La vuelta a la azotea ha sido más dura de lo esperado. El tiempo se hacía eterno y solo una mosca zumbona, como de día revuelto, se topaba con el cristal, buscando el cielo gris. No es que no me haya cundido, es que no he podido estar el tiempo que hubiese querido. A lo mejor me exijo demasiado para ser el primer día, el lunes de pascua. Esas cosas aquí son intrascendentes. Las tiendas abren y las nubes siguen su camino. Bueno, lo último que he puesto es una tontería. La meteorología no depende de los días que inventemos los humanos para que sean fiesta. El cielo gris esta vez no era el Northern Sky de Nick Drake, sino más bien el cielo gris del sur. Me gusta el contraste del gris y el blanco de las paredes encaladas. Son días más tristes que los normales. Lo blanco está diseñado para refulgir con el sol del mediodía y no para estar como bajo una bombilla a media fase.
Las cosas me afectan mucho estos días y cualquier tontería desestabiliza mi microcosmos de desayuno de magdalenas y pastillas blancas, verdes y siena claro.
Ya se han ido las visitas, mis tíos y mis primos. Ya solo queda mi teléfono despertado, los apuntes, las rocas detríticas y las ganas de escapar en ocasiones. Algunas veces esas ganas son más terribles que otras porque el viaje sería más irreversible, pero son las menos. Últimamente son fugaces esas ideas en mi cabeza por suerte.
No se porque tengo la imperiosa necesidad de contarle esto a todos. Será que estoy en un mundo cerrado, estanco, y no quiero cansar a nadie de mi entorno con problemas.
Ustedes democráticamente me leen si quieren. Esto es lo bueno.
Sin obligación me siguen.
Gracias.
10 comentarios:
De verdad, vaya tela Mameluco...
Cuando digo vaya tela, no quiero connotar nada negativo.
A mí la exposición de la apatía tan descarnadamente, sin ninguna esperanza, me deprime bastante.
El tele, tela, quiere decir no sé cómo tomarme su visión del mundo.
Tomésela como quiera, es usted libre.
Es deprimente, si.
Yo soy depresivo. Llevo con depresión muchos años.
Pero se puede vivir con ello. Pese a todo.
Por eso le das más importancia a otras cosas que a la política o un trapo de colores.
Pero lo bueno es que conmigo uno se ríe bastante. Es lo bueno de uno. Que el humor salva todo lo demás.
:)
Yo le leo, por democrática voluntad propia. Porque me pone triste y de cuando en cuando me viene en gana ponerme triste.
Saludos
Gracias Daeddalus.
También se puede poner alegre alguna vez porque también pongo tontás, pero esas son menos aquí.
...
:)
Yo le sigo, como Joe Rigoli en los primeros un, dos, tres. Está abducido de romanticismo gris. No se puede evitar. Los cielos grises y tormentosos son poderosos como osos sosos.
Vaya acuerdo... Rememorar a Joe Rigoli. ¡Que película más mala tenía haciendo de vampiro, Hombre Invisible, el ultramarino cómico!
Ya sé que estoy abducido, pero ¿que le vamos a hacer?
Un saludo de un oso soso, Ubé.
M.
Tenia ganas de tristeza, melancolía, nostalgia y he puesto el programa de Manrique en Radio 1 dedicado hoy a los Brincos –canciones “raras”. Ha empezado con “Julieta” y he venido raudo a traer las buenas nuevas.
Kaixo Mikel, aquí hace un tiempo horrible, más donostiarra que nunca, y aquí no tenemos casas encaladas que nos recuerden que el sol llegará... sino todo lo contrario, más bien parece que esto va a ser así para siempre.
Yo también he vuelto a la rutina de mi innombrable trabajo pero me consuela el haber encontrado, en el mercadillo de Madrid el otro día, una lectura bastante curiosa. Se llama "Botchan" y es un libro japonés moderno de verdad (como tú dices). Ya te lo pasaré pues creo que el tema te va a interesar. Un saludo, y mucho ánimo.
Bienvenida al mundo de los blogs, Srta IG. "Botchan" como el amiguito de Simchan, el del moco colgando... ya me lo dejarás en verano, querida Inés.
Yo en la rutina estoy, pero ya mismo me doy cabezazos contra la pared, por que avanzo muy lento, la verdad...
Muxu asko. Y saluda al huraño de mi parte.
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