miércoles, 21 de enero de 2009

La mentira


Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad

Principio de orquestación de Joseph Goebbels


Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres

Jesús de Nazaret


La ignorancia genera confianza más frecuentemente que el conocimiento, son aquellos que saben poco, y no esos que saben más, quienes tan positivamente afirman que este o aquel problema nunca será resuelto por la ciencia

Charles Darwin


Habrá quien se pregunte porque junto a estos tres en las citas por las que últimamente comienzo mis escritos. Primero cito al jefe de la propaganda nazi porque sentó las bases de lo que podemos llamar publicidad moderna, aunque algunos ya la utilizaron desde muy antiguo. Segundo pongo a ese hombre que cambió el mundo sin el saberlo, el iluminado que ni siquiera sabemos cuando, donde ni como nació, pero que tanta repercusión ha tenido en la historia de nuestra civilización. Y si lo dijo él, tenía más razón que un santo. Bueno, Él es el megasanto. Es Uno y Trino. Después les pongo la de uno de mis preferidos, acerca de lo que la ignorancia crea. Darwin hablaría de su teoría de la evolución, pero es aplicable en cualquier caso a las más distintas materias.

La mentira gana terreno en el mundo. Los más optimistas pensaban que en el año 2000 íbamos a estar en la Luna y almorzando pastillas con sabor a vichyssoise, con todos los males del mundo resueltos y con paz entre los países. Parece ser que no es así. Orwell y Huxley iban más encaminados. La mentira ronda por todos sitios hasta el último resquicio a fuerza de ser repetida mil veces. ¿Que digo mil? Millones. La mentira según el diccionario es

1. f. Expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se cree o se piensa.

Ya me dirán ustedes si no estamos rodeados de mentira. La publicidad miente. ¿Cómo va a ser el caldo en tetrabrik tan bueno como el de una abuela? ¿Acaso tener un coche tal te va a dar una vida perfecta? No. Son idealizaciones. La idealización es una mentira como otra cualquiera. Los políticos mienten. ¡Vaya un descubrimiento, Mameluco, dirás ustedes! Si, soy el rey de las obviedades. Las religiones nos mienten. La base de la fe ya es una mentira en si misma. Creer en Dios, en la Serpiente Emplumada, o en el mito esquimal de la creación del mundo, con el Cuervo y todo eso, es cuestión de fe. Te lo crees si o no. Si es que no vas al infierno, cosa que muchos por la cosa cultural temen más que una vara verde. Otros por cuestiones de ser “gente de bien”. La gente de bien tiene un sistema de creencia basada en algo que alguien escribió ni se sabe cuando porque cualquier viejo le dijo que era así. Si se repite a través de las épocas será verdad. O sea, tenemos el mismo fundamento para creer que Jesús exorcizó al endemoniado de Cafarnaúm, como para creer que Caperucita Roja hablaba con un lobo malo que se disfrazaba de su abuela y la mongólica de la niña no se daba cuenta del engaño.

Los economistas nos mienten, porque básicamente la economía se sustenta en cosas inventadas por el hombre, que pueden ser manipuladas por el. Los listos del lugar siempre están ricos. Por algo será.

Entonces ¿estamos rodeados de mentirosos? Puede ser. Yo todavía le doy algo de crédito a la ciencia. Sé que la hacen humanos, corruptibles como cualquiera, pero es una forma bastante aséptica de llegar a pequeñas verdades. El método científico está para algo, aunque después haya errores y mequetrefes, pero hay controles y envidiosos para hacer pruebas de los descubrimientos. Hay un diálogo.

También hay verdad en las personas normales que van por la vida intentando pasarla como buenamente pueden.

Hay verdad en ustedes.

5 comentarios:

Sarashina dijo...

Yo entro en el grupo "personas normales", que hacen lo que pueden, que se fían de las verdades científicas, aunque no conozcan el método seguido, ni las comprobaciones, y que prefieren vivir sobre algunas pocas verdades y no sobre un montón de mentiras, aunque, sinceramente, no se puede saber hasta qué punto lo poco que uno sostiene es verdad o mentira.
Decia Yourcenar que el azar tiene sus leyes, pero que no las conocemos. Creo que a todo lo que ignoramos le llamamos misterio o azar, o lo que sea, para tener algo a lo que aferrarnos.

Anónimo dijo...

mameluco, fuente de reflexiones. Hablando de Goebbels, me has hecho pensar en si es más fácil cambiar el mundo a peor o a mejor. En la típica frase que se vende a euro por Lavapiés; "hay que cambiar el mundo". Ya tio, me gustan tus pantalones a rayas y tu riñonera, pero especifica, ¿a mejor? ¿a peor? no es una pregunta baladí.
sobre lo demás estoy de acuerdo en que estamos rodeados de mentirosos, yo a veces lo soy.
Gracias por darme la bienvenida de nuevo.

Mameluco dijo...

El azar tiene sus leyes, Clares. Es "la teoría del caos". Eso de la mariposa que mueve un ala aquí y a alguien se le levanta el tupé en Pernambuco y ese tipo de cosas azarosas. Son misterios hasta que dejan de serlo. Pero suongo que será cuestión de confianza, y no de fe.

Hola Blogjob, yo añadiría más, nos dicen otra frase aún más inquietante... otro mundo es posible... pero no aclaran cual. ¿Un mundo tomado por titiriteros de rastas teñidas de pelirojo donde todo esté tomado por perros y flautas? Emoción, intriga, dolor de barriga.
El mundo es más fácul que vaya a peor que a mejor. Porque los idealistas de baratillo, esos de las rastas, cambias sus ideas por despachos en multinacionales en menos que canta el gallo, como Pedro negó 3 veces a Jesusito de mi vida.
Por ahí tenía yo un post dedicado a eso, pero ahora no recuerdo cual. Bueno, tampoco será tan importante.

La frontera entre China y París dijo...

Buena reflexión memeluco. pero fíjate que el concepto de verdad ni siquiera está claro en la filosofía (es un debate eterno y bizantino probablemente) y se diferencia entre realidad, verdad, axioma y hecho.
Y una frase como: "nuestra mentira es su verdad", se puede aplicar a cualquier aspecto y grupo que piense que tiene razón, incluidos los opuestos.
Igual acabo de soltar un rollo que no viene a cuento. pido disculpas. Pero como tu dices: "opinar es gratis",
Saludos

Mameluco dijo...

Aquí todo viene a cuento. Le aconsejo que lea también el post titulado: La verdad, que está un poco más abajo.
La filosofía entra en el saco de lo que yo considero búsqueda de la verdad donde todo vale. No hay método. O sea, que hay cosas que se contradicen las unas a las otras. Por eso la ciencia (y no le hablo de filosofía de la ciencia, que eso es otro cantar) es una búsqueda provechosa. La gravedad es tal, la composición del diamante es el Carbono y ese tipo de cosas que sumadas forman un esqueleto de verdades sobre las que sostenerse el hombre racional.
Y es como dice usted, La Frontera entre China y Paris una discusión sobre el sexo de los ángeles está bien para pasar el rato, pero no para obtener verdades. Primero porque nos da igual que los ángeles existan o no, y segundo, porque los ángeles son, como podrá ver en un post próximo, superiores a nosotros, viles mortales, y fueron creados por Dios directly. Jejeje.
Si yo digo que la gravedad media del planeta es de 9,81 m/s2 más o menos, no me lo podrá discutir nadie, por mucha filosofía que emplee. Me podrá hablar de anomalías gravimétricas, de correciones de dichas anomalías, etc... pero seguiré teniendo un % de razón bastante elevado. Y ante eso, pues chitón, que quedan más monos. Los creacionistas deberían hacer lo mismo con el mecanismo evolutivo.

Jopé, lo que me enrollo.
Gracias por participar.
Y como dice usted, es gratis. Y siempre viene a cuento, repito, las cosas que se sacan de lo que uno escribe. Eso estimula.

 
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