A veces pienso que no es tan solo un sueño más
Cuando Randolph Carter cumplió los treinta años, perdió la llave de la puerta de los sueños. Anteriormente había compaginado la insulsez de la vida cotidiana con excursiones nocturnas a extrañas y antiguas ciudades situadas más allá del espacio, y a hermosas e increíbles regiones de unas tierras a las que se llega cruzando mares etéreos. Pero al alcanzar la edad madura sintió que iba perdiendo poco a poco esta capacidad de evasión, hasta que finalmente le desapareció por completo.
La llave de plata
del Ciclo de aventuras oníricas de Randolph Carter
de H.P. Lovecraft
Anoche
soñé que
en un estudio de radio
mataron a
mucha gente
y había que volver a utilizarlos.
Los pasillos
sangre seca sobre
las baldosas blancas.
Miedo.
Rodaban películas
pero los muertos no salían
ni los que aún no habían nacido
y lo que tenía que ser verde
estaba seco, amarillo
desmenuzado.
Había una habitación de tránsito…
todos en fila
pasábamos
yo era de los vivos.
Todo estaba frío menos el estudio.
Esta tarde también viajé
por lo onírico
como un Randolph Carter
amateur.
Yo estaba en un libro,
que ya había leído.
Nevaba
los niños pasaban frío
hambre
aunque algunos eran ricos
e iban con trineos
y abriguitos con pieles en el cuello.
Mi amigo era un niño,
Marco, el que busca a su mamá.
Esta vez sus padres vivían con él
eran jóvenes, simpáticos, amables
conmigo.
Estábamos en un bar y yo recordé
preguntándome:
¿Cómo pueden estar tan contentos
si van a morir esta tarde?
Claro, ellos no lo sabían
pues no habían leído el libro
como yo.
Me fui de allí
a un supermercado.
Solo compré leche y pan de molde.
Lloraba como no había llorado nunca.
Lloré por los padres de Marco
por todos los padres muertos
en mitad de la nieve
con una bolsa del Mercadona
llena de pan y leche.
Los niños estaban con sus trineos.
Empezó a nevar de nuevo.
2 comentarios:
No son sueños cualquiera, no. Son sueños inquietantes. Me preocupan mucho los sueños, sobre todo cuando se pierden cada noche y no puedes recuperarlos. ¿Con qué tendrá relación? También me gustaría saberlo, por si es algo que tiene arreglo. Lo cierto es que sueño poco, en realidad recuerdo poco lo que sueño, porque tengo la sensación de que mis noches están muy pobladas. ¿Es de verdad preocupante?
Por otra parte, convertir los sueños en esos poemas me parece una idea magnífica. Son así mucho más inquietantes y temerosos. Dos veces sueña el que su sueño cuenta, dice Isabel Escudero que decían las viejas de los pueblos cuando había viejas y cuando había pueblos. Gracias por tus sueños que no son un sueño más.
Yo durante algún tiempo apuntaba mis sueños en forma de poema de este tipo. Ya no, y se olvidan. Yo sueño mucho, y me afectan bastante a mi vida diaria. Pero cuando no sueño me falta algo. Por eso el comienzo de ese relato de Lovecraft lo repito tanto. Y por eso Randolph Carter es uno de mis personajes preferidos en la literatura. Por que era un soñador experimentado.
Yo, un par de veces en mi vida he controlado lo que sueño, me he despertado, he apuntado, me he dormido y he seguido por donde iba. Me ha pasado un par de veces, como digo, pero la sensación en fabulosa. Ya no duermo con una libreta al lado de la cama. esos tiempos pasaron.
Y querida Fuensanta, hay viejas y hay pueblos.
La de historias que he oído yo de los viejos.
Supongo que mi tio Antonio estará leyendo esto -porque es asiduo-,y las historias que contaba su madre, Isabel Centella, sobre los que atracaban cortijos, sobre cementerios y esas cosas, eran para escribir un libro. Y claro, no solo era lo que contaba, sino como lo contaba. Que te entraba un repelús...
Las de mi abuelo Juan ya eran para echar de comer aparte, porque si los andaluces tenemos fama de exageraos es por algo, jejeje.
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