Es por la noche.
Si.
Por la noche, ya es tarde. Y a quien lea esto le importa una mierda. Claro que a lo mejor son morbosos, o curiosos, o sencillamente cotillas y les van las interioridades de la gente. A mí me pasa eso. La gente terriblemente sincera y descarnada con sus sentimientos me gusta. Y no me refiero a eso de que profunda es la película iraní, o como me llega está canción de Luarna Lubre. Es otra cosa. Es pornografía vital. Llamar a las cosas por su nombre, aún sin ser escabroso, ni escatológico. Solo la verdad sin edulcorantes ni acidulantes artificiales.
Prefiero ser aburrido con mis cosas que entretenido con lo de otro. ¿No ven? Esto no es buen ejemplo, porque si que les quiero entretener y porque creo, en lo más interno de mi pensamiento, que si fuera aburrido saltaría por una ventana de cristal radioactivo a un lago lleno de cocodrilos cabreados por Manolo Blanik.
Pues eso, que es de noche.
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