martes, 25 de noviembre de 2008

My Weekend Revisited


No recordaba un fin de semana tan movido desde hace mucho tiempo. Por eso he estado más ausente de por aquí, aunque sea por pereza, mi pecado capital por excelencia. Fui a Sevilla, que allí cuando llueve es maravilla, aunque afortunadamente no llovió. Fui a tocar la trompeta, con el Coro de Campanilleros de mi pueblo. Fue una cosa rara. Tocar la Aurora ante El Pensador de Rodin, que está de visita en Sevilla, era raro. Cosas que se tienen que vivir. Yo casi nunca había estado en Sevilla y dimos bastante vueltas por allí, aparte de tocar en una conferencia que daba mi señor padre sobre esta costumbre ancestral de mi pueblo. Llegamos muy tarde. Me levanté y me fui al campo de perol. Irse al campo de perol es irse al campo a comer y a beber. Aunque el cacharro denominado perol (Vasija de metal, de forma semejante a media esfera, que sirve para cocer diferentes cosas, según el D.R.E.A.) brillara por su ausencia. Había una parrilla y allí se hizo todo. Empezamos al mediodía y terminamos a las 1 de la mañana. Hubo de todo. Hasta tiro con arco. Ver perros, gatos y caballos. Lo mejor del todo es el fuego. El fuego es hipnótico. Puedes pasarte horas mirándolo embobado. Y venga echar troncos y venga saltar chispas. El equilibrio es difícil, pues demasiado cerca te quemas, y demasiado lejos te pelas de frío. En medio del campo a las 11 se está de maravilla al lado del fuego, pero sin fuego me pregunto cuanta gente moriría de frío en otras épocas. O cuanta gente muere hoy. Morir de frío debe ser espeluznante. Después salida por pubs y terminé en un sitio infernal lleno de gente, música asquerosa y perdí mi recuperada paz. Un sitio alienante, donde sales con olor a humo (más aún después de estar todo el día al lado de una hoguera) y con lágrimas en los ojos del frío. Si eso es diversión prefiero mi rutinaria vida de eremita. (Lo digo por el último sitio)
Ahora hago de webmaster, oficio que tenía olvidado, y que no recordaba lo pesado que era. Si el otro día escribía de la Web 2.0, hoy les diré que estoy haciendo Web 1.0 con la mayor de las decisiones, pues no pienso cambiar nada de nada en cuanto la termine. Sin interactividad ni movidas raras. No todo va a ser interactivo. De hecho este blog, para muchos de ustedes no es interactivo, pues lo único que hacer es leerlo, Y eso, es súper 1.0. Pero en este país hay libertad, recórcholis.
Otro día volveré con temas polémicos, como mi alegría al ver esos crucifijos quitados en Valladolid. O esas misas por los caídos por todas las iglesias españolas. O esas tonterías que me tomo a chufla que tanto me gustan.

5 comentarios:

Sarashina dijo...

Lo que me he divertido con tu post, Mameluco. Te echaba de menos.
Primero lo de tu trompeta delante del Pensador, una pasada. Qué preciosa imagen. Tú de campanillero con la turuta delante de un icono universal de lo que nos gustaría ser: gente que piensa.
Luego lo del perol, que es una frase inolvidable: irse al campo de perol. Estupenda. Los andaluces sois la pera limonera en expresión.
Lo de la discoteca, tugurio nocturno o lo que aquello fuera: más de acuerdo no puedo estar.
Y espero con golosina tus entradas por todos esos acontecimientos del fin de semana.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Hombre Miguel!! cuanto tiempo!! si es que solo vas a tuburios....jeje. Pues se ha debido quedar solo el pueblo, yo también he estado de "excursión" este fin de semana, el sábado en Madrid y el domingo en Segovia, que nunca había visitado y me ha encantado.
Y añado un nuevo adjetivo a tu clase: anarquista/burgués/revolucionario....jejeje.

Ana Boyero dijo...

Me parto. Lo del uego ha sido genial, lo del equilibrio ese imposible, al final acabas moviendote un ratito para alante y retroceciendo después un poquitín.


A mí también me da ASCAZO el olor a humo, tanto como leer holor a umo, que ya duele.

Mameluco dijo...

Irse al campo de perol está contemplado por los padres de la lengua en su diccionario, querida Clares:

perol.
ir de ~.
1. loc. verb. And. Salir al campo de jira.

Y yo me pregunto ¿que es jira?

jira.
(Del fr. [bonne] chère, [buena] comida).
1. f. Banquete o merienda, especialmente campestres, entre amigos, con regocijo y bulla.

Pues eso, aunque poca localismo andaluz es tan de Córdoba como la Mezquita de ídem.
Lo de El Pensador estuvo bien, porque ver algo así como universal y que te guste siempre está súper guay...

Ay, Viajero me dejo enbaucar y acaba uno en lugares donde no suele ir. Yo con ir al Enchufe y al Garito me conformo, pero tuvimos que terminar en ese sitio llamado "el pub de la Ecu"...
Terrible... Terrible...
¿Nunca habías estado en el acueducto de Segovia? Es grande y muy romano.

Yo casi siempre consigo el equilibrio Arándanos, porque soy como un oso polar en plena campiña cordobesa... Los otros son vuelta y vuelta (parecen que esten tomando la hoguera...)Pero no es mérito mío. Dígaselo a mis adipocitos...
:)

Oshimatoti dijo...

Te hice un comentario que, por un extraño motivo se ha suicidado antes de aparecer en tu blog...
Suscribo lo del fuego: me encanta hacer barbacoas, mas por el fuego y su liturgia, que por el resultado en si del asado...

 
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