Los gatos de la luna
La luz del cielo ceniciento del atardecer proyecta sobre los gatos la justa para que permanecieran en su estado felino. Llegado el crepúsculo, lleno de ocres grisáceos y rosas pálidos, me siento en la cama, toda deshecha, a esperar la feliz transformación.
Hubo un tiempo, cuando yo era niña, en la que conocí bien a los gatos. Los conocí tan bien que me contaron, en su lenguaje de maullidos, ronroneos y silencios, que yo comprendía, aún no me explico como, algunos buenos trucos y ciertos libros que debía leer. Si yo los conocía, más me conocían ellos a mí. A medida que crecía iba indagando en esos maullidos, en esos ruidos apagados, que resonaban aún en mi cabeza. Ya no entendía a los gatos, pero siempre los tuve cerca. Viajes y noches en tenebrosas abadías. Soplar el polvo de sacrílegos mamotetros con tapas de hierro en oscuras bibliotecas de ciudades arcanas. Búsquedas más allá de las dársenas de la ciudad del poniente.
Ahora acaricio el sedoso pelo de mi gatito romano.
El sol se pone sobre los edificios. Las antenas y los tendederos son ahora una silueta que acuchilla el horizonte de la ciudad. La mutación empieza con un maullido sordo. La piel se estira como cuando se hincha un balón de playa y el pelo se desvanece como vapor. Lo que antes era un gato ahora es un hombre. Un hombre hecho y derecho. En mi regazo. En la alfombra hay otro. Por ahora solo tengo dos. Son obedientes.
Los gatos que me dieron el secreto solo se me aparecían en sueños. Eran los valientes y sabios gatos de la Luna.
Villa Merino, 3 de Septiembre de 2008
7 comentarios:
es sencillamente.. PRECIOSO!
Pues está sin pulir ni nada...
Anoche entre fiebres y Frenadol buscaba algo inédito que aprovechar para publicar en una revista de mi pueblo, y me encontré con esto, que lo tenía guardado entre los restos naufragados de una novela desde hace un par de años (si es que no lo he publicado ya y no me acuerdo).
jo, Mame, es yyusted un artista. Se me ha puesto gallina de piel y los ojos como bañeras a rebosar...
Y dice que está sin pulir?, bien, pues pulalo (se dice asi?) un poco, y cuelguelo, que me lo hare tatuar...
eres el mejor tron!!!
Gata no seré yo quién le induzca al tatuajismo, o como se diga, jajaja. Es muy exagerada en sus alabanzas, como su hermana.
Y,la leche, otro gato Israel, esta vez roquero, que también exagera una barbaridad. Será que los mexicanos y los andaluces nos parecemos en lo tremendista, jjaajaja...
Un abrazo a todos los gatos humanos, porque como ya sabrán los de verdad solo puedo mirarlos y tocarlos un poquito porque si no ya empieza la picasera (alergia mortal).
muy inspirador... desgraciadamente el odio irracional que tengo a los gatos me impide disfrutar del todo este relato, de todos mdoos tengo que felicitarte y desearte una recuperación pronta, ya de la recaída.
Gracias MochuELIn.
Disculpará que no pase por su blog (ya ve que casi ni escribo en el mío). La vida del opositor, dura y dura.
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