El Sujeto
Les dejo con
Si el tren A sale de Madrid a las 12 de la mañana camino de Zaragoza a una velocidad de
- Es que verá –explicaba-, los alumnos cada día son más vagos, pero los trenes les siguen gustando. Si les hablo de naves espaciales o de partículas subatómica me toman a pitorreo. Por eso le pongo de ejemplo los vagones y se enteran de todo, ¿sabe usted?.
Resignado le contesté que de acuerdo, que si necesitaba algún dato sobre mí.
- No es necesario, tengo aquí su curriculum, da con el perfil.
¿Perfil? ¿Qué demonios era eso del perfil? Ya es que piden el bachiller hasta para salir de ejemplo en un problema.
Unos días después al llegar a casa me encontré con un telegrama de hacía algún tiempo entre la propaganda de los fontaneros y los papeles del Telepizza. ¿Cuándo ha llegado esto? – pregunté a mí mujer-. Un cartero lo trajo anteayer, pero como el señorito no aparece por casa –respondió en la lejanía de la cocina-.
Me paso media vida en la vía para esto.
El telegrama era realmente inquietante. Era de Don Edelmiro, el señor de Burgos que me iba a poner en un examen.
Perdone, amigo Pardiñas STOP al redactar el problema me he equivocado STOP sale que se estrella usted STOP ya no puedo hacer nada porque he corregido los exámenes STOP lo siento.

Cualquier día cometo una locura. Si, ya tengo trazado un plan. Un tren que a priori no se estrelle en ningún profético ejercicio de Física y Química descarrilara a la altura de Torrelodones con el follón correspondiente. ¡Que mal quedarán los malditos cerebritos!
Si me investigan diré que ha sido cosa de
Muchos inocentes morirán, pero pensando en esos profesores de física que no vieron lo que venía, me regodeo en mi propia crapulencia.
Armando Pardiñas para servirles a Dios y a ustedes.
Armando Pardiñas fue detenido como cómplice de terrorismo islámico por sus maldiciones y amenazas contra los viajeros y el jefe de agujas de la estación de Valladolid. Durante su estancia en la cárcel se convirtió en cristiano renacido y los domingos por la mañana predica el evangelio en barrios marginales. Nadie murió en el descarrilamiento, tan solo una vieja se mareó y un niño vomitó en unos Manolos de imitación que llevaba su madre. Le habían avisado de que salía en otro problema, como conductor B, y que esta vez no colisionaría con el expreso Vigo-Almería. Así ocurrió.