viernes, 30 de mayo de 2008


Bueno, parece ser que unos australianos han descubierto un pez pariendo fosilizado. El bicho en cuestión es un placodermo. A la mayoría de ustedes les dirá bien poco, pero esto amiguitos recubierto de placas con pinta de malotes del océano son los primeros vertebrados con mandíbulas, o sea, los primeros vertebrados como nosotros mismos. Porque nosotros somos vertebrados y tenemos mandíbulas. Por eso masticamos y nos reímos “una jartá” (si lo dicen con acento guiri queda aún más gracioso). Sigo, que divago. O sea, que este animalico de hace unos 375 M.a estaba dando a luz a un placordermito pequeñin, y en ese instante le sobrevino la muerte, tan callando, cuán presto se va el placer, como después, de acordado, da dolor; como a nuestro parecer, cualquier tiempo pasado, fue mejor. Para el pez y para nosotros. Pero ahora vive el placodermo, bueno, la placoderma, la vida de la fama. Ahora, nuestra amiga es famosa. Jorge Manrique es válido para su padre y para peces prehistóricos. Ha quedado hasta el cordón umbilical para la posteridad.

La foto en cuestión de pez pariendo. No se ve gran cosa, ¿verdad?

¿Y que se deduce de todo esto? Pues que el viviparismo y la reproducción interna es bastante antigua en la historia de la Tierra. Unos seres feuchos, de los que evolucionaron posteriormente los animales que consquistaron el medio terrestre ya conocían la caidita de Romar, que diría Chiquito de la Calzada. Yo siempre había asumido que los que inventaron esto fueron los tiburones. Bueno, tampoco es que nos vayamos mucho es la escalas del tiempo (los tiburones aparecieron un poco después), pero si en los esquemas mentales. Los placodermos son nuestros antepasados y ya parían. Después vivieron otros bichitos que serían ovíparos y después se volvería al viviparismo. Diferentes estrategias para afrontar el medio.

Los placodermos desaparecieron para siempre en el devónico superior. Entonces no había ecologistas que echaran el grito en el cielo ¡salvemos a los placodermos! No era tan eficaces como los peces modernos o los tiburones. Y miren que el Dunkleosteus, el que acompaña al título, era más grande que cualquier tiburón actual. Pero la vida tiende a la mejora y a la progresiva complicación. Por eso, hasta luego Placodermo, no pasaste de caimán… O bueno, desaparecieron como placodermos en si, pues dieron lugar a otras cosas nuevas que si pervivieron hasta llegar a nosotros.

¿Qué para que les cuento el rollo este de los placodermos? Pues porque me apetecía.

Y se que no lo van a leer en ningún otro sitio, mangurrianes…


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué cosas! Aunque por más que he mirado la foto no he sido capaz de distinguir a la madre del hijo ni del cordón umbilical...

Besines mameluco y que usted la estudie bien!

Mameluco dijo...

Yo tampoco, Vane, yo tampoco...
Pero sé por propia experiencia que si uno está habituado ve más cosas que los demás...

Yo veo cosas en el campo, que se escapan a la población no geóloga (y mire que me gusta poco el campo)

José Manuel Ubé González dijo...

Todo esto me hace pensar que, aunque no tengas la fama ni los quince minutos de televisión en vida, tal vez disfrutes de ella 400 millones de años después. Hay que tener cuidado como nos pilla "La Pepa", para salir agraciados en los telediarios de entonces.

Anónimo dijo...

en ocasiones veo cosas que los demás no ven...

Mameluco dijo...

Ubé,como decían Siniestro Total:

Sonríe cuando te vayas a fosilizar
Que no piensen luego que lo has pasado mal
Procura extinguirte con clase y dignidad
Piensa en el museo de historia natural.

Jejejejeje...

Vane, procura no estudiar tanto, que después el sueño de la razón produce monstruos, jajajajaja
Ya solo me queda 1 UD... Yujuuuuu!!!

 
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