martes, 17 de abril de 2007


Hoy solo he visto un capítulo de House. El nuevo. Como los otros son repetidos y va los he visto, ya los (re)veré otra vez que lo repitan. Lo harán, seguro. Yo quiero ser médico y tener problemas de la tele. Las chicas son guapas y salvan vidas. Son unos desgraciados, pero unos desgraciados atractivos. Mis problemas, si es que existen, son más prosaicos, más de andar por casa en chanclas. No me tomen por problemático. No es la realidad. Somos tiro piedras a mi propio tejado. En los de los demás mío hay como mucho balones marcados. Soy un tipo realmente tonto, desde luego. Soy demasiado coherente con unas ideas que a priori solo me deparan lo peor. Pero ahí estamos, aguantando el auto-temporal de insultos para purgarme un poco el sentimiento de culpa (¿me faltará vitamina B12?). Soy un ente improductivo, solo escribo estas cosillas que ustedes pueden ver. En estas fases el egocentrismo se hace con el reino. Es como cuando el capitán se va a comer, que los marineros toman el barco, que decía Hank. Los índices de autoestima están en nivel “undergrouth” y nadie podrá remediarlo. Lo tengo comprobado. Pero es que aún pisoteado en el lodazal de las ideas marchitas siento algo de alivio por dentro. Me gusto muy poco, pero menos me gustan muchos otros. No se si es el consuelo de los tontos o el de las malas personas. Que haya personas peores (eso suena mal, lo sé) que yo, sin que sean serial killers, ni incluso mala gente, me reconforta. A lo mejor al final de todo soy un hombre de mi tiempo.


Escucho a Mudarra interpretado por Hopkinson Smith y me embeleso. (se lo juro, es lo que está pasando ahora mismo).

El escape en forma de laúd.

3 comentarios:

Loredana Braghetto dijo...

sobre tu comentario en mi blog:

lo sé mameluco.
sin los siquiatras, yo tb me habría ido a la mierda.
es que...
yo tengo unas cuentas pendientes con uno de ellos ... (sin comentarios)
jajaja.

besos.,

José Manuel Ubé González dijo...

Para animarte puedo pasarte la letra de esta canción:

Hago falta... yo siento que la vida se agita nerviosa si no comparezco, si no estoy... Siento que hay un sitio para mí en la fila, que se ve ese vacío, que hay una respiración que falta, que defraudo una espera... Siento la tristeza o la ira inexpresada del compañero, el amor del que me aguarda lastimado... falta mi cara en la gráfica del Pueblo, mi voz en la consigna, en el canto, en la pasión de andar, mis piernas en la marcha, mis zapatos hollando el polvo... los ojos míos en la contemplación del mañana... mis manos en la bandera, en el martillo, en la guitarra, mi lengua en el idioma de todos, el gesto de mi cara en la honda preocupación de mis hermanos.
Alfredo Zitarrosa (Montevideo 1939-1989), Guitarra negra, 1977.

José Manuel Ubé González dijo...

A mí tampoco me van mucho los cantautores. Realmente siempre los he llamado "cansautores". Pero la letra me parecía adecuada para su psique a la que veo en sus últimos textos paseando arriba y abajo por la Depresión del Ebro (en su caso veo más cercana la del Guadalquivir).

La mano invisible está preparado para darle una colleja si es necesario.

Vigile sus espaldas (que imagino anchas).

(Ah, y no me tenga nada en cuenta... es que la primavera me pone catatónico, disléxico, epigramático y dramático)

 
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