Volver es extraño. Y que todo funcione tan bien, también.
Parece que hace un millón de años que me no escribo nada. Solo fue la semana pasada. La vorágine se ha pasado y los virus han sido vencidos. ¡Un hurra por la esperanza! Pero las personas de cristal no soportan el dolor, como dice la canción. O sea, los nervios siguen en el aire (nerves is in the air...). Mis pterodáctilos en el estómago siguen volando a sus anchas. No tengo ganas de hacer demasiadas cosas. Pero tendré que ponerme. Los sueños condicionan la vida. Siempre digo lo mismo. Siento la necesidad imperiosa de salir de casa e ir a una casa de la plaza de mi pueblo. Parezco Richard Dreyfuss en Encuentros en la Tercera Fase, pero aún no he jugado con el desayuno formando con mi tostada cosas raras. Solo ha sido fagocitada por el ansia. Todo es porque he soñado que debía ir allí a algo.
En los días de primavera lluviosos siempre me acuerdo de Machado. Ya puse su poesía de la lluvia tras los cristales. Todo es raro de nuevo. O es que mi percepción vuelve a ser todo lo normal que puede ser. Mi trabajo de Kafka continúa esta tarde, pero es menos Franz y más Mameluco.
He vuelto, pero no hay nada nuevo bajo el sol.
3 comentarios:
Yo soy nuevo aqui... bajo el sol no... aunque trato de evitarlo para seguir palido y que contraste con las perpetuas ojeras... esas debajo de las pupilas que sonrien gustosas por lo encontrado.
¿Que es eso de invitación?
Sorry es a causa de una filtracion en mi narracion... le he puesto una invitacion en el correo, si desea pasar sera bienvenido.
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