martes, 27 de enero de 2009

Escatología de Salón


Hola, amigos:

¿Cómo están? Espero que se encuentren bien cuando reciban este post, Dios mediante, haciendo este deseo extensible a sus familiares y amistades. Escribo para comunicarles mi intención de escribir una serie de insustanciales frases, carentes del más escaso interés, pero que ustedes, siendo como son, personas educadísimas, leerán como si una obra de don Ramón del Valle Inclán se tratase. La fría noche enerina (dígase de cualquier cosa que trascurriese en cualquier día de los corrientes, o sea, en el mes de Enero) se filtra finamente por debajo de las ventanas, que no son ventanas, sino puertas, que dan al exterior de la calle, y la iluminación falsa cual moneda de cartón, entra por la persianas venecianas dando un brillo ambarino que no se si existirá en la madre Naturaleza, pero que si existiese, pondría la mano en el fuego que vendría de las mismas puertas del Infierno, producido por el soplo del Diablo. Es una forma elegante de decir que la luz de las lámparas ornamentales de mi rue, la Tercia, es fea, tristona, monótona, y uniforma. Ustedes disculpen que me extienda en un tema tan ampliamente tratado con anterioridad ante esta jurisprudencia, pero en definitiva soy yo quien lo sufre. Supongo que ustedes en sus ciudades tendrán el mismo problema, si no viven en pisos altos. Pero, ¿siempre fue así?

Antes, según cuentan las crónicas, a la espalda de la Imprenta, casa de mis abuelos, por ende de mi padre, y lugar del taller de tipografía, sustento y arte de la que ha vivido mi familia paterna, y la mía propia durante muchas décadas, había (sigue habiéndolo) un callejón que se denominaba popularmente el “callejoncillo las mierdas” pues al ser estrecho y no disponer de ninguna luz, todos los niños que jugaban por la calle, iban allí a hacer de vientre, con la natural insalubridad y molestia para los vecinos que por allí atajaban. Las redadas municipales de poco servían y poner a un municipal para vigilar dicha calleja para que ningún chaval depositase su zurullo en el empedrado era una cosa poco seria por parte del Excelentísimo Ayuntamiento. La solución que vieron fue poner una luz para vergüenza de los pequeños cagones, una de esas bombillas que alumbraría menos que cualquiera de nuestros modernos móviles, pero que para el tiempo que sería supongo que serviría. Dicho y hecho, el servicio de mantenimiento de la red eléctrica puso una farola en dicho callejón, el llamado “el de la mierda”. El tiro le salió por la culata al Consistorio, pues los chicos se llevaban tebeos de Roberto Alcázar y Pedrín o de El Cachorro para leer mientras obraban, pues hágase la luz y la luz se hizo en forma de bombilla para el instructivísimo hobby de ojear tebeos.


Hoy, claro, ningún niño caga por la calle. Eso es subdesarrollado. A mi me parece una cosa loca, loca. Y lo digo de verdad. Ese tema para mi es muy serio. El progreso no es Internet, son los saneamientos y el agua corriente. No son las teles de plasmas, es comer como es debido todos los días. A veces no nos damos cuenta. También hay que decir que los nenes se cagaban por allí porque eran un poco cerdos, pero bueno, será parte de eso que llaman urbanidad, y que yo llamaría asilvestramiento.

Pero ahora pasas y también tienes que ir zigzagueando porque hay unos mamíferos cuadrúpedos denominados perros, que son amigos, como decía el otro día, de los humanos, que suelen ir por allí, así que el nombre no se conserva, pero el espíritu, sí.

Pero si es del espíritu de la hez de lo que hablamos, puf, estaría aquí escribiendo hasta mañana y supongo que recaería en la procacidad, en lo repetitivo y en lo soez, que rima con hez. Y diría sobre este mundo muchas palabras soeces, porque se merece que nos caguemos en él muchas veces, dando esto lugar a gran cantidad de heces. Escatología de salón, tendré que llamar a este escrito mío, esperando no confundir el culo con las témporas, ni el tocino con la velocidad. Solo digo yo que había una vez en mi pueblo un sitio que se llamó el “callejoncillo las mierdas”. Y es vero, dadlo por verdadero, porque por contaros patrañas, yo, no gano nada.

12 comentarios:

juanjo dijo...

Bravo!! el tema coprolito es uno de mis favoritos, no se porque tipo de disfuncion cerebral. el otro dia no se a quien escuche decir que si vinieran los marcianos y nos vieran recoger las cacas de los perros pensarian que son los canes los dueños del la tierra.

José Manuel Ubé González dijo...

Le enviaría el celebérrimo opúsculo "Introducción a un Tratado sobre la Tipología de la Mierda", del profesor Galimatías Prats, pero en este momento lo tengo en mi biblioteca particular del baño.

¡Ánimo con esta nueva serie, don Miguel!

Sarashina dijo...

Precioso este recuerdo, precioso este escrito. Un tema curioso y poco tratado. Tengo que recordarte que Escatología es palabra de dos significados, extremo que seguramente sabrás en tu pozo de ciencia. Uno es el sentido que tú le das, el más cercano, aquel principio por el cual caga el rey, caga el mendigo, caga el obispo y el papa, y de cagar en el mundo, ningún hombre se escapa, que encima rima, jejeje. Es dicharajo de mi madre, para decir que aquí estamos y somos todos unos precarios de mierda -nunca mejor dicho- nos pongamos los abalorios y ringorrangos que queramos. El otro significado es conjunto de creencias y doctrinas referentes a la vida de ultratumba. Pues vaya, el cielo y el cieno. O a lo mejor es lo mismo.

Sarashina dijo...

Creo que no he puesto bien el dicho, que sería así, con mejor métrica: Caga el rey, caga el mendigo,/ caga el pobre, caga el rico,/ caga el obispo y el papa,/ y en este mundo cruel,/ de cagar nadie se escapa. Lo corrijo por ser fiel a mi madre, que lo dice con mucha gracia. Lo cual me recuerda a las danzas de la muerte medievales, que es relación muy cierta con el otro significado de Escatología. Las dos cosas más democráticas que existen.

Mameluco dijo...

Querido Juanjo el estado cacaculopedopis en nuestras mentes se debe a que la escatología es una parte fundamental en el desarrollo como seres humanos españoles. En los países nórdicos lo que he contado sería de pésimo gusto, pero aquí a la gente le da risa. Como si Raikkonen, Kierkegaard o Bergman no cagasen (de hecho este último hablaba de su "vientre nervioso" en su libro de memorias "La linterna mágica", donde exigía un water cerca siempre que ensayaba una obra de teatro)

Estimado Hombre Invisible daría lo que fuera por tener ese libelo en mis manos, pero cuando no se puede no se puede, ¿que le vamos a hacer? Rebuscaré en mi infierno, a ver si lo encuentro, como dijo el burro, por casualidad, que decía la fábula.

Carísima Fuensantica el recuerdo no es mío, el la narración de un hecho antiguo, pero si, no deja de ser un recuerdo de mis mayores transmitido por mi. Y me gustan ambas escatologías. La Escatología del Apocalipsis que escribiera San Juan en Patmos me deja anonadado.

Mi versión de la copla del cagar (adquirida oralmente de mi abuela, creo) dice:

En este mundo traidor
del cagar nadie se escapa
caga el poble, caga el rico
caga el rey y caga el papa

Anónimo dijo...

es usted un poeta, carallo. Nadie más que un poeta haría semejante digresión didáctico moral sobre unos niños esboldregando (gran palabra de nuestra fabla aragonesa) en la vía pública.

Creo recordar que hasta nuestro querido Manolo Kabezabolo interpretó a su manera lo de caga el rey caga el papa. Cagar es democrático, quizás lo único democrático que hay en el mundo.

Mameluco dijo...

Esboldregar, ¡¡que gran palabra!!
Tendré que buscar esa canción de su paisano Kabezabolo, el trovador punk, sobre el cagar. Yo me quedé en el ¡Ya hera ora! de hace un montón de años.
Lo de morirse también es bastante democrático (la parca que a todos nos pilla), no se crea, pero claro, las formas de hacerlo ya no lo son tanto, amigo Rasko.

Mobesse dijo...

En realidad no me sorprende tu maestría con el teclao, pero este post ha quedado redondo. El comentario sobre el progreso es oportuno y atestigua tu gran discreción (en el sentido que le dieron nuestros clásicos, entre inteligencia y sensatez). Explica Norman O'Brown en Eros y Thanatos que el dinero proviene de la mierda a través del barro y del oro. Es una explicación freudiana que no cuesta creer. Sobre todo, despues de lo que habéis dicho sobre la relación entre la mierda y la religión, el oro (becerro) adorado como un dios o, finalmente el dinero abstracto que ha devenido objeto del nuevo y único culto moderno.
No estaría mal llamarlo "Escateología de Salón"
Te felicito.

Mameluco dijo...

Muchas gracias por sus palabras, Mobesse.
En realidad, desde el punto de vista teológico cristiano, y también desde el punto de vista racional biológico, todos los hombres venimos del barro, del fango. Yo, obviamente me quedo con el experimento de Stanley Miller al adecuarse más a mis parámetros racionales, pero no deja de ser curioso que lo que le salió en su probeta redonda era lo más similar a una mierda chorreante que uno imaginarse pudiese. Y era la base de la historia de la vida en nuestro maltrecho planeta.
El oro y las piedras preciosas también salen de lodazales. Y que decir de los combustibles fósiles, que son una amalgama de restos de cuerpos no descompuestos,pero podridos, que cambiaron el mundo de una manera tan drástica (el cambio climático, ya sabe, aunque Jose Mari Ansar lo niegue). Añadir a este último apunte que nuestra voracidad carnívora ha hecho que las estabulaciones de ganado vacuno, a través de sus pedos, (y esto es totalmente en serio) emitan gases de efecto invernadero a mansalva (metano, para ser exactos).
Si es que todo es cuando no es caca es pedo, y cuando no es culo es pis.
Y así anda el mundo, cada vez más lleno de mierda.

Anónimo dijo...

Recibe los halagos de un lector atento, pero no siempre inspirado en los comentarios.

Mi hermano tenía la insidiosa costumbre de cagarse en la bañera cuando estábamos los dos juntos allí. Era una especie de "El Imbécil" (Manolito Gafotas FTW) de carne y hueso.

Más tarde vendrían los días en los que le pillo haciéndose majuelas con hombres desnudos, pero esa, como decía el camarero de "Irma la Dulce" es otra historia.

Mobesse dijo...

Es cuestión de tiempo. Un mundo lleno de vida. x-D

Mameluco dijo...

Yo diría como dicen al final de "Conan, el Bárbaro" de John Milius,pero eso es otra historia, no por despecho de Wilder, válgame el Cielo, sino porque estoy en plena vorágine lectora de lo que usted, amigo Ramón, diría aventuras de machos alfa. O sea, leyendo a Howard.
Su hermano era de los de mojón flotante, vaya, vaya... que asquete. Los imbéciles son así.

Si, Mobesse un mundo lleno de vida, pero vamos a tener que llamar a Wall-e para que recoja todo, jajaja...

 
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