martes, 3 de julio de 2007




No se bien como empezar. Ayer, cuando acabé de escribir el capítulo del hombre cursi que tienen abajo sentí que me secaba. La imaginación es menos densa que el aire y se elevó hacía el techo. Ahora se ha filtrado por los poros de los piso y debe andar por la estratosfera, junto con la basura espacial y los últimos átomos de oxígeno respirable.

La cabeza la tengo hueca ahora, de ideas y de ímpetus. Y no se bien que escribir.

Hoy he visto un concurso de novela corta. Me gustaría escribir algo. Tengo casi dos meses y medio, pero no se que abordar. De 100 a 150 A-4. ¿Cómo llenar tanto manteniendo el interés? Puedo ser morboso, pero no me cogerían la novela, solo la leerían los jurados, ávidos, en la soledad de las estancias más recónditas de sus viviendas. O sea, en sus despachos modernos, el quiero y no puedo de no ser aristócrata y tener una biblioteca propia donde tomar brandys. A mi me gusta estar rodeado de libros con mi bata de andar por casa (no tengo ni atuendo de marqués ni biblioteca), pero si muchos libros y ganas de imaginar. Pero se me ha atrofiado la imaginación. La cabeza embotada que se dice. No puedo concentrarme. Creo que es porque estoy empezando a estudiar y mi cuerpo se niega. Se niega mucho. Mejor no leer que estudiar, Miguel, me dicen mis células, clamando por el descanso veraniego. Leo Conan el cimmerio. Leer Conan es muy entretenido, no sabía que lo fuera tanto. Creo que me pongo a imaginar tanto los templos y los sacrílegos dioses que Howard me roba mi imaginación desde la tumba. A él se le escapa por el agujero de bala del calibre 38 que tiene en la cabeza.

Poco más puedo decir. Solo que no tengo apenas capacidad y que me muero del sueño.

Son las 2 menos cuarto del 3 de julio de 2007 y nada me hace infeliz en este momento. Incluso no tener imaginación. Pero quiero que vuelva pronto. Imaginar cosas es mi actividad preferida. Si no la vida esta tan fea me consumirá sin remedio. Sin el tamiz del proceso inventivo las cosas pueden ser desagradables.

4 comentarios:

José Manuel Ubé González dijo...

Yo desgasté mi imaginación viéndome alto, con don de lenguas, saber estar y sentido del ritmo. Ahora sólo me queda el ruido del mar, del mar, del mar, del mar... mar... mar.. ma... ma... m... mmmmmmmmmmmmm...

Anónimo dijo...

A mi me pasa algo parecido.No me veo con fuerzas. Hoy intent escribir y conseguir muy poco y lo deje rapidamente.

El verano es largo y hay que ponerse... lo de la novela esta bien si tienes algo pensado pero me parece que es mas facil que te despistes. ¿Por que no haces un relato largo?

marmotilla dijo...

A mí me ha pasado lo mismo con un concurso de relatos.
No sé qué me pasa, estoy con la cabeza atontada. Debe de ser el calor...

Lia Mota dijo...

Te debo la lectura de los capítulos de un cursi muerto... a partir de hoy empiezo el paseo por tu blog, y presupongo después de leer este texto y echando un ojo a los de encima que se te paso el momento de desispiración...
por que majo, un mes que no te leo y anda que has escrito poco...

jajaja

pero con mucho gusto lo hago...

un abrazaco cascarrabias

 
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