martes, 30 de junio de 2009

Madrigal de verano


Este post se llama así porque siempre, tarde o temprano, es la misma cantinela.

Estoy apático. El miércoles firmo mi contrato como paleontólogo en tiempos de crisis y yo estoy apático. No se crean que hace una semana que no escribo por mi cúmulo de trabajo. No. Entre ir a conducir a Córdoba (de pena, por cierto), una boda, una juerga de viernes, la visita de los primos vascos, y otras cosas, llevo tiempo sin pegar palo al agua. Básicamente porque hay que andar con pies de plomo para no hacer trabajo que no vaya a servir. Trabajar dos veces está en contra de todos mis principios como ser humano y creo que la Convención de Ginebra también opina igual o algo así.

Mañana parto a la vega del Segura con mi pen drive que vale un imperio y con no demasiados ánimos.

Verán ustedes, llevo con el sueño cambiado durante 3 semanas y el otro día exploté en mi primer ataque fuerte de ansiedad en el último año y pico. Yo que me veía feliz con mis informes y mis esperanzas puestas en unas oposiciones que comienza como una carrera de medio fondo en Septiembre.

Pero como ya hiciesen miríadas de cangrejos desde que el mundo es mundo, he retrocedido tanto en un par de días que parece mentira. El verano ya me está jugando malas pasadas. Ya no leo todos los días. Mal síntoma. Mi verano de siestas eternas y letra impresa no está empezando demasiado bien.

Tengo el blog descuidado, herrumbroso. Participo en los de los demás lo que puedo, pero hasta hoy no he tenido fuerzas para escribir de nuevo. Y de nuevo para quejarme.


El sol se extingue poco a poco, son las una y media de la mañana, el fresco de la noche entra por la puerta, me preparo para partir. Y otra vez el miedo.

El miedo eterno al desastre, al naufragio de las naves, al zozobrar de mis maderas en el mar del aturdimiento. A ser como uno es. El eterno retorno. Ewige Wiederkunft.


Madrigal de verano,

racimo encendido del sol de junio

una losa en mis zapatos

el recordar el eterno sino

que por fortuna nos ha tocado.


Lágrimas que cristalizan

en las cuencas vacías

de los ojos vacíos

que miran al vacío,

vaciado y viciado de un aire

antes enrarecido

y que por lo visto

el gallo de la veleta,

con su deambular chirriante,

ha fijado,

como enzimas de negrura,

el maleficio.


Castro del Río, 30 de junio de 2009

8 comentarios:

La del Planeta dijo...

El miedo siempre está ahí, al acecho... quémalo, rómpelo, manda al miedo a la puta mierda... (es lo que yo intento cada día)

Mobesse dijo...

Ay, Mameluco. Estás a punto de caramelo para venir a la Perla del Segura (yo nací en el Nueva York de la Mancha, que tampoco es moco de pavo). Aquí, con los calores, las enzimas vacías te se van a chuchurrir y te vas a quedar como un guante de bien. Murcia está vacía de cualquier hálito de vida inteligente desde hace varias legislaturas. El pesimismo no tiene futuro en esta tierra quemada y sedienta. En realidad, esto forma parte del limbo, más que de la geografía. No sé por qué pero me da que aquí te vas a sentir ligero e intrascendente. Mucho más que en Castro, donde hasta los lagartos son senequistas.

Bienvenido

Sarashina dijo...

No es muy buen compañero el miedo, pero tampoco es lo peor que tenemos. Quiero decir que es una buena defensa que la naturaleza nos ha proporcionado en plan de que nos cuidemos de aquello que nos puede hacer daño como individuos o como especie. Lo malo es que los seres humanos estamos un poco desnortados y hemos perdido ese instinto razonable del miedo, o por exceso o por defecto. Hay que ver lo que cuesta ponerlo en su sitio justo. Anda e inténtalo, hombre, que, como dice mobesse, lo mismo aquí es otra cosa. No da tiempo a pensar en ná del caló que hace. Pero quizás en el campo de Ulea, a la luz de la luna y eso, pues lo mismo lo ves de otro modo.

Antonio Cabrera dijo...

No era "una boda", era la boda de Manolín, ioh quíen lo diría hace unos años qué se casaría el chinche.

José Manuel Ubé González dijo...

Don Miguel:

El miedo forma parte de nosotros. Alguno lo esconde, otros no creen tenerlo, pero está ahí. Y el miedo mayor es a uno mismo. Sé que decir esto es decir poco, o decir algo ya dicho, que ya es decir. Como cantaba Raphael hace mucho, mucho tiempo (antes de que lo destrozaran con anuncios televisivos): "Poco a poco, poco a poco"

Mameluco dijo...

El miedo es un mecanismo a respetar siempre La del Planeta. Es como el dolor, un mecanismo de autoprotección. Debemos controlarlo, pero no desecharlo.

Querido Mobesse, le leí esto el otro día a mi jefe (a Gregorio) en esto de la paleontología y se reía a pecho partío.
Me sentí caluroso, pero bien recibido por todos. Intrascendente siempre me siento porque es genético, jajaja...

Si Clares, se veía de otro modo. No había miedo. La verdad es que se me había pasado en el sueño del trayecto Córdoba Murcia... uno es tan cambiante...

Si, Cabrera, era la boda del Manolín. Pero como yo los veo todos los días pues lo mejor es el día a día, ¿no?

Señor Invisible quien diga que no tiene miedo es un tontaina. Asín de claro

mochuELIn dijo...

mame... con lo bonita que es Murcia, que te espera con los brazos abiertos, con las grandes cosas que hay para tí, con las valiosas cualidades que tienes y que te empeñas en ocultar, con el futuro tan embriagador que está por llegar, con las noches y los días, las miradas y los abrazos que aun te tocan que dar y recibir... cómo no vas a tener miedo??, pero hazlo una bola, de esas de papel que tú sabes hacer, y dale dos patadas buenas con el alma y mándalo todo el espacio infinito del olvido. Te esperamos de nuevo, again and again

Mameluco dijo...

¡Ay! MochuELIn yo soy de futuro incierto, de dudoso porvenir. Yo no escondo nada, esa es precisamente mi mejor cualidad, y a lo mejor, mi principal defecto.
Mis subidas y bajadas son típicas, esperadas y asumidas con la mejor de las disposiciones.

Miradas y abrazos... si... a veces sueño.

 
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