martes, 13 de mayo de 2008


He perdido la chispa. Entre mis varias manías está releer, ya sea mi “obra” o libros de otros. Cuando leo mi obra siempre me siento muy satisfecho. Me pasa a la inversa de lo que le pasa a la mayoría de la gente, que cuando lee cosas de juventud se avergüenzan. Yo leo mis post de hace un año y creo que son más bonitos que los que escribo ahora. No sé. Creo que las palabras estaban mejor elegidas, que todo estaba mejor ligado, que las frases estaban mejor construidas. Ya no publico ficción, por ejemplo, y no es que haya dejado de escribirla, pero me parece muy floja para exponerla al público. Mis movidas no dejan de ser desahogos que pueden estar mejor o peor, pero cumplen una función dentro de la maquinaria de interacción conmigo mismo y con ustedes, mis lectores (los que haya). Mis comentadores últimamente son cada vez menos, supongo que por aburrimiento.

Escribir para mi es un proceso natural al que solo le presto especial atención cuando quiero hacer algo realmente de lo que me quiera sentir muy satisfecho. Siempre da la coincidencia de que esas cosas jamás salen publicadas en este blog, por H o por B. Porque son cosas muy largas o porque son cosas privadas (continuaciones de relatos o intentos fallidos que me parecen demasiado rimbombantes). Y como suele ser mi caso, repito. He perdido la chispa. En mi cabeza se me ocurren cosas que podrían dar para hacer cosas bonitas, que dieran bien en el papel, o en la pantalla, en este caso, pero después en el proceso de plasmación pierde fuelle el asunto. Nunca llegaré a ser un gran escritor. Eso lo tengo asumido. Una muesca más en la culata de mi fusil de los fracasos. Y van… Siempre he querido escribir una novela. Tengo una idea en la cabeza y todo, pero entre una cosa y otra jamás la plasmo. Cuando no estoy de oposiciones, o haciendo el CAP, estoy deprimido o sufro por el amor perdido o me dedico a leer convulsivamente. Nunca estoy para lo que realmente quiero. A lo mejor es que no lo deseo realmente. A lo mejor es el miedo a la materialización del fracaso potencial. No sé. Como diría Gabino Diego en “El viaje a ninguna parte” es un “oby”, o sea, una afición, y jamás viviré de ello. De hecho no se de que viviré. O si viviré. Vivir. Si les digo la verdad yo no vivo, sobrevivo, que ya es bastante.

6 comentarios:

hornillero dijo...

Amigo Mamenluko, no se si le servirá, pero los griegos buscaban el perdurar mediante la fama (el ser recordados), campanilla en el cuento de peter pan, decía que mientras que un niño creyera en las hadas ella viviría, pues usted amigo mameluko, perdurará en el recuerdo de algunos, en mi caso, por compartir una parte de mi adolescencia, aparte de ser un asiduo lector de su blog, por lo tanto algunas de sus frases perdurarán en mi malograda mente.

José Manuel Ubé González dijo...

No tenga prisa, don Miguel. Ya me conoce un poco, sabe que también soy un tanto depresivo y pesimista, condiciones adecuadas para que la chispa salte. Lo de "triunfar" en la vida (con éxito, fama y honores monetarios) pasa muy pocas veces y a pocas personas. El verdadero triunfo son pequeñas cosas y pequeños momentos. Ya sé que suena a filosofía barata tipo Coello, pero creo que es así. Lo que pasa es que somos carne de pasión y eso nos lleva a la desesperación con la facilidad de una rueda cayendo por la pendiente. ¡Feliz martes y 13!, ¿qué tendrá, ay de mí, esta fecha del calendario?

Mameluco dijo...

Yo no se si lo decían los griegos, el que si lo decía era Jorge Manrique, uno de los mejores escritores en lengua castellana de todos los tiempos. Yo sé bien que siempre habrá alguien que se acuerde de mí querido Hornillero al igual que siempre serán legión los que se acuerden de usted susurrando al oido.

Yo en el post de hoy, aunque lo parezca, no me quejo, expongo el hecho de que no llegaré a ser escritor de verdad nunca. Y la verdad es que no me importa demasiado. Lo realmente duro para mí fue cuando tuve que dejar de dibujar. Lo de las pequeñas cosas no me acaba de convencer. Mi vida está llena de pequeñas cosas y soy muy infeliz. Creo que le gano a depresivo y a pesimista, jajaja, estimado Huguet. Ya casi que da igual todo.
Hasta que sea Martes y 13, porque un Martes y 13 acabé yo mi último examen de la carrera... jejejeje

Anónimo dijo...

D. Mameluco, no he leído más que este post, pero, por si le sirve de algo, aquí otra fracasada. Mis primeras 50.000 pesetillas, propias, ganadas con el sudor de mis manos, las tuve con 13 años porque el MEC se empeñó en hacerme escritora. Ahora, por no tener, no tengo ni blog (y cualquier día me las reclamarán). A veces vivo, a veces sobrevivo y, de momento, siempre respiro.
Un saludo.

Mameluco dijo...

A mi nunca me han dado nada por escribir, nada más que disgustos, jejejeje. Pero también satisfacción y entretenimiento. Sufrimiento y desespero. El Ministerio de Educación y la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía solo me dan quebraderos de cabeza... primero por sus cambios de planes de estudios y ahora con sus terribles oposiciones a secundaria que sufro estos días...

Ea, que sobrevivo, y respiro con dificultad a veces, por eso de la ansiedad...
Querida anónima bienvenida al mundo mameluco. Donde siempre se habla de tristezas, pero riéndose de cualquier cosa.

Anónimo dijo...

Seguramente lo habrás visto ya, pero hay un capítulo de "Doctor en Alaska" que deberías ver en estos momentos, el 3x04 "Para animales, nosotros".

Para mi esta serie fue bastante terapéutica, igual te puede ayudar.

Un saludo y palante

 
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