Miren que cosa más chula. Y miren que odio la mayoría de los peluche (aunque tengo un babuino y un mamut, que me gustan a mi), pero estos son geniales.
Para regalar a ese pesado que se cree amigo intimo suyo en su cumpleaños, o a esa niña que es una demonia en el día de su comunión. Hay muchos, gripe, malaria, peste... de todo vamos
¡Que bueno!
No he encontrado por ninguna parte un botijo de peluche. Quizás ha llegado la hora de perpretar otro montaje sobre el tema.
ResponderEliminarGracias por la visita y el comentario. Ya pensaba que como a buen hombre invisible le correspondían sólo comentarios invisibles y por eso no tenía ninguno que llevarme al coleto.
Siga por ese camino y llegará lejos, Sr. Mameluco.