Esta mañana me levanté y tenía mariposas en el estómago. Imagínense la sensación que tienen antes de un examen, un cita importante o ver “Supermodelo”, pero sin venir a cuento. Y esos días se que van a ser moviditos. Me pongo irritable, quejumbroso, me odio a mi mismo y por extensión a los demás. Y me pregunto una y otra vez: y esto, ¿para qué? Invierto un tiempo en un trabajo que me gusta hacer, pero falta la segunda parte, que es que ustedes opinen, lo lean y tal. No sirve de nada, creo estos días, hacer nada, pues estás solo y así seguirás el resto de tu vida. Las ganas de llorar se multiplican al escribir estas líneas: ¿soy un pesado? ¿demasiado enrevesado? ¿simplemente les da igual?
Eso parece.
No se preocupen, es una forma de flagelarme poniéndoles a ustedes de figuras. Pero los golpes me los llevo yo.
¿Por qué el mundo es así? ¿Quién sabe?
Los que sufrimos por ser de determinada manera no lo sabemos. Al menos yo.
Días conspiranoicos, que les digo.
Verán. Cuando vivía con Fran y Gaspar (ambos son mi familia más cercana) mi enfermedad (no tratada aún) me hacía ver sus chanzas (lógicas entre iguales -entre iguales de cabrones-) como grandes ataques personalísimos. Eran como si dieran en el clavo para hacer daño. Hacían frente común para sacarme de mis casillas. Hoy sé (y entonces, a lo mejor también) que en mi imaginación fértil el piensa mal y acertarás es un axioma tan correcto como el teorema de Pitágoras. Hoy soy el necio que cre ser el listo, porque los necios conjuran contra el. Soy un Ignatius J. Reilly más. Todos están en mi contra. Pero no es así. No soy tan importante. Me he de convencer. Pero no es fácil con el camión del Día descargando a escaso metros, con un resfriado importante y con el sol dando por saco. ¡Que llueva ya!
El día que llueva me voy de paseo y me curaré un poco.
No prometo nada.
6 comentarios:
Señores:
Myrna Minkoff ha regresado en busca de su Ignatius. No pierda la esperanza, ni la cartera. ¡ánimo! No se deje convencer por los necios. Ellos ganan cuando al final pensamos que sólo somos uno más de ellos.
Y ya vale por hoy, que ya llevo dos comentarios en su blog, leñe.
Ya tenía mi Myrna, señor Invisible.
Pero se fue a Florida.
No se canse, Hombre Invisible.
Ya sabe que todas estas cosas no van por usted...
Amigo mameluco, todos tenemos días de esos, días en que los ataques te los inventas tu, para poder descargar todo lo que tienes dentro en alguien. Yo la verdad es que no he encontrado la fórmula para sobrellevar esos días, pero si me repito una frase: "En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente" Tc me sirve de mucho, pero al menos me hace recordar que hay un mañana.
Un abrazo
CIELO SANTO!!!
tiene usted (una vez más) razón. eso me pasa por no prestar atención y postear a tontas, a locas y a seres como usted. es lo que tiene estar en el trabajo, que uno no está ni a los platos ni a las tajadas.
me sorprende mi propia necedad, es sólo que me había quedado un cierto regusto al leer su post, algo tan simple como un "cielo santo, es que ni el cine español es del agrado de este hombre?". prometo hacer acto de constricción y confesarme después, ya que mi pecado es la necedad.
que por qué veo cine (actual) español?
porque soy un moderno, querido, soy un moderno :)
Qué exigente se pone, Mameluco. Ultimamente estoy super liada y no comento en ningun lado, aprovecho que tengo el fotolog para comentarios rapidos pero si que leo sus cosas, de verdad.
No se que mandarte desde aqui para animarte, se me ocurre un beso de Coneja
>^_^<
Me ha gustado esta entrada, me pareció sentida. Además me hizo gracia lo de supermodelo, jjj...
saludos!
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