jueves, 22 de marzo de 2007

Todavía en este país por la boca muere el pez. Los jueces demuestran a diario su arbitrariedad sobre eso con la gente de la izquierda abertzale. Una cosa es poner bombas y otra muy distinta hablar. Si quieren detenerlos investiguen sus delitos y no lo que dicen. La gente se cree que por hablar se delinque. Hablar es expresarse. Y eso siempre esta a la altura de los individuos. Si Otegui dice algo que a ti te suene inconveniente será porque apoya la violencia (en eso puede ser repugnante, como ha dicho el fiscal), pero que lo diga es distinto a que la ejerza. Que investiguen y que los delitos sean hechos y no ondas provenientes de las cuerdas vocales…



2 comentarios:

Lia Mota dijo...

OLE AHÍ!!!
Así que en estás cosas estabas anoche...
a veces pienso que eso de ser sincero es imposible, por lo menos a nivel personal, los sinceros no tienen tantos amigos como los que te idolatran, te callas las cosas para no molestar...
Tampoco creo que nos conozcamos tanto como para ser sinceros siempre.

Yo lo intento de momento...

Arwen_mge dijo...

Hablar es delito porque aún hoy, la pluma es más fuerte que la espada, y da más miedo la reacción a unas palabras que a unos hechos. Quizá porque nuestros actos ya no valen nada, y sólo cuentan los titulares, lo que decimos, y no lo que hacemos. Por eso ahora el delito es hablar, y no hacer.

 
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