miércoles, 10 de diciembre de 2008

Mi clase de 1.º de EGB



De izquierda a derecha y de arriba abajo.

1 Fila: Yo, Julio, Fernando “Chapeo”, la señorita Mari Carmen con Ana en brazos, Marina, Raquel e Isabelita

2 Fila: Osuna, Mari Carmen “de Baldomero”, Manolo “el Chivo”, Pepito “Jardinero”, Francis y Rafa Ramírez “Felipe”.

Entre 2 y 3 Fila: Juanito “Rabiche”, Miguel Ángel y José Manuel.

4 Fila (contando todas las niñas de abajo): Paqui, Isa Morales, Loli, Charito, Encarni, la “Puchi” y Tere.

Dénle y se pondrá la foto grande.


Ha llovido desde entonces. Para empezar nuestra clase de 1º ya no es una clase, es la Radio Municipal. Ya no hay escuelas en las Escuelas Reales. Esa foto es de cualquier día del año 81 u 82. Falta alguno. No veo a Diego, y Diego estaba con nosotros en esa clase. Porque yo hice de nube y él de sol. Me acuerdo como si fuese ayer. Además tuve movida porque llamé a su madre curiosa. Siempre nos miraba por la ventana. Pero eso son cosas de niños. De niños que no se callan. Yo ya no soy ningún niño, y sigo no callándome. Pero bueno, siempre seré un niño si me tratas con cariño, que decía Santiago Auseron en La Bola de Cristal. Soy más prudente, aunque no mucho.

Me acuerdo de todos más o menos. Es fácil en un pueblo. No le pierdes la pista a casi nadie, a no ser que se vayan. Osuna y José Manuel se fueron. Nunca los volví a ver. Paqui se fue más tarde, pero no sé si la reconocería hoy. El resto estuvieron conmigo algunos hasta octavo de EGB, y algunos hasta el instituto, no les digo más.

Algunos son hoy amigos míos. Siempre lo serán. O por lo menos los tendré como tales. Con Julio pasé toda mi infancia en los aledaños de la imprenta. Con Miguel Ángel, con Fernando, con Manolo estuve en el Llano de San Rafael alguna tarde que otra.

Es muy extraño vernos ahí, cuando éramos tan niños y los derroteros de la vida. Como hemos acabado unos y otros. Bueno, a lo mejor esto de acabar no es la palabra indicada. Más bien hasta donde hemos llegado hasta ahora. Si les digo la verdad muchos ni se lo que hacen. Con algunos me paro a charlar, claro. Sobre todo con Manolo, que fue quien me sugirió que publicara esta foto que se me antoja tan lejos, tan cerca. Lejos en la distancia del tiempo, pero cerca en sensaciones. Estoy simplificando mucho, claro.

La clase era típica clase de escuela franquista, pero al que los colores chillones de unos nuevos aires de transición les habían llegado en forma de triángulos, círculos, cuadrados y rectángulos de colores, que era como se llamaba cada una de las mesas. ¿Yo era del triángulo azul? Parece una logia, pero era mi mesa. Las losas del suelo hidráulico eran grises y Burdeos, en contraste con las mesas y sillas, que ya eran de nueva hornada, verdes claras, como serían el resto de nuestra carrera escolar. La señorita Mari Carmen nos hizo desaprender lo que habíamos aprendido en parvulitos. Los conocimientos eficaces, quiero decir. Nos lo hizo olvidar a base de imaginación, historias y cosas bonitas. A las madres les preocupaba, creo. Era una mujer muy cariñosa con nosotros. Los viernes por la tarde, su marido, que era veterinario, iba al aula y nos contaba historias y nos tocaba canciones con una guitarra española. Eso, seguramente no estaba en los planes de estudio, pero daba igual, ¿no? Solo nos dio ese año, porque la trasladaron. Al año siguiente tuvimos a otro profesor, Don José Criado. Allí nuestra educación de hacer cuentas y dictados continuó su curso. Yo no aprendí a hacer cuentas bien hasta que tuve 18 años, por si les sirve de algo el dato. Y aprendí por las cuentas del súper cuando me fui a vivir fuera de casa. Supongo que la función hace al órgano.

Yo fui un niño feliz, pero a la vez fui un niño raro. En esa foto era feliz, que duda cabe. Y seguí siéndolo. Se metían conmigo un montón para hacerme rabiar. Claro, era un raro, jejeje. Pero eso creo que fue más adelante. En primero de EGB uno no se distinguía mucho de nadie, ¿o si? Ahora veo a los niños pequeños, a mis sobrinos y si que son diferentes. Se nota mucho en los cumpleaños. Invitan a todos los amiguitos y siempre está el cabecilla, el manipulador, los que le siguen y los que van por libre. Yo no sé si iba por libre o iba a la contra. O seguía la corriente. No tengo recuerdo de ese tipo de conflictos mentales. Si era conflictivo porque tenía muy mal genio, cosa que no se me ha pasado con la edad. Sigo teniendo un pronto muy malo. Lo bueno es que se pasa enseguida. Y desde que cuido mi ansiedad ese tema va mejor.

No sé, mi madre decía que me engañaban siempre. Que me iba a la escuela con un coche metálico y volvía con un pito de plástico en forma de pájaro. Me acuerdo de ese cambio, no de muchos otros que dice mi madre. En ese cambio salí ganando, porque a mi me gustaba más el pito de la palomita que tenía un artilugio que daba vueltas.

Si, siempre fui raro…


Al final he acabado teniendo un blog.

8 comentarios:

Sarashina dijo...

Pero eras precioso, un niño precioso, con una sonrisa encantadora. Los niños raros siempre son así, y a mí como profesora son los que más me gustan, porque tienen algo, un encanto especial, siempre que no sean crueles, por ejemplo. En realidad, qué quieres que te diga, me encantan los enanos, me divierten y me enternecen. Tus recuerdos son una maravilla, y esa reflexión sobre los caminos de la vida. Cuando se hace la fiesta de despedida de los Bachilleres, siempre me da una melancolía especial, porque pienso por dónde los llevará la vida, quién será algunas veces feliz, quien se quedará en el camino, quien tendrá un tropiezo importante, qué será de ellos... Ay, que me está dando la penurria. A la misma vez, pienso que es hermoso que la vida sea así, y que si no tuviéramos esa incertidumbre vital, seríamos unos cernícalos sin remisión, lo que algunos son ya por su naturaleza misma, pero algunos, no todos, así que me voy conformando. Quiero darte las gracias por compartir este recuerdo tan tierno. Un beso

Mameluco dijo...

Muchos solo terminamos siendo juguetes rotos, Clares. Siempre tuve la sensación -y no es la primera vez que lo escribo- de que yo acabaría mal. Las mentes estropeadas son así.
No aguantamos que la vida sea como es. Y menos con nosotros. Los que nos quedamos, sin duda, en el camino. Infelices para siempre, como la serie de la tele, de la que lo más posible es que nunca haya oído hablar.

Anónimo dijo...

Vaya Miguel, cuanto tiempo hacía que no veía esta foto, ni siquiera se donde la tengo ahora mismo, supongo que la tendré en casa de mi madre junto a otros recuerdos. Por si acaso la he descargado para guardarla.
A la gente le hará gracia los apodos, pero no pones el tuyo, ni porque te lo pusimos ya que algunos ya lo llevamos impuesto de nacimiento, pero el tuyo es genuino. Me permito ponerlo ya que estamos: Miguel “el Piki”; a Clares seguro que le hace ilusión saber que nuestro amigo tenía un montón de pecas en la cara, era especial hasta por eso y de ahí el apodo.
Vaya gafas tenía, no me acordaba que fueran tan grandes, además, que curioso, soy el único que llevaba, y si, es verdad, falta Dieguito “el melón” y también me acuerdo de la bulla con su madre perfectamente, como si fuera ayer. Y de Martín….no me acordaba de su nombre, ni de los viernes de guitarra hasta que no lo has comentado, pero ahora lo tengo presente en mi mente, además creo que fue el que nos hizo la foto y nos dio las copias….
Yo si se lo que hacen casi todos, por que a excepción de la “mili” nunca he salido de aquí y muchos de los de la foto tampoco. Me gustaría saber de Osuna y José Manuel, también jugaba mucho con ellos, sobre todo con Osuna, me acuerdo del desván de su casa de la calle Alta y del piso de Jose Manuel un poco mas arriba, y muchos recuerdos contigo que hemos comentado otras veces por aquí, y no eras tan raro hombre, solo que los demás éramos diferentes, teníamos otras inquietudes, mas de estar en la calle, tu eras mas de tu casa y tu imprenta, nunca te gustó salir tanto como a nosotros y mientras los demás gamberreamos tu pintabas o leías comics, mientras en mi casa en el cassete de mi hermana sonaban los Dire Straits, en la tuya en el giradiscos de tu padre música clásica y flamenco… pero siempre nos hemos llevado muy bien y nunca te visto como un tipo raro, al revés, siempre te he considerado muy, muy, inteligente y muy, muy, buena persona, cabezón y refunfuñante eso si …. y “despeinao” también.
Y te admiro mucho, quiero que lo sepas, y también, aunque no sea necesario recordártelo, que siempre seré tu amigo..

Un abrazo Mameluco.

Mameluco dijo...

No pongo mi apodo, porque mi apodo me lo puso Nacho "Suella" en la parada del autobús al año siguiente de esta foto, jajaja. Nacho no se acuerda, pero me lo puso él. Y además, no lo conservo. "El Piki" ahora es otro. Pero todavía algún despistao que me lo llama, como Diego "Conejo" o Jesusillo.
Tú también eras de los de leer, no te escondas. Yo creo que era de los únicos. Y de dibujar en casa algún sábado por la mañana. Y de escribirnos cartas aunque nos viésemos todos los días. Recuerdo una que me mandaste con un póster de atún "El Cisne".
José Manuel tenía lo que todos los niños envidiábamos El barco pirata de los clics y yo fuí mucho a su casa. Yo tuve que esperar el mío 5 años más, así que ya me hice mayor muy pronto para disfrutarlo.
Gracias por los halagos. No sé que responder. Cabezón y refunfuñante... ahora menos, pero porque tengo menos fuerzas. Pero dar por saco es una de mis especialidades.
Pasamos de las historias de la Seño a los capones de Don José... ¡que cambio!

Un abrazo mameluco, querido Viajero.

supersalvajuan dijo...

Aquellos maravillosos años. Yo no puedo ver mis fotos del cole. Dábamos clase en una especie de garage. Se me saltan las lágrimas.

Mameluco dijo...

¿En un garaje Supersalvajuan?
Mi teoría de que España cuando éramos pequeños era un país en vías de desarrollo tiene una baza más a mi favor, jajaja.

Anónimo dijo...

Pareceis una manifestación de progres chiquititos. Vaya estilismos molones que os ponían vuestras madres ;)

Curiosamente acabo de descubrir que un amigo de preescolar que estuvo conmigo hasta 2º de ESO ahora lleva tatuajes, coche tunning y trabaja en una tienda de deportes xD La de vueltas que da la vida.

Estoy con Clares, usted era un niño precioso

Mameluco dijo...

No eramos una reunión de niños progres. Éramos niños de principios de los 80. Nos vestían así. Como decía en un pie de foto un buen amigo mío, Pablo Maronda, en una suya de crío: I was an indie before you was an indie por los chándales Adidas, por los pantalones de pana semiacampanados y por esos jerseys Fred Perrys ajustaitos...
Yo era un niño "normal" y fíjese en lo que he acabado, por eso le digo siempre que no siga mi ejemplo tan nefasto, jajaja...

 
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