viernes, 28 de enero de 2011

Siempre igual


Llevo escritos dos folios.
Dos empieces fracasados. Lo de empieces viene de “Los Profesionales”, lo que le decía Peribañez, el guionista, a sus amigos Adolfo y Pablo, dibujantes ambos de Selecciones Ilustradas.
Pues sí, da igual que afuera llueva, que no tenga sueño, que tenga frío, un poco de hambre y los nervios a flor de piel. Me da exactamente igual. No me sale lo que quiero. No soy el escritor que quiero ser. Yo creo que bajo mi autoestima se esconde una megalomanía tal que como no llego a mis expectativas en un eterno bucle de frustración y desencanto…
Uno pasaba en un país del trópico y otro en un bar donde iban a hacer papilla a un cretino por tener demasiada empatía. Si, le dijeron ponte en mi lugar y lo llevó a las últimas consecuencias. Una panda de moteros le cuentan como despedazaron a un tío con dos coches. Me estaba gustando hasta que he parado para algo, lo he leido y me ha parecido una mierda que no sirve ni para relleno en el pulp más barato que fabricasen en los años 40.
Al ser un amargado, soy un crítico feroz. Siempre más indulgente con el prójimo, quizás para que me sea devuelta un poco de simpatía. Otro camino fácil para la autocomplacencia.
Sigue lloviendo, el ordenador haces ruidos raros, llevo todo el día durmiendo porque creo que estoy un poco harto de vivir. Así se empieza, me digo a mi mismo, acostado, mirando fijamente la pared en la oscuridad. Así se empieza. Y después no se sabe como se va a acabar. Tras un otoño y un comienzo de año movido vivo aletargado estas últimas semanas. Ha coincidido con un amago de resfriado y con que ayer casi me mato por las escaleras. Logré salvar mi cara bonita por mis manos que me dolieron mucho, pero ahora están bien. El dolor invitado del que no fui conciente hasta después fue el de los músculos de mi barriga, porque tapados por centímetros grasos hay músculo. Pues cada vez que estornudo es el reino de las agujas finitas. Y haciendo otras cosas que se pueden imaginar. Mil dolores pequeños, como el grupo de música. Como mi cabeza, que no siente presión por nada en concreto, sino por todo en general. Por conspiraciones que no existen, por ninguneos que me invento, por odios ficticios a los que confundo con la indiferencia lógica de las personas que tienen muchas más cosas que hacer que adorarme a mí.
Muchas veces preferiría no ser conocido por nadie, pero es un mero engaño. El problema no es decepcionarles a ustedes, sino la perpetua decepción que soy para mí.
Llevo ya casi cuatro años por aquí. Ya se sabe que lo difícil es mantenerse. Pero sigo. Es una necesidad vital. O un escape para que la olla a presión no reviente.
Yo debería estar escribiendo mi novela del Antártico y no pasearme por aquí, ni por el FB, ni nada de eso, pero es que no tengo fuerzas, ni ganas de pegarme grandes hostias desde muy alto. Podría haber aprovechado para mi “gran” novela. Y solo he hecho lo que he podido. No volverme loco.
Este es el tercer folio que escribo desde las una y media. Son la tres. Y ya voy a parar, porque, total, nada bueno va a salir ya de aquí. Mañana a lo mejor doy un paso, o retrocedo tres casillas. Ahora me acostaré y soñaré, como en la siesta de hoy, que vivía en Japón, aunque también hablaban español. Y que con un billete del tren bala te regalaban una granizada y un juego. Mis sueños son mejores que mi escritura. ¡Maldita sea! De eso sólo me acuerdo yo a veces. Creo que voy a empezar a escribir con pluma estilográfica y así me retiraré del ordenador.
¿Ven? Otro engaño. Si es que como me cojo enseguida nunca me sale nada a derechas.
Bueno, estos textos autodestructivos se me dan bien, pero la verdad es que no llevan a ningún lado. Solo a darle Perico al torno.

3 comentarios:

Sigmund Mobesse dijo...

Es muy interesante que diga "Yo creo que bajo mi autoestima se esconde una megalomanía tal que como no llego a mis expectativas en un eterno bucle de frustración y desencanto…"Desarrolle más esta idea. ¿Cree que es usted especialmente megalómano? ¿Cómo puede ser usted megalómano si no cree ni en los megas, ni en los gigas? Sí, por favor, siga hablando de esto. Gracias.

Antes ha dicho usted "No soy el escritor que quiero ser" ¿Qué es para usted un escrito? ¿Cree que se es escritor antes de escribir? ¿Cree que los escritores quieren ser escritores o simplemente escriben y un día resulta que son escritores? Imagínese que ya es un gran escritor ¿qué siente usted?
Perdón. Lo siento pero no se nos ha acabado el tiempo. Hasta el próximo día.

Diego Luis Urbano Mármol dijo...

Un laberinto es un laberinto.
¿Que mierda de laberinto es el que te lleva al 30?.
Eso no es ni un laberinto ni es ná.

Mameluco dijo...

Seguiré por esa linea Dr. Mobesse. No creo que sea especialmente megalómano, pero siempre espero más de mí mismo.
Yo creo en megas, gibas, tesas, petas y exas... son el sistema métrico decimal, jajaja.

Yo me refiero a las cosas que he escrito y no ha visto nadie. Novelas comenzadas con 80 páginas, con sus diagramas de personajes...
Los escritores son escritores porque no les queda otra.
Los dibujantes igual, pero llega un día que sabes que no puedes progresar más y lo dejas. No quiero que me pase eso con la escritura.
El día que escriba una novela y quede contento conmigo mismo me sentiré mejor.

Le debo 120 leuros.

Hermano Cobito o yo estoy tonto o no comprendo. O las dos cosas...

 
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