PILLS

Cada cual tiene su particular descensus ad inferus. Quien siga mi blog desde hace tiempo ya sabe cual es mi infierno particular. Para quien no lo sepa, lo repito. Es la depresión. Es mi batalla diaria contra un enemigo bastante visible, conocido, gordo, afable, borde a veces, pero risueño la mayoría del tiempo e irascible si se le tuerce el día. Tiene título de libro nacionalsocialista, es mi lucha, a lo que hay que añadir un pequeño reflexivo, conmigo mismo. Mi lucha conmigo mismo. Aguantarse uno mismo es a veces una tarea bastante ardua, compleja, llena de dificultades. Si a eso sumamos que hay que aguantar a un mundo exterior que ni siquiera controlamos nosotros, la cosa puede llegar a ser chiripitifláutica, por no decir dantesca. Y yo tengo ayudas externas. Yo me medico. Mi psiquiatra me manda midicinas que diría Pippi Calzaslargas y yo me las tomo con la posología indicada. Es todo bastante científico. He ido a médicos privados y a otros de la Seguridad Social. Todos eran licenciados en Medicina. No he ido a videntes, ni a sanadores por imposición de manos ni a tarotistas. He ido a profesionales de la medicina. No he ido siquiera a psicólogos, pues no le veo la base científica necesaria (es un problema mío). Y ellos mandan pastillas. Y yo, pues me las tomo. Pero hay gente que se asusta de eso e intenta convencerte de que eso es cosa que tienes en la mente y la curación está en ti. Si hay depresivos leyendo esto estarán hartos de oír lo mismo. Y yo siempre les digo que cuando se les infecte algo, que no tomen antibióticos. Yo era reacio también a tomar medicación, pero a mi me cambió la vida. Parezco la teletienda. Quien no haya sufrido ataques profundos de ansiedad, de pánico, quien no se haya autolesionado, quien no haya tenido pensamientos suicidas recurrentes a lo mejor no me comprende. Es cómo pasé a no aprobar más de dos asignaturas por año a aprobar un curso y medio.

Extracción de la piedra de la locura del Bosco.

Los métodos han cambiao de un tiempo a esta parte.

Antes escribía sobre estas cosas chungas cuando me encontraba en un pozo. Hoy escribo esto cuando me encuentro relativamente bien. En un máximo de felicidad de los últimos 5 años. Estoy mejor que cuando acabé la carrera. Las cosas son así. Ahora estoy tranquilo a pesar de soportarme todos los días. Me sobrellevo bien. Y la medicación ayuda. Me dicen que no borra los problemas, que siguen ahí. No se dan cuenta que el problema no es algo externo, sino uno mismo. El problema soy yo como ente pensante. Si se erradicara el problema sería con lesiones incompatibles con la vida, y la verdad, morirse, como decía el Ortega, es una mierda.