión de prioridades.
Eso si. Todo ha de ser, bajo mi punto de vista, desde el yo, o el mini yo, jajaja, depende de cada uno...

Anónimo dijo...

Después de ver "entresueños" un poco de telebasura, de dejarme controlar por los mass media, de intentar rodearme de frivolidad. Intentanto olvidar, o bloquear el recuerdo de la clase de hoy sobre la verdad de Heidegger entro en tu blog...

Al final tendré que hacer caso a algún chamán tipo Pablo Coelho,etc. y creer en las casualidades, que no causalidades.

Mameluco dijo...

Por favor , yomisma, no caiga en las garras de esos desaprensivos roeuñas. La tonterias que yo digo no son verdades universales, y nunca mejor dicho al hilo de la cuestión. Son cosas que me ayudan a seguir en la frágil cuerda floja de la cordura.
Yo le aconsejo la telebasura antes que los falsamente profundos.
Porque todo es somero, señorita ustedmisma, como un charco de un chubasco pasajero o el CI de Yola berrocal. Pero, ¿quién soy yo para dar consejos a nadie si soy uno que quemó las naves?

Sarashina dijo...

No estoy segura. De casi nada. Sólo, al cabo de los años, he conseguido centrar unas cuantas convicciones con las que procuro, a veces sin conseguirlo, ser coherente. Una de esas es que sé muy poco de casi todo y no estoy segura de casi nada. Las otras, tú ya las sabes. O las intuyes. A veces hablo que parece que estoy en lo cierto, pero en mi interior oigo voces. ¿Es grave, doctor? Como tampoco tengo un yo muy desarrollado, pues ya ves, aunque sea grave, no me voy a poner en tratamiento. Seguiré viendo a ver si puedo ver de ser un poco coherente.

Anónimo dijo...

Está claro, lo pensé: << Esto es literatura, ideación de una mente, no se diferencia mucho de mi creencia acerca de Ana Karenina>>.

Con mis muchos respetos al señor Heidegger y su ontología.

Cordiales saludos y le seguiré leyendo.

Mameluco dijo...

Clares yo oigo voces y me aburro, porque casi siempre soy yo pensando, jajaja. Estoy seguro de muy pocas cosas, de dos o tres, pero, como digo en el texto pondría la mano en el fuego por ellas. Y claro, nunca dependen de un humano. No son de fíar, Fuensanta
Yomisma tome mis escritos como mejor quiera. Hay gente que dicen que son literarios, otros que los digo de verdad, que es un diario. Lo de hoy es verdad para mí, pero no tiene que serlo para usted, ni para el vecino de enfrente. Y si me sigue leyendo mejor que mejor. Eso si, por muy grave que parezca algunas veces, la risa engarza todas las frases, todas la letras. Porque esa si es mi auténtica arma para salir de este embrollo.

Y dejemos a Heidegger de lado, que solo oir su nombre se aburre uno.

Sarashina dijo...

No, si las voces que yo oigo son de esas, que a veces pienso doble, como mi hermano cuando fuma. Pues eso, al final dos o tres cosas que se tienen por ciertas, o al menos se planta una y dice, mira, esto es así y se acabó, En algún sitio habrá que echar el tablacho.
Yo creo con Pessoa, Mameluco y yomisma, que el poeta es un fingidor/finge tan perfectamente/que incluso finge el dolor/el mismo dolor que siente, si no recuerdo mal la traducción de los versos. ¿A que queda así como muy bien? Pues es la pura verdad, hablando de verdades.

Mameluco dijo...

Y yo parafraseando a ese gran incomprendido, el agente Mulder, quiero creer que:

LA VERDAD ESTÁ AHÍ FUERA


Jejeje, perdonen la tontería.

Mameluco dijo...

Si, Clares es la pura verdad.
Los que escribimos nos manipulamos de tal forma que escribimos lo que sentimos y sentimos lo que escribimos.

Yo incluso siento mi broma del agente Mulder como algo liberador.
El quiero creer y el creer como un totum revolutum.
Pero después llega, en mi caso, el escalpelo de la racionalidad como la espada de Democles que pende sobre mi cabecita loca, que sesga toda posibilidad de esperanza.

Pero yo me río, oigan.

Anónimo dijo...

Mira, cuando haces un post de estos es jodidamente difícil irse sin comentar (y tengo prisa). Yo estoy contigo en lo de la coherencia, hay que intentar ser coherente. Aunque lo normal es que vayamos aprendiendo algunas cosas nuevas que nos hagan replantear algunas de las cosas que creíamos casi seguras. Lo importante es saber cambiar cuando se ha de cambiar, y mantenerse cuando la cosa no da para cambiar.

Evitar eso tan de facultad periodística que es "la espiral del silencio".

Me ha encantado leerle en plenas facltades ensayísticas, con ejemplos que dan risa pero que siguen siendo cosa seria.

Un besazo de putón, se lo ha ganado a pulso :*

Mameluco dijo...

El mundo está mal repartido, Raza Becaria. Unos con tantas prisas y unos con tan pocas.

Yo es que he aprendido, he experimentado, he autosufrido, Anita, que la gente no cambia en el fondo, cosa que hace más fácil eso de ser coherente y más difícil levantarnos a ciertos individuos de la cama por las mañanas. Los cambios son posibles, pero no probables, ni estables. Es como si se cambia el curso del río. En la próxima inundación volverán las aguas a su cauce.
Pero como todo lo que estamos aquí discutiendo, lo que digo no tiene porque ser verdad universal. Será en tal caso mi verdad, que como ya he dicho por ahí, quemé mis naves tiempos ha...pero tengo la facultad (no todo es flagelación, también tengo virtudes) de tomármelo un poco a risa... ya lo sabe usted mejor que nadie.

Repito, encantado de tenerla aquí de nuevo. Siempre es un placer, querida Arándanos of my heart.

Ana Boyero dijo...

Y para mí leerte, Mameluco of my soul :)

 
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