viernes, 29 de mayo de 2009

Tomorrow never knows… Cosas locas en la madrugada


Cosas locas en la madrugada. Podía ser un buen título.

Hoy ha sido un día extraño. Resacoso de haber aprobado el teórico me doy cuanta que hago K-2s de diminutos granos de arena, pero siempre he hecho igual. Yo no puedo decir eso que siempre dicen los concursantes de Gran Hermano: “Es que en la casa se magnifica todo”. Yo vivo en mi casa, que está en Castro del Río, y no en Guadalix de la Sierra, no me observan cámaras ni me pone verde Mercedes Milá, pero magnifico todo. Le doy demasiada importancia a las cosas. No sé a que es achacable, pero así es.

Aparte de eso, mi viejo ordenador, heredado por mi padre, se ha escacharrao esta mañana. Mañana habrá que llevarlo a la ITV. Y también de mi hermana ( que es el que me voy a llevar a Murcia). No arrancan ninguno de los dos. A lo mejor es una maldición sobre el software, un poltergeist binario. Sea como sea mañana a ver si los exorcizamos.

Repito que ha sido un día extraño. Un día en el que las cosas no has sido normales, las cosas tenían una luminosidad rutilante y blanquecina. La siesta ha sido interrumpida y proseguida como si nada bajo el calor de la azotea. Sueños extraños sobre USBs y ordenadores descompuestos. Cuando la tecnología es tan avanzada es indistinguible de la magia. Es de Arthur C. Clarke y lo repito mucho, pero es que es verdad. Pero sé que no es magia ni superstición. Son cosas de esa gente tan peculiar llamados informáticos.




He estado escaneando revistas antiguas para una cosa y como se el proceso que se sigue para hacerlas (están hechas por mi abuelo y por mi padre en tipos móviles, en tipografía) no son ningún misterio para mi. Son fascinantes por su bonito diseño, por lo viejas que son y porque hoy muchas de esas páginas las podíamos hacer hoy iguales, pues tenemos las mismas letras, clichés y maquinaria.



Pero solo son recuerdos del pasado, que para mí este año ha sido presente, pues me he manchado las manos con la tinta de la vieja Boston.

El sueño no se acerca y yo querría dormir ya.

Hay cosas que me inquietan, como siempre.

Cosas que me sublevan.

Y cosas que me tranquilizan.

Tomorrow never knows…

¿Qué será el mañana?

Pues no lo sabemos, pero les puedo asegurar que no habrá nada nuevo bajo el Sol.

9 comentarios:

La del Planeta dijo...

Para ti todos los momentos son una odisea en el espacio (tu espacio).
Es alucinante pensar en el trabajo de imprenta antes de freehand, photoshop, illustrator... Sin ordenadores, todo manual y mecánico. Es otro arte.
Y tampoco podemos asegurar que no habrá nada nuevo bajo el sol mañana... no crees?

Un saludo.

Mameluco dijo...

La del Planeta esa frase es una de mis premisas. Nada nuevo bajo el Sol. Es imprecisa, pero da a entender mi poca esperanza por cambios significativos.
No lo podemos asegurar, lo podemos intuir, jejeje.
Si, es otro arte, las artes gráficas.
Si le interesan estas cosas vea Mi imprenta.

La del Planeta dijo...

Tremenda joya tienes ahí!

Mameluco dijo...

Desde luego que si.
Una imprenta parada en el tiempo.
Cuando haga los escaneos ya crearé un flickr o algo con ellos.

Sarashina dijo...

Si la quieres en latín, ahí va: "Nihil novum sub sole". Hará juego con la antigua imprenta. Sí hay cosas nuevas bajo el sol, para desgracia del sol y otros. En cuanto a lo humano, ahí sí que es verdad la frase, una sentencia de peso.
Me ha gustado lo que dice la del Planeta, de la odisea que es todo para ti, que también es verdad, porque en la vida he encontrado persona más atenta a cada objeto y a cada suceso, ni más minucioso para contarlo y recrearlo.

Mameluco dijo...

Clares el Sol solo tiene la desgracia de que acabará su combustible algún día. Nada le immuta impertérrito en el centro del Sistema Solar.
Le puedo asegurar que hay gente más minuciosa contando sus vivencias, pero si, básicamente para mí todo es una Odisea. Nunca veré las playas de Ítaca.

Ana Chévere dijo...

Eso, eso, mantengamos la minuciosidad en el punto justo... a ver si vamos a acabar como Tristram Shandy ;-)

Eso de tomárselo todo demasiado en serio es una maldición que me resulta familiar. Pero darse cuenta es el primer paso para aprender a poner algo de distancia.

Me he reido mucho leyendo lo del ámbar. Desde luego es muy socorrido para presumir de color de ojos...

Oshimatoti dijo...

Joder, joder y joder...
No voy a decirte si sabes lo que tienes y todo eso...
Te puedo decir que me muero de envidia sucia rastrera y cochina. Cuando sea grande quiero ser Tú... Con la imprenta, las noches en vela y todo lo demás: el pac completo... ;-)
Sin duda has disfrutado muchos ratos en ella...
¡Y por muchos años!

Mameluco dijo...

Lo de Tristam Shandy me ha dejado un poco parao, Ana Chévere, pues he tenido que buscar en Wiki quien eran ese señor. Me ha salido algo así como que es el nacimiento del Monólogo Interno (corrientes de consciencia ), lo cual no va muy desenacaminada. Pero confieso mi ignorancia sobre tal personaje y autor. Tomaré nota y me lo pillaré. Mi cultura literaria no es demasiado allá. Aunque cuando me da por una cosa me convierto en quasiexperto.

La verdad es que soy un tragicómico. Veo tragedias, pero el sentido del humor sigue ahí. Es un buen catalizador para los que nos agobiamos con todo.

Yo también tengo los ojos ambarinos, porque si nos ponemos a buscar seguro que sale un ámbar marrón, jejeje.

Oshimatoti gracias por su felicitación. Es de otro post, pero ya me ventilo todo de un golpe, jejeje.

Yo cuando sea grande también quiero ser como YO. Eso significará que he durado hasta entonces. Mi vida sería perfecta si fuese rico, porque haría exactamente lo mismo que ahora, pero sin la preocupación del futuro.

No se crea que he disfrutado tanto de la imprenta siempre. Yo siempre he estado en el nivel aprendiz, y no me puedo considerar ni impresor ni tipógrafo. Siempre me he ocupado de diseñar cosas por ordenador, y soy un diseñador gráfico eficaz, pero nada del otro mundo.
Y no quiero noches en vela. Quiero dormir como un bebé.

Pero sin duda esas cosas peculiares que me caracterizan y usted ha enumerado me hacen ser quien soy. Pero ya le digo yo que no se cambie por mi pellejo. Que saldría perdiendo.

 
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