La vida proseguía para el nuevo Kafka. Atormentado por un mundo que no comprendía, ganaba cada vez más terreno al cerebro original de Mameluco. Viendo el zapping de Telecinco le dio tal impresión que se tuvo que acostar un par de horas. La sensación de velocidad que le transmitían las imágenes en movimientos de la pequeña caja del comedor le ponía enfermo. Pero enfermo de verás. Sudaba como un pollo y no se explicaba a que conducía todo eso. La parte cada vez más arrinconada del seso primigenio mameluco quería ver la Fórmula 1 por la tele, pero Franz, que se había hecho fuerte en su castillo gris, apenas podía ver dos vueltas del electrizante espectáculo sin que las nauseas la tomaran con su esófago.
-Ha sido peor el remedio que la enfermedad- se decía para si. Que mal.
Fin del Capítulo 2
1 comentario:
y llegué a su blog.
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